¿ES POSIBLE VIVIR LA COMPASIÓN Y LA ESPERANZA EN UN MUNDO INJUSTO Y en UNA TIERRA A PUNTO DE COLAPSAR?
Vivimos tiempos difíciles, yo siento en muchos momentos que me puede el desconcierto, la indignación, el no entender qué nos está pasando como sociedad, cómo seguimos eligiendo a quiénes nos roban el dinero en el presente y nos quieren robar el futuro desde un negacionismo que puede ser asesino.
En la perplejidad en la que me encuentro y necesitando calmar mi mundo emocional para poder mirar con esperanza y coraje el momento presente, recién terminada la pandemia leí un libro de Juanjo Tamayo que me ayudó mucho: La compasión en un mundo injusto, Fragmentos, 2021 y he vuelto a releerlo.
Juanjo con una gran lucidez comienza avisando de que la compasión y yo digo también la esperanza son “virtudes” que cotizan a la baja, porque están mal comprendidas y/o explicadas tanto desde la religión como desde la mentalidad actual.
¿Hay poca compasión porque se considera que es una virtud débil, sentimental, e incompatible con la denuncia, la defensa, el coraje de luchar por lo que cada cual considera valioso? Creo que sí.
Siento que pasa igual con la esperanza como virtud pasiva, incluso alienante, en vez de considerarla como el coraje por luchar y tratar de conseguir lo que esperamos.
A lo largo de este muy valioso libro Juanjo de-codifica y re-codifica la compasión. Me ha gustado mucho su formulación de que la compasión es “mirar la realidad con (y desde) los ojos de las víctimas”, “tomarnos en serio el mal y no banalizarlo” luchando contra las causas de ese mal y sufrimiento.
La originalidad del libro de Tamayo radica en que incorpora un nuevo principio teológico: el principio, en plena sintonía con el principio-esperanza, el principio-liberación, el principio-género.
La compasión y yo añado la esperanza para ser auténticamente transformadoras necesitan partir de un lúcido análisis de la realidad, tal como hace Juanjo.
Recojo aquí, porque a mí me ha ayudado, algunas de las 11 brechas que hoy padecemos y que a su vez son el caldo de cultivo de muchos de los males que tenemos encima:
• La económico social entre riqueza y pobreza, que provoca una creciente aporofobia
• La patriarcal que provoca feminicidios y violencia machista.
• La colonial entre las superpotencias y el colonialismo cultural que provoca el mantenimiento de la colonialidad
• La ecológica que desemboca en ecocidio
• La afectivo-sexual entre heterosexualidad y LGTBIQ+ que provoca el odio y la LGTBIFOBIA y transfobia.
• La que expulsa, rechaza, demoniza a migrantes y refugiados que agudiza aún más la xenofobia
Y otras muchas más…que desentraña con una gran maestría y seriedad intelectual.
Agradezco a Juanjo su lúcida denuncia. Sin hacer un análisis de la realidad y desenmascarar sus causas no es posible construir nada nuevo ni positivo, ni practicar la compasión.
El análisis que hace de la compasión para re-codificarla lo recomiendo vivamente.
La primera afirmación es que la compasión es una característica fundamental del ser humano, y llega a hacer una afirmación con la que estoy totalmente de acuerdo: “Sin compasión no hay humanidad”… “La compasión nos hace humanos, La falta de compasión nos deshumaniza”… Sin compasión no hay respeto por la vida de los otros sino la guerra de todos contra todos”
La compasión, nos recuerda Juanjo, es el fundamento de la ética y de nuestros comportamientos humanos solidarios.
Del recorrido que Juanjo hace por la compasión en las religiones. muy documentado y valioso, quiero resaltar, porque tanto para mí como para muchas persona, la compasión en Jesús de Nazaret, tiene rasgos muy valiosos para nuestro momento. Es frecuente poner de relieva la capacidad compasiva de Jesús para las víctimas del desamor y del sistema, el lugar central que ocupa la compasión en el proyecto de Jesús viene referido por el texto y el contexto de la parábola del Buen Samaritano…Lo que no es tan frecuente y yo lo agradezco especialmente porque no nos resulta fácil saber vincular denuncia profética, valiente y desenmascaradora de las mentiras e injusticias con la compasión para con las personas. Compasión conflictiva, compasión e indignación…Ojalá sepamos aprender del Nazareno ese difícil binomio.
Otro rasgo de la compasión que quiero resaltar por la urgencia que siento de saber vivirlo es la capacidad de vivir una mística de ojos abiertos, con una compasión que se hace política eficaz en favor de las múltiples víctimas del sistema y del desamor social y personal.
Volver a releer hoy este libro me ha devuelto la esperanza de que es posible otro mundo donde la mística, el cuidado, la compasión, la denuncia profética y la política eficaz se besen y se hagan verdad en nuestro mundo. Lo necesitamos y mucho.
Termino con la cita con la que inicia su libro: “¿Sabes Jürgen (Habermas)? Ahora sé en qué se fundan nuestros juicios de valor más elementales: en la compasión, en nuestro sentimiento por el dolor de los otros”
Gracias Juanjo por esta joya de libro tan necesario hoy.