Mi intervención brota de una preocupación, la constatación de una falta de esperanza en muchas personas, del desfondamiento y falta de motivación para luchar, incluso para vivir. En otras muchas, una gran dificultad para encontrar hoy razones para la esperanza.
Además estoy asustada y preocupada por el número de suicidios, no sólo en el mundo sino en España, sobre todo de niños, adolescentes y jóvenes.[1]
Desde esa preocupación llevo tiempo repensando como
vivir y/o y ofrecer una mirada lúcida, realista y al tiempo motivadora sobre
qué es esperar, razones para la esperanza, caminos para vivirla adecuadamente a
nuestro momento histórico, beneficios de saber vivir con esperanza.
Muchas personas hoy sienten que no es compatible tener esperanza y mirar con lucidez y verdad nuestro mundo “en emergencia” Me gustaría hacer el esfuerzo de mostrar que no es fácil pero sí es posible, incluso yo diría imprescindible.
Desde hace tiempo también busco como ofrecer/nos motivos para la esperanza más allá de los argumentos y razones religiosas. Hoy es tan urgente tener esperanza que necesitamos saber ofrecernos como humanidad una mirada esperanzada que nos movilice a caminar en dirección a lo que esperamos, salvar la vida, nuestra humanidad, caminar hacia una mayor justicia y equidad.