Orar desde las relaciones laborales


Colección “En clave de mujer” de la Editorial Desclée de Brouwer:
(en Orar desde las relaciones humanas);

"Mi (Madre)-Padre siempre trabaja y yo también trabajo" (Jn5,17)


ÍNDICE.

0- INTRODUCCIÓN. 
1- ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER YO MISMA. 

·        Quién soy yo.
·        ¡Muéstrame mi ser!. 

2- ORAR DESDE EL TRABAJO DE AYUDAR A SER.

·        Dejar a cada un@ ser lo que es
·        Creer que tod@s y toda la realidad está embarazad@ de vida nueva.
·        Ser partera de la vida.
·        Colaborar en la tarea creadora de reconstrucción del ser. 


3- ORAR DESDE TRABAJO DE SER BUSCADORA CON  OTR@S. 

·        Soy peregrina.
·        Tu Palabra lámpara para mis pasos.
·        Te buscamos y estamos en Ti y Tú en nosotr@s.  

4- ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER "VIGÍA".

·        Qué es ser vigía. Cuál es su misión.
·        Cuáles son las atalayas para avistar náufragos.
·        Las atalayas de los vigías y la perspectiva de los náufragos. 

5- ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER "TEJEDORA", "ARTESANA" DEL REINO DESDE LA COTIDIANEIDAD.

·        Cuando Tus Manos se hacen cuerpo en nuestras manos...
·        Para hacerlas tejedoras, artesanas del Reino en la cotidianeidad.
·        Para saber trabajar y descansar.

EPÍLOGO.
·        Orar desde el trabajo de asumir e integrar el dolor y la muerte.




ORAR DESDE LAS RELACIONES LABORALES
"Mi (Madre)-Padre siempre trabaja y yo también trabajo" (Jn5,17)

  
INTRODUCCIÓN.

            Cuando me propusieron este tema de oración no me gustó, no sabía muy bien por qué, pero no me atraía.
            Poco a poco fui dándome cuenta que había caído en la trampa de considerar lo "laboral", es decir "lo del trabajo", reducido al trabajo remunerado, al trabajo reconocido como profesional, y entonces me enfadé. Me enfadé conmigo por seguir metida en esta concepción, me enfadé con una sociedad que identifica trabajo con salario.
            Recordé entonces una experiencia que tuvimos un grupo de alumn@s en el Salvador hace dos o tres años. Estaba dando un curso de Teología Feminista y para verificar cuál era la situación de la mujer en San Salvador hicimos un trabajo de campo. Uno de los temas a sondear era "El trabajo de las mujeres salvadoreñas". Vari@s de l@s alumn@s se encontraron con muchas situaciones parecidas a la que transcribo:

·        Entrevistador: ¿Usted trabaja?.
·        Mujer: no, yo no trabajo, trabaja mi esposo..
·        Entrevistador: ¿Podría decirnos qué hace desde que se levanta hasta que se acuesta?
·        Mujer: “Me levanto a las cuatro de la mañana, le doy gracias a Dios por el nuevo día, le encomiendo a mis hijos y a mi esposo. Hago el desayuno; mientras estoy haciendo el café y las tortitas muevo la comida; mientras  le sirvo la comida a mi marido friego los platos...después que él se ha ido le sirvo el desayuno a mis hijos. Luego me voy al campo a recoger algunas papitas y frijolitos para poder comer. Al llegar a la casa tengo que hacer lo de siempre: la comida, la limpieza de la casa, acarrear agua para todo el día (tardo en llegar allá unas dos horas), ir a por leña; después por la noche hago la cena se la doy a mi marido e hijos. Ellos se acuestan y yo me quedo lavando los platos ,ordenando la cocina, remendando los trapos de los niños y del hombre...una, por ser mujer, se viene a acostar de última y bien cansada....La verdad es que no me alcanza el día"
·        Entrevistador: Cuando al fin logra acostarse ¿con qué sueña?.
·        Mujer: "Cuando me acuesto yo no sueño, porque casi no tengo tiempo para dormir. Esta es la verdad de mi vida, pues...Pero por muy dura que sea mi vida puedo ayudar para dar de comer a mis hijos y es ahí donde me encuentro con mi Dios, que es el que me da fuerzas para seguir adelante.”

Esta es la verdad de su vida y de la inmensa mayoría de las mujeres en el mundo, no les alcanza el día sin parar de trabajar pero...¡ellas no trabajan!.

            A base de considerar que nuestro trabajo no remunerado es "no rentable", terminamos nosotras mismas por verlo así, incluso por no considerarlo trabajo.

Para verificar si esto es así busco en el diccionario el término "Laboral" : "adjetivo relativo al trabajo en su dimensión económica y social".[1] Está clara la vinculación trabajo y dimensión económica ¿a que se refiere la dimensión social del mismo?. Sigo mi búsqueda en "Trabajo" [2]1. Acción y esfuerzo de trabajar: trabajo manual, trabajo intelectual. 2- Ocupación retribuida: vivir de su trabajo. 3 Obra, producto resultante de una actividad física o intelectual: es un trabajo de artesanía. 4. fig. Dificultad, molestia.   5 Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, actividad del hombre encaminada a un fin. Trabajo social, asistencia social.." Por verificar aún más lo que ya estaba claro la vinculación trabajo-retribución económica, producción de riqueza y por supuesto actividad del hombre, seguí buscando "Trabajar": 1 Realizar un esfuerzo en una actividad. 2. Tener una ocupación estable, ejercer un oficio o profesión. 3 Ejercer la propia actividad en un determinado comercio o industria..."  ya no quise seguir buscando más. Mi indignación crecía con la búsqueda.
Me pregunto si nos puede sorprender que la mujer salvadoreña que hemos mencionado anteriormente diga que ella "no trabaja" aunque sí realice un enorme esfuerzo y no deje de estar permanentemente activa. Claro, lo que ella hace no es una profesión, ni un oficio, ni es retribuido, ni produce "riqueza", ni es una obra de artesanía para nadie, ni es una actividad comercial o industrial y sobre todo no es "actividad del hombre" sino de ella, mujer y su trabajo no forma parte de la definición de trabajo a no ser porque es una actividad, un esfuerzo, que conlleva dificultad y molestia ...para ella ¡naturalmente!.

            Es desde aquí desde donde quiero comenzar mi oración desde la protesta por esta situación.


            Quiero hoy, Dios Madre-Padre que siempre estás trabajando, antes de nada, expresar mi protesta ante Ti por el fraude social que nos hacen a las mujeres y a todas las personas cuyo trabajo no se paga y por eso no se valora.
            Por la injusticia que se comete contra las amas de casa, aquellas cuya profesión es "sus labores". Labores ¿de quién?, ¿por qué son suyas esas faenas del hogar?, ¿quién ha decidido que son suyas?. ¿Acaso en el código genético XX va inscrita la escoba, el trapo del polvo, la sabiduría infusa de cómo se da un biberón, se cambian unos pañales, se atiende a unos padres y madres o suegr@s mayores y enferm@s?.
            Ellas, son "económicamente no activas", no entran a formar parte del Producto Nacional Bruto. Sólo se cotiza el trabajo para el capital no el trabajo para la vida. Ese no es rentable, ese no merece ser pagado ni siquiera con el salario mínimo interprofesional, ellas no tienen derecho a la jubilación porque "no han cotizado". ¿Qué es lo que no han cotizado?. ¡Dinero! que es lo único valioso. ¿Es qué el trabajo de dar la vida, llevarla en las entrañas, parirla con dolor, cuidarla, alimentarla, mantenerla, curarla ¿no es valioso?. El trabajo cotidiano de mantenimiento y buen funcionamiento de una casa, de todas las tareas domésticas ¿sólo es "rentable" cuando se hace para otros, y no en la propia familia?.
¿Quién se beneficia de todo este trabajo?.
Lo malo, de todo esto ¿sabes?, no es solo el robo de nuestra fuerza laboral por parte del capitalismo, que se beneficia de una plusvalía que no le corresponde, sino que las mismas mujeres hemos terminado por considerar nuestro trabajo cotidiano no solo como no valioso sino como "no trabajo".

Yo sé que Tú no puedes ver esto con buenos ojos

Me dirijo a Ti utilizando un lenguaje metafórico, no tenemos otro para hablarte y hablar de Ti, para nombrarte, para barruntar algo de tu misterio siempre insondable, pero necesitamos de los conceptos, de las imágenes; son nuestras herramientas para entendernos entre nosotr@s.    
A lo largo de mi oración te nombro con muchos nombres, ya que Tu eres  innombrable, me dirijo a Ti tanto en masculino, como en femenino. Ya sé que Tu no eres ni varón, ni mujer pero a base de nombrarte siempre con el pronombre "Él" y con nombres y adjetivos masculinos hemos terminado por identificarte con lo masculino. Lo femenino nunca lo hemos sentido vinculado a la divinidad, nosotras las mujeres no nos parecíamos a Ti, ni Tú a nosotras. [3]. En mi modo de nombrarte quiero expresar que hemos sido creados a tu imagen "hombre y mujer", por tanto, amb@os mostramos algo de Ti y a la vez ocultamos tu verdad más profunda. 
Jesús nos dijo que Tú trabajas siempre (Jn 5, 17), no podía ser de otra manera Dios Madre-Padre de todo el universo. Por eso me dirijo a Ti con un nombre nuevo: Dios del incesante trabajo. [4] Tú estás siempre en todo trabajando. Tú no tienes vacaciones, tu amor está siempre activo a favor de tu creación, a favor nuestro. Tú no nos pasas facturas por ello, ni haces discriminación alguna. Jesús nos lo dijo muy claro: haces salir el sol y la lluvia sobre buenos y malos sobre justos e injustos. Sobre todo trabajas a favor de aquellos a quienes nosotros privamos del aire limpio, del pan y del agua, del trabajo y del descanso. Tu sabes unir trabajo y disfrute porque haces de tu continua actividad el lugar de manifestación de tu amor.

            Me dirijo a Ti, Dios de la vida, Tú sabes del "incesante trabajo" que supone :
·        Ser Tu mism@: Amor como esencia.
·        Dejar ser a cada realidad lo que es, sosteniéndola con tu energía amorosa, creadora. Acogiéndola tal como es. Regalando a los seres humanos su libertad.
·        Favorecer que l@s otr@s y lo otro sean lo que están llamad@s a ser.
·        Cuidar y mantener la vida habitándola desde dentro, comunicándole continuamente tu energía creadora.
·        Sanar todo lo herido; curarlo devolviéndole la capacidad de regenerarse.
·        Colaborar con nosotr@s para transformar este mundo nuestro en tu sueño: un mundo de hij@s y herman@s.
·        Gemir desde el cosmos para reclamar que toda vida tenga derecho a desarrollarse.
·        Hacer del universo un lugar de Encuentro con todos y con todo, Contigo, Tu Él/La siempre presente. Aquel, Aquella, en quien "vivimos, nos movemos y existimos".
·        Padecer la destrucción de la vida, la desfiguración de tu Rostro humano, el mal uso de nuestra libertad.
·        Regalarnos tu obra maestra: Jesús.

Al contemplarte así como Trabajadora incansable, quiero acoger tu llamada a colaborar contigo en este trabajo permanente. Quiero saber orar desde todas mis relaciones laborales: orar desde el trabajo de ser yo misma y dejarme configurar; orar desde el trabajo de dejar ser a l@s otr@s lo que ell@s son ; desde el trabajo de ayudar a ser; de ser vigía; buscadora con otr@s, tejedora del reino, también desde el trabajo de padecer, de acoger las pasividades de la vida. En realidad orar desde todo mi ser y hacer, desde mis días de trabajo y de descanso, desde que me levanto hasta que me acuesto, porque deseo saber hacer de mi vida una oración continua; de mi cuerpo un espacio para la vida y el amor, de mi persona un lugar de relación y de encuentro contigo en tod@s y de tod@s en Ti. 

1-     ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER YO MISMA. 

            "Ser yo misma" es una expresión muy querida para mi. Desde muy pequeña recuerdo que mi padre me decía: "tú, hija, sé siempre tu misma" y eso aún no sabía lo que era, pero me gustaba. Yo lo veía a él siendo fiel a sus principios, a su modo de ver la vida, a sus valores y creencias, no "vendiéndose" por nada, ni a nadie. Derviche (ese era su seudónimo) era indomable, lo sabían sus compañeros de trabajo, periodistas como él. Y yo me sentía orgullosa de que fuese así.
Después cuando fui al colegio y empecé a recibir clases de Religión, me confundieron. El cura nos decía que eso de querer ser uno mismo a Ti no te gustaba, que eso era orgullo, vanidad y no sé cuantas cosas más.
La formación religiosa que recibí durante muchos años no me aclaró mucho en este terreno. Si no era malo directamente, era algo peligroso.
Al "yo" había que matarlo, salir de él, olvidarlo, controlarlo, mortificarlo. Parecía que ser yo era incompatible con dejarte ser a Ti. ¿Tanto poder tiene mi pobre yo?- me decía-. Me hacían sentir algo así como si para que Tú fueras Dios, mi yo tenía que no-ser. Nunca me convencieron mucho esos argumentos, pero no tenía otras referencias espirituales en las que fundamentarme.
Pero las palabras de mis padres habían quedado grabadas en mis entrañas, y poco a poco fui interrogándome: ¿cómo es posible que a mis padres, que me han dado la vida, les guste que yo sea yo y al Dios que me ha creado, no le guste?. Empecé a sospechar que algo no funcionaba bien en ese discurso. Y busqué, busqué otras respuestas...y ¡las fui encontrando!.
Hoy quiero darte gracias, Señor, por las personas que pusiste en mi camino que me ayudaron a desarrollar la confianza básica en mi misma y en la vida, bases firmes para poder trabajar la propia identidad.
Te alabo por aquellas que me ofrecieron un marco de referencia distinto, otros modos de entender la relación contigo, sin tener que sentir que tenía que elegir entre Tu o yo. Por el contrario me ayudaron a creer que tu gloria, tu deseo, tu sueño sobre cada uno de tus hij@s era que fuésemos cada un@, de verdad nosotr@s mism@s. Que Tú deseas que despleguemos al máximo nuestras capacidades, nuestra singularidad, nuestra autonomía y libertad.
Me viene ahora a la memoria dos textos que fueron muy significativos para mí en distintos momentos de mi vida.
Uno es del Beato Pedro Poveda, que oí cuando era muy joven y fue como un vaso de agua fresca en medio de otras palabras que trataban de configurarme renunciando a mi ser:
"Tu trabajo no está en despojarte del ser que tienes y en adquirir otro nuevo, sino en perfeccionar todo tu ser."
"Deja que los demás sean como fueren, pero tú sé como Dios quiere que seas". [5]
            El otro es de Anthony de Mello, que tuve la suerte de conocer y admirar a quien debo una profunda apertura de horizontes en el campo de la espiritualidad.
"Un día preguntó el Maestro:
- En vuestra opinión, ¿cuál es la pregunta religiosa más importante.
A modo de respuesta, escuchó muchas preguntas:
-         ¿Existe Dios?
-         ¿Quién es Dios?
-         ¿Cuál es el camino hacia Dios?
-         ¿Hay vida después de la muerte?
-         -No- dijo el Maestro- la pregunta mas importante es:
-         <<¡Quién soy yo>>?. [6]

"Perfeccionar todo mi ser", "ser lo que Tú quieres que sea", hacer de la pregunta "¿quién soy yo?" una de las preguntas religiosas más importantes de mi vida y encontrar una respuesta adecuada se ha convertido para mí, desde hace tiempo, en un gran reto, en un deseo profundo. Una vez más hago de ésta búsqueda un lugar de oración.

¿Quién soy yo?

            Quiero, hoy, contemplarte como Dios Madre trabajando en mi ser, modelándome en las entrañas de mi madre, regalándome con un ser único e irrepetible:
"Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el vientre de mi madre;
 yo te doy gracias por tan grandes maravillas;
prodigio soy, prodigio son tus obras...
Yo lo sé muy bien, conocías hasta el fondo de mi alma, no se te escondía mi organismo.
Cuando en lo oculto me iba formando
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mi embrión, mis días estaban modelados, escritos todos en tu libro, sin faltar uno.
Que incomparables encuentro tus designios"(Sal 138,13-17).

            Soy, Dios de la vida, hechura de tus manos,(Gn 2,7), barro y aliento tuyo (Gn, 2,7); criatura llevada en tu seno portador (Is 43,6), hecha a tu imagen y semejanza (Gn 1,27), algo "muy bueno" (Gn 1,31).

            Soy, porque me has amado y me sigues amando, porque me has constituido  y llamado a la existencia y me sigues sosteniendo en ella. Por eso lo primero, para poder ser, es recibirme de Ti, acoger tu continuo trabajo en mí y dejarme moldear por Ti. Colaborar contigo en esa obra maestra que quieres hacer en mi y que consiste en dejarme configurar como hija, en tu Hijo y hermano nuestro, Jesús.

            Yo no tengo duda de que para Ti, Dios Madre nuestra, soy valiosa, hija amada en quien Tú te complaces, (Mc 1,11) no porque soy buena, sino porque soy hija. Esa profunda experiencia que fundamentó la vida de Jesús no es una realidad exclusiva suya, a Él le corresponderá en grado eminente, sin duda, pero en Él sabemos todos los seres humanos quienes somos para Ti.

            Ahora me toca a mí a lo largo de mi vida, el trabajo de acoger y desarrollar todas las potencialidades con las que me has regalado, las posibilidades que has puesto en mí y que nadie puede desarrollar por mí. Pero ese trabajo tú me lo has facilitado de antemano, poniendo en mí interior "la tendencia a la actualización"[7] de mi verdadero ser. Este trabajo de ser pone de relieve cómo me relaciono conmigo misma y desde ahí con los demás y contigo, el Dios al que cuando Moisés pregunta por su identidad le contesta que es El/La que es(Ex 3,14).

            No es fácil, Dios que Eres, ser de verdad nosotr@s mism@s. Las dificultades son variadas. Unas tienen que ver con identidad asignada socialmente. ¿cómo ser mujer o varón y no repetir los estereotipos, los roles y cualidades asignados socialmente a nuestro sexo?. Todo ello nos limita y empobrece a ambos, no nos permite ser sin más persona humana que desarrolla todas sus potencialidades. Otras dificultades vienen del esfuerzo que tenemos que hacer para no confundir nuestro yo profundo, allí donde Tú has dejado tu rostro, allí donde, como bellamente dice San Juan de la Cruz, están "los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados", con nuestros "yoes" superficiales.. Esos "yoes" que nos ofuscan muchas veces y nos hacen creer que somos lo que tenemos, lo que pesamos y medimos, lo que hacemos, o los roles que ejercemos o el poder que creemos tener, incluso nos podemos creer que somos lo que amamos y ¡no es así!.
Tú sabes, mejor que yo, que caigo muchas veces en esos errores, y reconozco que también me equivoco cuando me identifico con las etiquetas que los demás me ponen y desde las que me alaban o critican. ¡Si viviera más despierta no me afectaría tanto!.
Tampoco soy la imagen que yo tengo de mí. No soy lo que pienso, ni lo que siento, ni lo que hago, pues todo eso va cambiando en mí según van modificándose datos de la realidad, experiencias que vivo, años que transcurren... Todo ésto está en mí, y sin duda, me va configurando en cada etapa de mi vida, pero no son mi yo profundo.
  
¡Muéstrame mi ser!

Tú, la que Siempre Eres, muéstrame mi verdadero ser, indícame los caminos que me conducen a él.
Dame lucidez para reconocer mi verdad, me guste o no. Que mi narcisismo no me cierre los ojos a lo que no encaja en mi autoimagen. No quiero alienarme en el desconocimiento de mis necesidades, dinamismos, deseos, valores reales desde los que organizo mi tiempo, mi energía y mi dinero. Sé que mi "ego" tiene que morir para que surja mi verdadero yo, pero lo primero es conocerme en verdad.
Respiro profundamente repitiendo como un "mantra" mi petición: ¡muéstrame la verdad de mi ser!.
Poco a poco voy intentando acallar el ruido de mi cuerpo hecho de tensiones múltiples, el ruido de mis palabras, de mis pensamientos, de mis sentimientos...Permanezco en silencio a la espera de tu Palabra .y este me va conduciendo lentamente a un "lugar" desconocido...a un "espacio" nuevo hecho de armonía, consciencia, paz. El Silencio es la Palabra.
"Eres misterio, escucho, no intentes aprisionar tu ser con las palabras que te etiquetan, escúchate en el silencio de juicios y reproches, exigencias y deberías...Acógete incondicionalmente, como Yo lo hago".
Vuelve el silencio, cada vez más profundo, me invade el sosiego, respiro sin más Tu presencia...y mi respiración me invita a acogerte y abandonarme en Ti.
La respiración lenta, profunda, me abre al misterio de la vida y escucho dentro de mí una sensación nueva...como si todo el universo respirase en mí...como si toda la humanidad me habitase...Sencillamente respiro.
Y de nuevo Tu palabra me llega: "No eres sólo yo, sino YO-TU. YO-ELLO. Despierta del sueño de la individualidad aislada... Todo otro es carne de tu carne y hueso de tus huesos... Cuando te cierras a tus hermanos te cierras a tu propia carne... Toda la creación vive en ti, eres parte de ella, ella ha colaborado en tu ser ".
Siento que se me cae una venda de los ojos, y descubro mi profunda miopía, he identificado mi ser con los contornos de mi piel, incapaz de ampliar mis fronteras corporales.
Me viene a la memoria un cuento que oí contar a Tony de Mello hace años, pero ahora se me revela de un modo nuevo:
"Unos hombres borrachos después de una noche de juerga, se encuentran caminando por la calle dando tumbos y como llueve deciden esconderse debajo de un chamizo con techo que encuentran. Se acurrucan uno contra otro, para aminorar el frío y se quedan dormidos. A la mañana siguiente medio dormidos y con la resaca de la noche, no aciertan a deshacer el nudo de piernas y brazos en que se han convertido. Oyen pasar por allí a un paisano del pueblo y lo llaman. Este acude y le dicen:
- Buen hombre no logramos encontrar cada uno nuestros pies y nuestras manos.
Él con la sabiduria del hombre del pueblo les dice:
- Es muy sencillo.
Saca un imperdible de sus pantalones y empieza a pinchar un pie. -- ¡Ay! grita uno.
- Ésta es tu pierna, le dice.
Y así va devolviendo a cada uno sus miembros.
Tony sentenció: "Si solo decimos ¡Ay! cuando nos pinchan nuestros pies o nuestras manos aún no hemos aprendido lo que es ser humano".

            Me brota del corazón una profunda petición de perdón: ¡Ten misericordia de mi!. ¡Tan lejos me veo de vivir esta profunda verdad!. Tan imposible a mis fuerzas, tan alejada de la experiencia de mi pequeño "ego", de mis "yoes" superficiales que se constituyen en dueños y señores de muchas de mis percepciones y decisiones.
            Descubro con claridad que hay un modo de querer ser yo misma que es mentira, es "el no-yo" aislado, insolidario. Y ese "yo falso" o superficial necesita morir para que pueda nacer el verdadero yo. Desde esta experiencia, escucho con sonido nuevo la invitación de Jesús a dejar que el grano de trigo muera, a perder la vida para ganarla, a la necesidad de negarse a sí mismo para seguirle. ¡Es verdad!, hay un modo de entender "ser yo misma" no coherente con mi verdad, ni por tanto con Tu proyecto, Señor.
            Tú quieres que me ame a mí misma, sin duda alguna, tanto como deseas que ame a los otros. Pero ahora descubro que hay un amor auténtico a mi misma que supone negar lo que me niega: mis falsos yoes, mi no-yo. Solo así seré verdad y esa verdad es la que me hará libre.
            "Mira a Jesús, me dices, Él si vivió esta profunda experiencia mística, y la expresó con toda claridad: <<Lo que hagáis a alguno de estos mis pequeños a mí me lo haceis>>.<<Tuve hambre y sed y estaba desnudo, y sediento y en la cárcel..>> (Mt 25). No hay aquí sólo una llamada ética sino una llamada a vivir la misma experiencia mística que Él vivió.
De nuevo vuelvo al silencio, como impulsada por una fuerza que me conduce más adentro todavía. Una vez más la calma profunda, la paz, la armonía... Algo así debe ser eso de la "música callada", "la soledad sonora".
En medio de ese silencio resuena Tu voz: "Donde tu dices "yo" yo digo "Dios". Me estremezco he debido de oír mal. ¡No es posible!.  Pero la voz sigue musitando las mismas palabras...Sí, esa es la última verdad que te constituye. Ya te lo revelé en Jesús pero no te has enterado. Él sí logró vivir la verdad más profunda de su ser y lo expresó muy claramente el evangelista Juan poniendo en su boca estas palabras: "quien me ve a mi ve al Padre, porque mi Padre y yo somos una misma cosa". No logro entender y replico: "Bueno, eso sí era verdad en Él pero no en mí, no en nosotros los seres humanos". Pero Tú insistes y me dices: "Yo soy quien te constituye, te sostiene, te habita, Yo soy quien te hace ser, de alguna manera misteriosa pero real, también es verdad en ti que Yo, tu Madre-Padre, y tú somos una misma cosa. Si te dejas modelar por mi Espíritu, si te dejas configurar al estilo de Jesús, mi Hijo amado, también tú vivirás la experiencia que tuvo Pablo y como él podrás decir:<<Vivo yo más ya no yo, es Cristo quien vive en mí.>>" (Gal 2,20). Entonces podrás ser transparencia de mi amor en y a través de tu cuerpo."

Las lágrimas ruedan mansamente por mis mejillas, no tengo palabras, ni conceptos, ni imágenes...me quedo muda y asombrada, una gratitud inmensa invade todo mi ser.

¿Quién soy yo? fue la pregunta con la que comencé mi oración. Cuando pude recordé una parábola de Tony que resumía bien la experiencia vivida.

"Una muñeca de sal recorrió miles de kilómetros de tierra firme, hasta que, por fin, llegó al mar.
Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa totalmente distinta de cuanto había visto hasta entonces.
<<¿Quien eres tú? >>, le preguntó al mar la muñeca de sal.
Con una sonrisa, el mar le respondió: <<Entra y compruébalo tú misma>>.
Y la muñeca se metió en el mar. Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta que apenas quedó nada de ella.
Antes de que se disolviera el último pedazo, la muñeca exclamó asombrada:<<Ahora ya sé quién soy>>.[8]

            Un día me encontraré ante ese mar sin orillas que eres Tú, Dios-Amor, y  cuando te pregunte: <<Tú quién eres>> me invitarás a entrar en tu inmensidad y yo aceptando esa llamada comprobaré por mí misma que, en la medida que voy dejando disolverse mis fronteras que me aíslan, comprenderé que solo tiene sentido vivir desde el amor y para él y al irme haciendo comunión Contigo y en Ti con todo, al fin sabré quién soy yo.

            Entre tanto, Mar inmenso, dame la conciencia lúcida, mística de que "Soy el mar" y que mi ser se encuentra cuando se entrega por Amor. 


2- ORAR DESDE EL TRABAJO DE AYUDAR A SER.

Dejar a cada un@ ser lo que es.

Es de noche, llego a casa después de un largo día de muchas horas dedicadas a la escucha activa, que quiere ser incondicional, atenta al lenguaje verbal y no verbal y continuada, con el deseo y la esperanza de que ésta pueda ser un lugar de crecimiento personal,  un espacio terapéutico, sanador. No siempre me resulta fácil y hoy, Señor, he percibido todas mis resistencias, mi dificultad para permitir a cada persona ser lo que es, ser lo que puede y/o elige ser.
A veces, me viene la tentación de querer "ser como Dios", modelando al ser humano a mi imagen y semejanza, es decir, orientar su crecimiento y maduración desde mi mundo de valores y creencias, desde lo que "yo" veo tan claro...Pero Tú, ¡cuantas veces! desde dentro, me susurras: "no, no es así, respeta, acoge sin prejuicios, ni valoraciones, ¡no juzgues!. No intentes sutilmente manipular para conducir a otro al lugar que tu ves. Permítele ser lo que es ante ti, sin necesidad de defenderse, porque tú no le amenazas con tus pensamientos enjuiciadores y condenatorios..." Entonces comprendo que es ahí en ese espacio de acogida incondicional, de calidez, de confianza donde cada persona puede llegar a encontrase con ella misma y desde ahí poder crecer, desde ella, para encontrarse contigo.

Creer que tod@s y toda la realidad está embarazad@ de vida nueva
(Lc 1, 26-37)

Hoy, en mi trabajo como psicoterapeuta, he tenido una tarde especialmente difícil. Me viene el recuerdo de la última entrevista, eran ya las nueve de la noche, y yo también estaba cansada. Y allí estaba María José, ante mí, derrumbada después de tanto tiempo de lucha, de esfuerzo por darle sentido a su vida que había entrado en un callejón sin salida. Cuando ya parecía que era posible comenzar una nueva vida, volvía hoy, de nuevo, sin esperanza, sin horizonte, el sentimiento de infecundidad y desesperanza se mostraba en su cuerpo abandonado en el sillón. Casi ni hablaba, lloraba mansamente, sin fuerzas ni para el sollozo. No hacía falta más lenguaje que el de su cuerpo. Allí estaba postrada. Intenté ofrecerle toda la acogida de que fui capaz, de hacerme cargo de su dolor y abatimiento pero ¡que sentimiento tan fuerte de impotencia!. Yo, ¿qué podía hacer?. El camino hecho, de casi tres años, se presentaba, ante ella y ante mí, como inútil, como si no hubiese servido para nada.
Confieso que yo también terminé la entrevista desanimada y vengo ante Ti,  a recuperar la fuerza para seguir confiando en mí y en ella, y en todas las personas que me piden ayuda de una u otra manera, que se cruzan en mi vida. Difícilmente puedo devolverles la confianza en ellos mismos si Tú, Buscadora de lo perdido, no sostienes la mía.
Abro el Evangelio de Lucas y me pongo a leerlo, dejando vagar mis ojos a la espera de que una Palabra tuya me ilumine, de pronto un texto, tantas veces leído, me hace sobresaltar: "Mira también tu parienta Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían estéril está ya de seis meses, porque para Dios no hay nada imposible" (Lc 1,36). "vieja y estéril" pocas palabras pueden expresar mejor la desesperanza de nueva vida.
Dejo un espacio de silencio prolongado para que esa Palabra despliegue desde dentro toda su potencialidad y como una larga procesión se presentan ante mí todas "las Isabeles" de las que yo ya no espero nada: personas, realidades, proyectos, instituciones, situaciones personales, sociales, internacionales, eclesiales..."viejas y estériles"...¿Me creo yo que pueden embarazarse de vida nueva?; ¿me creo que siempre es posible nacer de nuevo, aunque se sea ya viejo? (Jn3) . Ella es así "vieja y estéril". Es verdad, no se trata de cerrar lo ojos a las realidades que se presentan sin salida, no se trata de "edulcorar" la realidad, sino de algo muy distinto: de creer en las potencialidades de lo real. En creer como dice Jon Sobrino que lo "real está transido de gracia, que la realidad es "graciosa", que "en la misma realidad hay, pues, algo de promesa y de esperanza no acallado por la experiencia de siglos. La misma realidad, a pesar de la larga historia de fracaso y miseria, plantea siempre de nuevo la esperanza de plenitud" [9]
En lenguaje de Pablo, es creer que el dolor de la creación, el dolor de nuestro mundo, de nuestro cosmos, de nuestro entorno, y el propio...puede llegar a leerse como dolor de parto y no de aborto.(Rom 8,22-23)
Voy dejando pasar ante mí esa larga procesión de "isabeles" y también de todo lo que en mí también considero "caso perdido", sin esperanzas de mucha mejora porque yo también me voy haciendo vieja y hay muchas zonas mías muertas y estériles, que no han nacido de nuevo a la vida del Reino y muchas veces pierdo ya la esperanza de que así pueda ser.
Y cómo María pregunto ¿cómo será esto?...y Tu Palabra resuena nítida: <<No es obra de varón, ni de mujer, ni de tu esfuerzo, ni de tu sabiduría, ni tu profesionalidad...sino obra del Espíritu de Dios que, una vez más, caerá sobre ti y sobre todas las "isabeles" de la historia, la fuerza del Altísimo os cubrirá con su sombra y  por eso la criatura nueva que va a nacer será verdaderamente hij@ de Dios y herman@ de sus herman@s .Porque para Dios nada es imposible>> (Cfr Lc 1,34-37). Guardo un profundo silencio hecho de sobrecogimiento, asombro y turbación.

Cuando puedo doy gracias, pido el don de creer esa palabra. Creer que tod@s (hombres y mujeres) y todo (la historia y la creación) está embarazad@ de vida nueva y que es posible nacer de nuevo a la filiación y a la fraternidad.

Me viene a la mente y al corazón la imagen de María José de esta tarde, allí estaba ella, con dolores que no supimos leer como dolor de parto sino como aborto después de tanto esfuerzo y tesón, sobre todo de su parte, la única protagonista de su vida.
Me pregunto si , además de creer que eso es posible para ti Señor, ¿hay algo que yo pueda hacer para colaborar contigo en esta nueva creación?. Con ese interrogante que me quema las entrañas me voy a dormir con la esperanza de que, también a mi, en "sueños" me hables al corazón.

Ser parter@ de la vida.(Lc 1 ,39.56-57,  Ex1,15-22)

Como durante la noche no tuve el sueño deseado, comienzo mi día con la misma súplica: ¡muestra tus caminos!, que yo vea cómo, desde mi trabajo cotidiano, desde el esfuerzo por ser y ayudar a ser, puedo colaborar en tu incesante trabajo creador, Dios Madre muéstrame los caminos que ayudan a generar vida.

Vuelvo de nuevo al texto de Lucas donde lo dejé ayer y leo "Por aquellos, días María se puso en camino y fue a toda prisa a la sierra, a un pueblo de Judá, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.[...] María se quedó con ella cuatro meses y se volvió a su casa. A Isabel se le cumplió el tiempo de dar a luz y tuvo un hijo" (Lc1,39.56-57).

Todo se me ilumina desde esa escena sencilla y cotidiana de una mujer que va a ayudar a otra a dar a luz.
María creyó al mensajero, pero no se quedó quieta saboreando en solitario su buena nueva, ni permanece inmovilizada ante la noticia de que Isabel está embarazada, sino que de prisa se pone en camino- está ya de 6 meses- poco queda para poder echarle una mano.
Allí permanece cuatro meses, lo suficiente para hacer lo que ella puede hacer ayudar a dar a luz, ser partera.
Recuerdo una vez que estuve dolorosa y gozosamente presente en el lento y doloroso tiempo de dilatación del útero de una de mis hermanas, a la espera de dar a luz. ¡Que momentos tan fuertes de emoción!. Los sentimientos se me agolpaban: por un lado la alegría de estar ahí dándole la mano para que la apretara, ofreciéndole mi cercanía incondicional, animándola a confiar que ese dolor, que era de parto, pronto se iba a convertir en gozo por la vida nueva que llegaba y al tiempo ¡que profundo sentimiento de impotencia!, nada podía hacer por ayudarla más que estar a su lado y ser testigo de  su fecundidad.
La noche se hacía eterna, y yo tenía prisa, pero ella seguía acogiendo el ritmo de las contracciones cada vez mas seguidas pero aún muy lejos de los tres minutos que nos habían puesto como tope para llamar a la comadrona. Y yo estaba allí renunciando a la satisfacción de "hacer" para sólo "dejar hacer", renunciando a todo protagonismo para reconocer que yo no aportaba vida alguna, la vida estaba allí ante mis ojos, yo era testigo de ella, sólo acompañaba con mi presencia ese milagro del nacer a la vida; yo podía ofrecerle la confianza de que si me necesitaba para algo allí estaba para ayudarle pero nada más... la vida estaba dentro de ella.
Hoy en la oración me vino esa imagen, y me resultó una bella y expresiva metáfora para expresar lo que significa trabajar para "ayudar a ser".
Tanto para mi trabajo como psicoterapeuta, como en el acompañamiento espiritual, como en el proceso de ser con, vivir con, caminar con... pocas imágenes pueden ser más expresivas que ésta.

Sentir la llamada a ser partera tiene que ver con una manera de ir por la vida:

·        creer que hay vida, y apostando por ella, allí donde apenas nadie la ve y cree en ella,
·        salir al encuentro de las personas y situaciones donde se intenta generar vida,
·        saber permanecer en los lugares y junto a las personas que sufren dolores y ayudarles a reconocerlos como posible dolores de parto,
·        esperar el lento dilatarse del útero, de tantas situaciones de nuestro mundo, de tantas situaciones personales, sin intentar precipitarlo, respetando su ritmo, pero estando ahí "echando una mano",
·        confiar en que por lento que sea el proceso, la vida empuja desde dentro y Tú Dios Madre estás ahí colaborando en cada  persona y situación y no sólo eso sino que Tú también jadeas y resuellas (Is42,14).

En el intento de profundizar más en esta vocación de partera de la vida acudo a un bello y aún poco conocido texto del Éxodo donde se nos habla de dos parteras egipcias Sifrá y Púa a las que hoy incorporo en mi oración.
            Hoy acudo a vosotras, Sifrá y Púa para que nos iluminéis y nos mostréis qué significa y a qué compromete esa vocación-misión de ser parteras. Sabemos de vuestra existencia a penas por unos versículos del Éxodo 1,15-22. Un libro tan dominado por la figura de Moisés que vosotras habéis pasado siglos desconocidas, invisibles, como inexistentes. En mis 7 años de Teología nunca me hablaron de vosotras.
Os pido vuestra ayuda, os escucho , hablad desde vuestra experiencia.
" Somos dos parteras egipcias, “paganas”, nos llamaban,  pero no por ello ajenas a la experiencia del Dios de la vida. Todo, en nuestro trabajo  transcurría con normalidad hasta que en un momento dado el Faraón, la máxima autoridad política y religiosa de nuestro pueblo, tuvo miedo de la fecundidad de los hebreos. La fecundidad de los pobres es una amenaza para los que disfrutan de todo, ¿no os pasa ahora algo semejante?. Entonces nos llamó para pedirnos que en vez de ayudar a las mujeres hebreas a parir les matásemos a los hijos varones. En vez de colaborar con la vida, usar nuestras manos para producir muerte.
Nos quedamos estupefactas por la petición y tuvimos miedo. Sabíamos que nos jugábamos nuestra vida si desobedecíamos sus mandatos, pero no podíamos hacer eso, teníamos que buscar la manera de decir  no a la muerte y sí a la vida.
Éramos temerosas de Dios, amábamos la vida, toda vida y de un modo especial la vida de esas mujeres hebreas, esclavas, pobres que nos reclamaban para que les ayudásemos, ¿cómo íbamos a engañarlas o a dejarlas abandonadas a la injusticia de los poderosos?. Tomamos la decisión de desobedecer unas órdenes que eran injustas, pedimos ayuda a nuestros dioses para perderle el miedo a quién podía quitarnos la vida por posibilitársela a los otros.
Pero tampoco nosotras queríamos morir, no se trataba de eso y acudimos a nuestra sabiduría de mujeres, acostumbradas a tener que buscar nuestras propias armas, las de la sagacidad y la audacia, ya que otras posibilidades no nos ofrecían ellos.
El Faraón descubrió que seguían naciendo niños hebreos. A la vida no siempre le pueden los poderosos de este mundo, y nos llamó para pedirnos cuentas y nosotras ya teníamos preparada nuestra coartada y le dijimos al Faraón <<Es  que las mujeres hebreas no son como las egipcias: son robustas y dan a luz antes de que lleguen las comadronas>>” (v.19 ) .
Así pudimos seguir haciendo de nuestro trabajo, de nuestra profesión un lugar para la vida, y especialmente para la vida de los pobres. Y sabemos que por ello Dios nos bendijo.
Os deseamos que nuestra experiencia ilumine vuestro caminar hoy.".

Te doy gracias a Ti, Dios Partera de la vida, por estas mujeres, audaces y sagaces, valientes, verdaderas parteras de la vida.
Después de oír su testimonio comprendo con más hondura y descubro que es mucho más difícil esta vocación a la que nos llamas.

Ser partera de la vida significa también:

·        Ser capaces de perderle miedo al miedo y decir no a los hombres, sus leyes y sus sistemas cuando éstos transgreden el derecho a la vida, a la dignidad humana.
·        Ser valientes y lúcid@s para hacer de nuestra profesión un lugar para proteger la vida, toda vida pero de un modo preferencial a l@s “esclav@s” (de ayer y de hoy), a l@s sometid@s, a l@s emigrantes y extranjer@s, a tod@s l@s que tienen más amenazada.
·        Ser sagaces para saber buscar argumentos sutiles poniendo nuestra inteligencia al servicio de la vida, sobre todo de los más pobres entre los pobres: mujeres, extranjeras y esclavas.
·        Comprometernos en contra de todos los poderes que producen muerte.
·        Aportar nuestra presencia allí donde alguien empuja a la vida.
·        Ser honrad@s con la realidad para descubrir y desenmascarar a los Faraones de turno: todo agente de poder politico-económico-social-religioso que mata, impide, paraliza, menoscaba la vida.
·        Estar vigilantes para descubrir y denunciar las principales situaciones de muerte en nuestro entorno (cercano y lejano) a las que tenemos que decir No aunque eso suponga desobedecer a las máximas autoridades políticas, económicas, religiosas.
·        Otear los lugares, situaciones donde podemos y debemos decir sí a la vida, a la calidad humana de la vida de todas las personas, a la vida de todo el universo por muy insignificante que parezca.

            Una vez más, me brota de dentro esa experiencia bíblica tan repetida, del miedo ante la llamada, de decir envía a otros, de mirar para otro lado, Pero también escucho tu Palabra: "No temas, estoy contigo, te basta mi gracia, cuando eres débil entonces eres fuerte con mi fortaleza. Y todo esto es para vivirlo desde la cotidianidad de la vida, desde el espacio monótono del cada día, sin grandes alardes ni algarabías. Quizá sin que casi nadie se entere, como les pasó a Sifrá y Púa. Cómo le pasó a esa mujer sencilla de Nazaret, María." 

            Colaborar en la tarea "creadora" de reconstrucción del ser.

            Dios Madre nuestra, hoy quiero hacer de mi oración un espacio para la acción de gracias y la alabanza, para el asombro porque me concedes la gracia de co-crear, de colaborar contigo en la tarea más hermosa de la vida: llegar a ser persona humana, apoyar el propio crecimiento, sanar las heridas, reconstruir las zonas dañadas, devolver la confianza en la vida propia y ajena, descubrir dentro de cada persona la huella de tus Manos creadoras, aunque ella no lo nombre así. Gracias por esta experiencia única, que me deja el corazón no sólo lleno de nombres sino de admiración y de asombro
            Así vivo yo, cada vez más, tantas horas diarias dedicadas a la tarea profesional psicoterapeútica, y al acompañamiento personal.
            Lo primero que experimento es la verificación admirada de la singularidad de cada persona que se sienta ante mi, ese estremecimiento que me produce  constatar que viene pidiendo ayuda para sanar su ser, o para encontrarlo - perdida, alienada de sí misma- buscando salir de los laberintos y pozos de negrura en los que se encuentra. Las miro con todo el cariño que sé poner en la mirada, voy aprendiendo a reconocer en su cuerpo las huellas de su dolencia y en lo profundo de su ser Te miro, estás ahí como Madre creadora, sostenedora amorosa de esa vida y me llamas a colaborar Contigo y con ella, para reconstruir desde dentro "tu imagen y semejanza, que en cada rostro es nueva, única e intransferible.
            Lentamente va aconteciendo esa obra de arte que es ayudar a reconstruirse cada persona desde ella misma, ese largo camino que pasa por respetar profundamente sus marcos de referencia, por ayudarle a reconciliarse con su historia, soltar sus resentimientos, curar la memoria, asumir las huellas dolorosas, las heridas y condicionamientos con los que quizá tenga que aprender a vivir, aprender a acogerse valorarse y quererse... y te contemplo a Ti, Madre parturienta incansable, desde dentro de cada persona, empujando su  crecimiento y ante mis ojos y los suyos van aconteciendo "milagros", signos del Reino:
            Unas veces se abren los ojos ciegos a la propia belleza y valía, a lo bueno y sano de la realidad, o al contrario salen de la alienación y mentira para descubrir el dolor del mundo y su capacidad para responder a sus llamadas.
            Otras se abren los oídos para poder escuchar otras voces distintas a la tiranía de la culpa enfermiza que paraliza, a las continuas autoagresiones destructivas, a los juicios condenatorios que impiden sentirse perdonada y amada. Y los oídos son capaces de escuchar palabras - interiores y exteriores- que les devuelven la confianza básica en si mismas, que les hacen descubrir su valía personal, palabras de comprensión y de acogida, de perdón y reconciliación. Van aprendiendo a escuchar otras voces distintas de las suyas, sin que las amenacen, van abriendo su oído a las necesidades ajenas y eligiendo, desde su libertad, cuándo y cómo dar respuesta a ellas.
            En ocasiones la experiencia del paralítico de Cafarnaún se repite y las personas dejando las camillas que las paralizaban se ponen en pie. Descubren que se sostienen en su propia columna vertebral, que pueden andar por sí mismas, que tienen la libertad de dirigir sus pasos en varias direcciones .
            También contemplo, sobre todo a muchas mujeres, librarse de sus encorvamientos ancestrales para recuperar su verdadera talla. Entonces descubren su verdadera identidad- vuelven a escuchar que son libres y no esclavas de nadie, que pueden mirar al horizonte y no sólo al suelo, que no eran así sino que los "demonios" del sexismo, clasismo, patriarcalismo....las tenían encorvadas. Se ponen erguidas y como la mujer del Evangelio, dan gracias a la vida y en ella a Ti, Madre buena dadora de vida.
            Otras veces recuperan la capacidad de tocar lo prohibido por tabúes introyectados y descubriendo así, en esa transgresión, su capacidad para disfrutar de la libertad del tacto y del contacto sanador; gozando de la posibilidad de hacer de sus manos y de su piel lugar para los encuentros sanadores, reconstructores de sus personas, hasta ahora aisladas e incomunicadas, pudiendo al fin hacer de su cuerpo un lugar para la verificación del amor en todos sus registros: amor erótico-sexual, servicial, amor de amistad, amor filial, fraternal etc..
            Lo más sorprendente acontece cuando las propias personas, que se creían muertas, enterradas en sus sepulcros desde hace mucho tiempo y que incluso ya huelen mal (Jn 11,39) resucitan de nuevo. Salen de sus sepulcros y van quitándose las vendas que les impiden vivir. Entonces como Jesús me brota de dentro la acción de gracias más profunda: " Gracias porque Tú nos escuchas, Tú, que siempre estás a favor de la vida, alientas todos los caminos que conducen a ella. Gracias porque has puesto en nuestras pequeñas manos el poder para colaborar contigo en la continua creación del mundo, en la reconstrucción de las personas. Y yo, Dios Madre nuestra, te alabo por ello". 

3. ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER BUSCADORA CON OTR@S. 

Soy Peregrina

"De tus ojos.
De la marca de tus manos en las mías.
De tus sueños.
De tu ausencia.
Del vértigo que arrastra a la locura.
De tu nombre que me llega en los silencios.
Del gozo sin reposo.
Del obsesivo aletear de la ternura...
Del peligro de amarte sin cautela, custodia ni defensa...
SOY PEREGRINA."[10]
            Este poema, escrito por una poeta nicaragüense, expresa bien mi deseo, que se hace también esfuerzo y trabajo de ser peregrina, buscadora. Buscar, buscar, buscar es para mí una pasión. Buscar siempre, no sentirme  instalada en la verdad, es un talante que cultivo desde muy joven. Ésto lo he aprendido de mi madre, la recuerdo siempre buscando de mil maneras cómo compaginar sus tareas de madre, esposa y ama de casa con sus inquietudes, con una gran capacidad creativa para inventar trabajos que, además de gustarle, fueran otra fuente de ingresos en casa. Aún hoy a sus 82 años sigue dando rienda suelta a su creatividad inventando modos de entretenerse y al tiempo sentirse útil. ¡Ya quisiera yo llegar a su edad con ese talante!.
            Peregrinar con otr@s, por los caminos de la historia, buscando escuchar sus verdades, sus experiencias, su sabiduria de la vida, buscar sin tener las cosas demasiado claras, unir mis pies peregrinos a tantas mujeres y hombres que quieren compañer@s de camino, caminar junt@s sin tener muchas certezas pero con un anhelo en el corazón: buscar Tu Rostro. "De Ti mi corazón me ha dicho: «Busca su rostro»;es tu rostro, Señor, lo que yo busco;  no me ocultes tu rostro"( Sal 27,8-9)
Es de noche y acabo de llegar a casa después de mi última hora de clase, vengo contenta, tengo que confesar que disfruto en las clases, cada vez más compartidas. Desde el principio les explico la metodología que vamos a utilizar, "heurística" les digo, me miran con cara perpleja. Sí, "heurístico" es lo que sirve para encontrar y “heurística” como sustantivo relacionado con la enseñanza es un sistema educativo en el que se enseña a los discípulos a encontrar por sí mismos. Por eso lo importante es buscar, preocuparnos más de hacer preguntas, que de dar respuesta a preguntas que nadie se hace. Pasados los primeros momentos de desconcierto, hasta que se hacen al método, después disfrutamos buscando juntos, no hay expertos sino buscadores. Por eso las clases son, la mayoría de las veces, un lugar de compartir los hallazgos realizados y eso para mí es un lugar de gracia.
Quiero orar un rato. Para favorecerlo me siento en mi banquito de meditación y voy dejando que el silencio se vaya apoderando de mí...
Mientras el silencio se hace, voy dando gracias por lo que hoy, en la clase hemos encontrado, después de nuestras búsquedas: caminos para escuchar Tu Voz entre las voces, pistas de discernimiento, respuestas ricas y variadas a la gran pregunta de cómo hablar de Dios hoy, qué símbolos, metáforas son las más adecuadas para expresar su Misterio; momentos para compartir qué retos hoy no nos permiten dormirnos, qué interrogantes nuevos se nos plantean para seguir avanzando...¡Tanta riqueza!: personas procedentes, muchas de ellas nativas, de 12 países distintos, de cuatro continentes (Africa, Asia, América del Sur, Europa) con una larga experiencia de trabajo pastoral, de compromisos fuertes y arriesgados. Voy dejando pasar ante Ti sus rostros y te doy gracias por cada una de ellas, te pido que me enseñes a situarme como discípula que aprende y no como "maestra" que enseña...
Los rostros se van difuminando y se va haciendo el silencio, un silencio que me va a permitir escuchar Tu Palabra.

Hago mía la oración del salmista

"Oh Dios, tú eres mi Dios;
desde el amanecer ya te estoy buscando,
mi alma tiene sed de ti,
en pos de ti mi ser entero desfallece
cual tierra de secano árida y falta de agua." (Sal 63,2)

Así me siento yo muchas veces como tierra, seca, agostada, sin agua, buscándote cada día, en cada acontecimiento, persona, experiencia. Tengo sed de Ti, Dios de la vida. ¡Muéstrame tus rostros!
Esta oración del salmista me habla del "trabajo" de ser buscadora de tu rostro, en los mil rostros y circunstancias de la vida. A veces ¡me resulta tan difícil reconocerte!. Buscar los lugares desde los que te manifiestas y nos llamas. Buscar caminos de diálogo entre la fe en ti y la diversidad de culturas y lenguajes de mi entorno. Buscar qué nos dices en las grandes migraciones que nos abruman y cuestionan, en los deseos de un mayor diálogo entre las religiones Qué palabra nos diriges en los movimientos sociales que hoy reclaman justicia, liberación, igualdad, protesta por el modo y las consecuencias de la globalización. Qué hay de revelación tuya en el reto de las nuevas tecnologías, en los avances científicos; en el "boom" de las nuevas comunicaciones. Qué grito nos lanzas en los movimientos feministas, ecologistas, pacifistas.
Dios, Peregrino de la vida, concédenos la gracia de vivir buscando sin cesar tu rostro y tu palabra.

"Ser en la vida romero,
romero solo que cruza siempre por  caminos nuevos.
Ser en la vida romero
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero...sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo...
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo...
No sabiendo los oficios los haremos con respeto..
Ser en la vida romero...sólo romero." (León Felipe) [11] 

Tu Palabra lámpara para mis pasos.

"Tu eres, Señor, quien enciende mi lámpara,
Mi Dios que alumbra mis tinieblas;(Sal 18,29-31)
"Tu Palabra es una lámpara para mis pasos
luz para mi sendero" (Sal 119,105)

En este deseo de caminar buscándote incluyo una actividad muy querida para mí y a la que dedico gran parte de mis fines de semana y vacaciones que es el "trabajo de ayudar a otr@s a entrar en el umbral de la oración". Unas veces a través de encuentros de oración de fin de semana, de orientación y acompañamiento en Ejercicios Espirituales. Es ésta una de las actividades que más me gusta y al tiempo que más temor, temblor y admiración me produce. Facilitar el camino del encuentro contigo favoreciendo el silencio corporal, mental, emocional... para poder acoger la "soledad sonora", "la música callada". Sólo en el silencio podemos escuchar los gemidos inefables de Tu Espíritu (Rom 8), sólo ahí escuchamos Tu palabra, no las mil voces de nuestro ego.
Cuando acontece la experiencia del encuentro, que siempre es don, pero también es tarea, Tú, Palabra viva, nos hablas, nos sigues hablando claro.
Hoy, en mi oración, quiero sólo dejar resonar Tu palabra para que se haga experiencia en mí y pueda ser testigo de ella ante los demás.

"Buscadme y viviréis" (Am 5,4).

"Buscad al Señor mientras pueda ser hallado.
clamad a El mientras está cerca" (Is 55,6).

"Aprended a hacer el bien,
buscad lo que es justo,
socorred al oprimido,
haced justicia al huérfano,
defended a la viuda". (Is i,17).

"Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. Así que no os inquietéis por el día de mañana, que el mañana traerá su inquietud. A cada día le bastan sus problemas».(Mt 6,33-34).

"Buscad  el amor. Aspirad a los dones espirituales" (1Cor,1,1).

"Buscad afanosamente la paz con todos" (Heb 12,4).

Buscar la oveja y el dracma perdido (Lc 14).

" Yo no busco mi voluntad sino la voluntad del que me envió" (Jn 5,30).


Te buscamos y estamos en Ti...y Tú en nosotr@s.     

            Como los amantes del Cantar de los Cantares intuyo que si te busco, si nuestro ser entero te busca, muchas veces sin saberlo, es porque antes somos buscad@s y encontrad@s por Ti. (Ct 3,1-5). No somos los protagonistas de ésta búsqueda, la nuestra es consecuencia de la tuya que nos precede.
            Aunque no siempre atinamos en nuestras búsquedas, buscamos la felicidad y nos engañamos con señuelos falsos, ¡es tan fácil dejarnos seducir!. Hoy como ayer corremos los mismos riesgos: confundir lo que nace de Ti contigo, las criaturas con El Creador. Pero también tu misericordia y capacidad de comprensión de nuestros errores dura por siempre y hoy volvemos a escuchar tus palabras reveladas a través de la Sabiduria:
" Pues por la grandeza y la hermosura de las criaturas se descubre, por analogía, a su hacedor.
Mas, con todo, no se merecen un duro reproche,
porque quizá se extravían buscando a Dios
y queriendo encontrarlo;
ocupándose de sus obras, las investigan
y se dejan seducir por su apariencia,
pues que son tan hermosas." (Sab 13,5-7)

            En el fondo del corazón de muchas mujeres y hombres de hoy hay un altar "Al Dios desconocido" y necesitan de testigos que como Pablo les digan :

"Pues bien, lo que veneráis sin conocerlo, eso es lo que yo os vengo a anunciar. El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él, siendo señor del cielo y de la tierra, no habita en templos construidos por la mano del hombre .Ni es servido por manos humanas, como si necesitase algo, el que a todos da la vida, el aliento y todas las cosas" (Hch 17,23-25).

Yo también necesito escuchar de nuevo tus palabras que me recuerdan que, Tu Madre nuestra, nos has dado la vida por amor, que la sigues alentando desde dentro y por eso llevamos en nuestro ser el deseo de Ti.
Pablo lo expresaba así a los Atenienses:
"Él creó de un solo principio todo el linaje humano ,para que habitase sobre la faz de la tierra... para que buscasen a Dios, y a ver si buscando a tientas lo podían encontrar; aunque no está lejos de cada uno de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos, como alguno de vuestros poetas ha dicho también: <<Porque somos de su linaje>>. Pues si nosotros somos linaje de Dios, no debemos pensar que la divinidad es semejante a oro o plata o piedra, escultura hecha por el arte y el ingenio del hombre" (Hch 17,26-29).

            Dejo que estas palabras me penetren, respiro lentamente y me hago consciente del misterio de Tu presencia, Te respiro...sin más, Te dejo invadir todos los rincones de mi cuerpo en cada respiración.
Mientras estamos en el útero del mundo no nos abandonas sino que, de alguna manera, Tu eres el Útero Portador que nos permites respirar, existir en Ti, movernos en Ti, vivir en Ti...Sobran las palabras. Solo te pido experimentar y vivir esta verdad.

            Pero tu amor que nos busca, no sólo nos permite vivir en Ti sino que has elegido Tú vivir, ser en nosotros. Jesús nos dijo que todo el misterio de tu ser Relación hace de nuestras personas Tu morada .(Jn 14,23).
            San Agustín un día descubrió el gran misterio de su vida, de la vida:te buscamos fuera y estás dentro, eres en nosotros.
            Termino mi oración dejando resonar la experiencia mística que desvela este  salmo sufí:

El amado está en mí.

"Oh alma mía,
he buscado de un confín a otro
y no hallé en ti nada
que no fuera el Amado.

No me llames infiel,
oh alma mía,
si te digo que Tú misma
eres El.

Oh vosotros que andáis
a la búsqueda de Dios:
no es necesario desplazaros
`porque Dios es vosotros.
¿Por qué vais tras algo
de lo que jamás carecisteis?.
Sólo vosotros sois,
pero, ¿dónde
ah, dónde sois?.![12]


4- ORAR DESDE EL TRABAJO DE SER "VIGÍA".

La imagen para la oración de hoy me la proporciona una parábola que leí hace unos años y me impresionó por su fuerza crítica y su capacidad para interrogarme y cuestionarme. La parábola es la siguiente:

LA PARÁBOLA DEL SUPERPETROLERO.

            “Unos jubilados de Santurce, un pueblo que se asoma a la bocana del puerto de Bilbao, trataban, como todas las mañanas, de arreglar el mundo mientras tomaban el escaso sol que este otoño ha caído sobre el muelle de pescadores. No había ninguna novedad en su rutinaria conversación. De pronto Kepa, un viejo marino que no había despegado los labios, comenzó a rumiar unas palabras extrañas que hablaban de barcos:
            Hoy en día los barcos se han ido haciendo cada vez más grandes, mientras que las tripulaciones se han vuelto cada vez más pequeñas. Todo se maneja por tecnología punta. Se programa un ordenador en el Golfo o donde sea, y el buque prácticamente se gobierna solo hasta Londres o Bilbao. Es mucho mejor para los armadores que se ahorran un montón de dinero, y mucho mejor  para la tripulación que sólo tiene que preocuparse de organizar el aburrimiento”
            Todos le escuchaban con atención. Era lo que se dice un experto. Había trabajado más de treinta años en un antiguo petrolero de Campsa. Sin embargo, no acertaban a saber qué tenían que ver los barcos con el mundo, que ellos estaban a punto de arreglar.
            En los viejos tiempos, cuando yo navegaba- siguió diciendo Kepa-, siempre había alguien arriba, en la torre de vigía o en el puente, vigilando. Pero hoy en día en los buques grandes ya no hay vigía o por lo menos, el vigía es un hombre que mira de cuando en cuando una pantalla llena de puntos luminosos móviles. En los viejos tiempos si estabas perdido en el mar en una balsa o en un bote de goma o algo así y un barco pasaba cerca, tenías muchas posibilidades de que te rescatasen. Agitabas los brazos y gritabas y disparabas cualquier cohete que tuvieras, ponías tu camisa en lo alto del mástil y siempre había gente vigilando y atenta a localizarte. Ahora puedes estar semanas a la deriva en el océano y al final se acerca un superpetrolero y pasa de largo. El radar no te detecta, porque eres demasiado insignificante y es pura suerte si hay alguien inclinado sobre la barandilla, vomitando, que logra verte. Ha habido muchos casos de náufragos que en otros tiempos habían sido salvados y a los que ahora nadie recoge; e incluso incidentes de personas a las que atropellaron los barcos que ellos creían que venían a rescatarlos. Imaginaros lo espantoso que tiene que ser la terrible espera y luego la sensación que queda, cuando el barco pasa de largo  y no puedes hacer nada. Todos los gritos quedan ahogados por el ruido de los motores.
            Para este momento del monólogo todos los jubilados tenían la cara larga y los ojos tristes. En los buenos tiempos, muchos de ellos habían sido marinos y algunos habían pasado por el trance del naufragio. Entonces Kepa sentenció: “Eso es lo malo que le pasa al mundo. Hemos renunciado a los vigías. No pensamos en salvar a otras personas, navegamos hacia adelante confiando en nuestras máquinas. Todo el mundo está bajo cubierta tomándose una cerveza”[13]

            Quiero hacer hoy de esta parábola un lugar para la oración y la confrontación, para la petición y el deseo.
            Lo primero decir que es una buena parábola de nuestro primer mundo, de un modo especial puede expresar el Superpetrolero Europeo que estamos construyendo con tanto entusiasmo. Como muy bien dice Javier Cormenzana comentando la parábola:
            “La década de los 80 dejó un gran número de náufragos del sistema atropellados por el Super-petrolero del Primer Mundo. La próxima década plantea a la espiritualidad cristianas unos enormes desafíos:
·        ¿Seguirá todo el mundo bajo cubierta y renunciando a tener en el puente “vigías “que avisten náufragos”?
·        ¿Se pensará más en navegar hacia delante a toda máquina que en salvar a otras personas?.
·        ¿Sabremos los ciudadanos españoles hacer nuestra la causa de los náufragos o nos aferraremos a la nuestra, hecha con los intereses del superpetrolero europeo?”[14]

            Me resulta muy sugerente esa figura simbólica del vigía para expresar un deseo que me acompaña en mi vida cotidiana, y se convierte en esfuerzo, en el "trabajo de vivir despierta", lúcida, atenta a la realidad. En lenguaje de Jon Sobrino intentando ser "honrada con la realidad y fiel a sus desafíos"[15].
             Soy consciente de la dificultad de la consciencia por los mil mecanismos defensivos tras los que nos parapetamos de todo lo que no nos interesa registrar, de las múltiples negaciones, justificaciones, y alienaciones.
            Hoy quiero hacer de esta imagen del vigía mi lugar de oración.

¿Qué es ser vigía?. ¿Cuál es su “misión”?.

                        Con esta imagen del vigía te has revelado Tú a Moisés: "He visto la opresión de mi pueblo ...conozco sus angustias" (Ex 3,7) "Os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto y he bajado a liberaros" (EX, 3,17).

Vigía es aquel que sabe:
            Avistar  náufragos, estar ojo avizor.
            Denunciar su existencia.
            Descubrir, desenmascarar las causas de esos náufragos.
            Desvelar la interrelación entre el super-petrolero y los náufragos.
            Reconocer las conexiones cotidianas entre las actitudes, hábitos, acciones de los viajeros del superpetrolero (nosotr@s) y los náufragos.
            Llamar a la acción.

            Vivir con los ojos abiertos, lúcidos, avistando náufragos es un arduo trabajo del que muchas veces desisto y Tú lo sabes. Denunciar su existencia y desenmascarar las causas supone, con frecuencia, desenmascarar causas estructurales y, otras muchas, desenmascarar actitudes personales y sociales que ponen de relieve que hay náufragos porque hay superpetroleros.
            Entre otras cosas hay dentro de mí una lucha continua, un trabajo interior y, siempre que puedo y soy capaz, un trabajo de denuncia, para no convertirme, convertirnos, en consumidores ciegos sino lúcidos. Muchas veces sucumbo a la seducción de los productos "bonitos y baratos" pero que no necesito y por tanto son superfluos; entro en  las tiendas a "Cien" sin atender a la dura realidad de que debajo hay explotación; no hago boicot a los productos y marcas expoliadoras y que fomentan el sexismo y la explotación de la mujer como comercio sexual.
            Concédenos la gracia de no renunciar a ser vigías, a no bajarnos del mástil para poder seguir gritando que hay muchos náufragos del sistema y que es asunto de todos luchar para que las cosas no sean así.
           
¿Cuáles son las atalayas para avistar náufragos?

            Cada persona tenemos que descubrir las nuestras, y éstas cambian al ritmo que cambia nuestra vida, lo importante es permanecer en ellas vigilante.
            Yo quiero darte gracias a Ti, Compañera de camino, porque has conducido mis pasos, cuando era aún muy joven, hacia América Latina. Los diez años allí vividos son uno de los regalos más importantes que me has hecho en la vida. Colombia, Perú, Santo Domingo, Venezuela y posteriormente el Salvador y Guatemala han sido atalayas privilegiadas para mirar "la espalda del mundo", para descubrir las consecuencias de nuestro Superpetrolero caminando a toda máquina, para observar de cerca, y poder oír los gemidos de millones de náufragos del sistema. Esa experiencia, más allá de la coherencia o incoherencia personal, ha dejado en mí una huella imborrable.
            Gracias por esa Atalaya privilegiada.
            En mi presente, sin renunciar a mis viajes allá, siempre que la vida me lo regala otra vez, tengo otras atalayas más modestas, pero también válidas si no cierro los ojos o me resguardo bajo cubierta "tomándome una cerveza"- como dice la Parábola-.
            Cada mañana cuando salgo a la calle, en esta gran ciudad que es Madrid, sólo necesito abrir los ojos y mirar para descubrir, en mi entorno, las balsas de los náufragos: mendigos vagabundeando, mal viviendo y mal durmiendo, vendedores ambulantes, músicos improvisados que pueblan los metros y las calles, drogadictos, ancianos tirados por las esquinas con las manos tímidamente tendidas...un sin fin de rostros que expresan el dolor de la exclusión. Tú sabes muy bien que nunca sé que hacer, a veces avergonzada y consciente de mi colaboración en este sistema, paso rápida sin mirar apenas a esos ojos, que en su dolor me acusan; otras miro, dirijo mi palabra respetuosa, colaboro de alguna manera...pero casi siempre me quedo con la sensación de que, como "los hombres religiosos" de la Parábola del Samaritano, "doy un rodeo y paso de largo".
            Quiero pedirte perdón a Ti, Dios que siempre estás en vela, ten misericordia de mí, y de todos los que vamos en este Superpetrolero.
            Algunos medios de comunicación nos ofrecen, si queremos verlo, una buena atalaya para descubrir avalanchas de náufragos en todos los continentes, especialmente en Africa, balsa abandonada a la deriva, porque ya no es rentable invertir en ella.
            Mi trabajo como psicoterapeuta me muestra también otro tipo de náufragos del sistema: los desesperados, deprimidos, desestructurados, rotos por la soledad, el desamor, la traición, el engaño, deambuladores sin sentido y sin rumbo, desencantados, desesperanzados, enganchados a todo tipo de adicciones alienantes etc. Resultado, en gran parte, de un estilo de vida y de un modo de relacionarnos que no nos construye como personas, que no nos ofrece estímulos de crecimiento, modelos de identidad atrayentes y estimuladores, propuestas de sentido generadoras de utopías.          
            Otra atalaya en la que tengo la suerte de estar en estos momentos es en el "Proyecto Esperanza", una ONG para la atención y reinserción de mujeres traficadas. Proyecto, que ha puesto en marcha la congregación de las hermanas Adoratrices y en el que trabajan con ellas un equipo espléndido de profesionales. Ahí estoy , desde hace poco aún, colaborando como voluntaria en el campo psicológico. Es esta una atalaya que me destapa un mundo vergonzoso, denigrante, hecho de mafias de muerte, de chulos prepotentes, de clientes más o menos "honorables" que echan una canita al aire, de múltiples connivencias de un lado y otro. ¿Cuál es el resultado? Miles de mujeres, la inmensa mayoría pobres, que vienen engañadas con contratos de trabajo falsos, con promesas incumplidas, con verdades a medias... y al final se encuentran aquí convertidas en esclavas sexuales, obligadas a una actividad que nunca hubieran elegido, enloqueciendo de dolor y desesperación, vigiladas y amedrentadas para que no denuncien...Las que al fin se arman de valor  y logran huir y arriesgan a denunciar, el miedo las acompaña siempre, algunas tienen que huir a otras ciudades, sometidas a largos interrogatorios para reconocer sus chulos o integrantes de la mafia...Al fin, terminado este doloroso proceso, el gobierno las declara "testigos protegidos" por colaborar con la policía - poniendo así a veces en peligro sus vidas y/o la de los suyos- pero...¡no se les concede permiso laboral, ni se les facilita la tramitación de su legalización!. En definitiva ¡una farsa!. Son utilizadas para desarticular mafias, (con el consiguiente mérito policial y gubernamental) pero eso no conlleva, para ellas, una compensación seria. ¿De qué les vale ser testigos protegidos si no pueden trabajar legalmente?, ¿a qué se les está obligando con ese funcionamiento?.
            Tú sabes, como nadie, la mezcla de sentimientos que esta atalaya me levanta. Por un lado dolor, rabia, agresividad, impotencia... y por otro la admiración y el estímulo que estas mujeres valientes me despiertan, su coraje para denunciar, para luchar por ellas y sus familiares, su fuerza para sostenerse en unas circunstancias tan duras...También me surge la gratitud y admiración hacia las personas que trabajan con ellas y a favor de ellas por su dedicación, profesionalidad, entrega incansable, derroche de amor gratuito e incondicional....Son el Rostro de Tu misericordia entrañable en este horror, y ésta es también mi oración de petición: "Que mi paso por sus vidas les deje la huella imborrable de Tu Amor, de tu predilección por ellas, de tu confianza inquebrantable en ellas. Que mi modo de estar les revele que Tú siempre estás con y a su favor. ¡Que así sea!".
            Atalaya significativa para mí es también mi tarea en el campo de la Teología,  escribiendo como ahora, o en la tarea docente. No sé hablar de Ti, sin hacer referencia a tus hijos e hijas predilectas. No puedo entender la Espiritualidad sino en referencia a una manera de estar en la realidad, tal como magistralmente formula Jon Sobrino, con "honradez a su verdad y  en fidelidad a sus desafíos". Una Espiritualidad de "ojos abiertos", una "espiritualidad de la vida en el mundo"- como se llama una de las asignaturas que imparto -. Esta es siempre la gran pregunta que me acompaña ¿cómo vivir una espiritualidad que dé vida, que aliente vida, en los múltiples lugares de muerte?. Tod@s junt@s alumn@s y yo buscamos cada año dónde están estos lugares de muerte, cómo se manifiestan, a quién matan o hieren de muerte y a qué desafíos nos convoca ahí tu Espíritu. Ese espacio compartido de "avistar náufragos" es incómodo, para mí y para ell@s, yo lo sé porque nos sacude, nos interpela, no nos permite cerrar los ojos, y nos ayuda a animarnos en el empeño de comprometernos en algunas de esas causas.
            ¡Gracias, Aliento de Vida, por esos momentos de lucidez y de utopía compartida!
            En esta oración, hecha desde "las relaciones laborales" quiero hoy terminarla  dirigiéndome Ti , Trabajadora incansable, para hacer una oración de súplica y al tiempo de petición de perdón. Acoge en tu Seno Materno, Madre buena, a tod@s las personas explotadas en trabajos inhumanos, extenuantes, sobre todo el de mujeres y niñ@s, a tod@s l@s que se ven obligad@s a trabajar clandestinamente porque son "ilegales" y por ello sin protección legal alguna. Recoge en tus entrañas a las mujeres traficadas, engañadas y obligadas a ejercer la prostitución desde la tortura, la distorsión y la amenaza a sus personas o a sus seres queridos. Acoge a todos los jóvenes que buscan su primer trabajo y se desesperan porque no les dejamos sitio para entrar en el mercado laboral, a los parados de larga duración porque llegan a la madurez de sus vidas personales y profesionales, muchas veces, y se encuentran tirados del sistema productivo. Bendice a las personas que dedican sus energías al cuidado de la vida y de la casa sin obtener gratificación y reconocimiento alguno .y perdónanos a todos los que desde tantos superpetroleros nos protegemos bajo cubierta, y de vez en cuando, si no logramos salir de otra manera, puede no venirnos mal una vomitona de atracón por el empacho de nuestro sistema y que ésta nos obligue, a salir  y mirar para poder al fin encontrarnos con los ojos de los náufragos. Amen.


            La atalaya de los vigía y la perspectiva de los náufragos.

            Ayer te daba gracias, A Ti Vigía permanente, por las atalayas que me ofreces, en mi presente, pero eso no basta. Hay una pregunta que me quema por dentro desde hace tiempo y hoy quiero gritártela. La parábola, que está siendo para mí lugar de oración, sitúa a los vigías en el puente del “superpetrolero”, pero ¿es posible y en qué condiciones ,desde ahí, situarnos “en la perspectiva de los náufragos?.
            Intuyo que no, esta es también la postura de Javier Cormenzana que llega a decir que el lugar adecuado para ser “atalaya de los vigías" es la balsa de los náufragos y que sin estar en ella, de alguna manera, difícilmente se acierta con la perspectiva adecuada. Lo expresa así:
            "Nuestro mundo esta plagado de balsas hasta los topes de náufragos y de espaldas mojadas que esperan inútilmente dar alcance al modelo de desarrollo del Primer Mundo, único petrolero que navega a toda máquina"[16].
            A corto plazo no se vislumbran muchas esperanzas de resolver democráticamente los problemas y se van imponiendo las medidas de fuerza.
            "Sólo se encontraran soluciones [...] si en su rastreo los países mas ricos se atreven a mirar el mundo con los ojos de los <<náufragos>> y a comprenderlos con el juicio de la misericordia"[17].
            La argumentación es obvia a la mente pero difícil para verificar en la verdad. "Únicamente el sufrimiento compartido solidariamente faculta para percibir en <<los rincones oscuros de nuestro mundo>> (B. Brecht ) las responsabilidades históricas propias de tanto dolor [...] El sufrimiento compartido no se contentará con ser fuente de conocimiento crítico, necesitará convertirse en saber operativo. [...] Este final de siglo tiene ante sí múltiples desafíos. Ninguno como este: atreverse a pensar, mirar, sentir desde las balsas de los náufragos". [18]

            No tengo palabras que decir, sólo reconocer que esa fue tu opción: hacerte solidario con la condición humana, bajar para sentir desde nuestras balsas humanas, Releo Filipenses 2,6-11 pidiendo la gracia de dejarme cambiar la mente y  el corazón. Mientras yo pienso en subir, aunque sea a la atalaya, Tú me hablas de bajar, de despojo... Solo sé pedir perdón y hacer silencio para dejar resonar con fuerza ese aldabonazo en mi corazón y confiar que la fuerza de tu amor vaya cambiando mi corazón de piedra en corazón de carne.

5- EL TRABAJO DE SER "TEJEDORA" ,"ARTESANA" DEL REINO DESDE LA COTIDIANEIDAD.

            Hoy amanece con sol después de muchos días con lluvia y todo parece recobrar luminosidad. Comienzo dándote gracias por el sol y la lluvia, por tu presencia silenciosa en la entraña de la realidad, en la cotidianidad que a veces percibo tan opaca, monótona, vacía de sentido.

            Comienzo mi oración con este hermoso himno que la liturgia de las horas propone para la oración de laudes: "En el nombre del Padre."

" Y Tú te regocijas, oh Dios, y tú prolongas
en sus pequeñas manos tus manos poderosas,
y estáis, de aurora a aurora, los dos así creando,
los dos así velando por las cosas"[19]


            Cuando Tus Manos se hacen cuerpo en nuestras manos...
           
Miro mis manos pequeñas y contemplo en ellas las Tuyas, mas amorosas que poderosas, y me estremezco. Hago mías las palabras del himno y las dejo resonar recreándolas...

Y Tú prolongas en mis pequeñas manos Tus manos amorosas...

Las manos son el órgano que expresa, simbólicamente, la capacidad de  hacer, el modo de relacionarnos con los otros, con las cosas con el mundo. Son también el lugar del tacto y del contacto, lugar de la caricia y el abrazo. Manos que pueden dar vida o quitarla, ayudar a parir la vida nueva que apunta en cada persona o abortarla..

Hoy mis manos acogen una vocación nueva: ser transparencia de las Tuyas, prolongar en la historia el trabajo de tu amor.

..".y así estamos los dos". Esta es la clave, la consciencia contemplativa de que no estoy sola, no estamos solos sino contigo. Se lo digo a mis manos para que no caigan en la tentación de sentirse prepotentes o impotentes, solas o abandonadas. Se lo digo a mis manos para que sepan unirse a otras manos, que también son prolongación de las tuyas,  para permitir libre y conscientemente que Tus Manos se hagan cuerpo en nuestras manos...

Para hacerlas tejedoras, artesanas del Reino en la cotidianeidad.

"De aurora a aurora"...siempre, de día y de noche en la actividad y en el descanso, en las primaveras y en los inviernos, en los días de sol y de lluvia, en el día a día, en la cotidianeidad tantas veces monótona estás, estamos...
"Creando, velando, cuidando de las cosas". Las manos llamadas a ser artesanas de la vida cotidiana transformando lo rutinario, caduco  y trivial en el lugar de la creatividad del amor.
            No es fácil vivir así. El modelo actual y dominante de entender el trabajo no nos sirve, no nos facilita valorar el trabajo diario, el no asalariado, el que hace alusión al cuidado de la vida, al bienestar social de la casa, al cuidado de las relaciones; de esas relaciones básicas de la casa que fundamentan la seguridad básica, la capacidad de amar y sentirse amada, fuente de equilibrio o desequilibrio El mal llamado trabajo "doméstico": Necesitamos un cambio radical de paradigma en la valoración del trabajo. Me alegra comprobar que ya se va haciendo camino en esta dirección, y no sólo desde la reflexión de las mujeres que llevan años intentando denunciar esta situación [20] sino también de los varones.[21] El "capital humano", del que tanto se habla, no existiría sin el trabajo de ayudar a ser, de cuidar la vida cotidianamente, sin dedicar esfuerzo a la satisfacción de las necesidades básicas tanto físicas, como psíquicas.
            ¿Por qué, en términos generales, los varones no sienten necesidad de cuidar la vida y se da la perversión de preferir muchas veces trabajos denigrantes y mal pagados que el trabajo "doméstico"?.
            Yo misma, que intento entrar en otro modo de comprender el trabajo, me doy cuenta que está muy introyectado en mí el poco valor de éste y a veces me siento que "pierdo el tiempo" cuando lo dedico al cuidado de la casa, de las plantas, a hacer de mi casa un espacio acogedor y agradable.
            El modelo dominante, Señor, se nos pone delante como una venda que nos impide ver la conexión entre el trabajo llamado "doméstico" y su "productividad" humana, nos hace cieg@s a la obtención de los beneficios humanos que comporta y sólo sabemos valorar los beneficios económicos del trabajo "asalariado" o los beneficios sociales del trabajo público, reconocido y valorado. Incluso al final nos parece que la construcción de tu Reino se juega sólo ahí en los lugares públicos, en el desarrollo de una profesión, en las actividades importantes, en las socialmente reconocidas.
            Es como si el Evangelio, tantas veces leído, no hubiera calado en nosotr@s en su terco canto a la cotidianidad. Tus palabras, Jesús, entretejidas en la vida cotidiana de Nazaret, mirando el trabajo de tus padres, no acaban de calarnos. La sal, el grano de trigo, el candil, la levadura en la masa, el pan y el vino... tus parábolas amasadas en la mirada lúcida a la realidad de cada día...todo nos habla de tu pasión por lo sencillo, de la fuerza reveladora de lo pequeño. Todo el Evangelio nos grita que Tú estás en donde no te buscamos, que Tu Reino está en medio de nosotr@s y para empujarlo no hacen falta grandes hazañas.
            Por eso hoy, Madre Trabajadora, mirando mis manos, hago oración desde ellas, las expongo ante tu mirada amorosa, te pido perdón por sus desaciertos, por sus omisiones, por sus desajustes y te pido que las transformes, que las hagas conscientes de su poder para colaborar contigo en recrear la historia.
Nuestras manos por la acción de tu Espíritu, aliento de vida, pueden transformarse en instrumentos que cuidan la vida de nuestro planeta y protegen la biodiversidad. Nos pueden hacer artesan@s de una cultura de la sobriedad y se pueden unir  a otras manos para tejer el manto de la solidaridad y de la paz.
            Tú, Amiga fiel, tejedora incansable del Reino, concédenos la gracia de comprender y acoger que nuestras manos colaboran contigo cuando son capaces de transformar lo monótono, caduco  y trivial en lugar de la creatividad y el amor. Cuando transformamos la cotidianidad en obra de arte. "En este arte llevamos ventaja las mujeres ¿Quién como nosotras sabe de ello?: poner amor y ternura en la belleza que no dura, en la comida que desaparece, en la ropa que se arruga de nuevo, en el orden que se desordena, en la limpieza que no brilla nunca, (aunque la Tele diga otra cosa) Es “un arte amoroso “que merece la pena aprender y no necesita posturas acrobáticas ý produce unos efectos sorprendentes. ¿Se animarán cada vez más y más varones a practicarlo?" [22]. Estoy segura que sí, cambios ya se están viendo.           

"Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva,
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos" [23]
           
            Haznos comprender Señor que tejemos tu Reino cuando, nuestras manos, ungidas por el Espíritu, son capaces de no acaparar y compartir, no asir para sí, sino sostener al otro, apoyar, colaborar, acariciar, abrazar, curar...Manos tendidas sin ruido y sin alarde en ese cotidiano pasar por la vida echando una mano, ”haciendo el bien” como se nos dice de Jesús
         Tejemos el Reino cuando nuestras manos saben: "pedir, acoger lo que la vida nos trae o nos quita; elegir y empeñar en ello nuestra libertad; y ofrecer/se y esperar respetuosamente para saber si el otro acoge el don. ¿Sabemos, podemos pedir, extender nuestra mano y mostrar nuestra indigencia y necesidad del otro?; ¿Hemos aprendido el arte de acoger y no de controlar?. ¿Expresan nuestras manos la libertad de quien no se siente prisioner@ del consumo, del acaparar, del poder...?¿Han recibido nuestras manos el don de saber ofrecer sin imponer, es decir, esperar respetuosamente para saber si el otro acoge el don?. Así nuestras manos recibirán el don de saber ofrecer sin sentirse fuerte, “rico”, encima, con derechos. Si no es así quizá nuestras manos sepan dar pero aún no han aprendido a ofrecer respetuosamente"[24].


Para saber trabajar y descansar.

"Cuando llegó el día séptimo Dios había terminado su obra y descansó el día séptimo de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él había descansado de toda su obra creadora" (Gen,2,2s).

            Es domingo y descubro al mismo tiempo el placer del descanso y lo poco integrado que tengo el ocio como experiencia creyente, como lugar de revelación y de construcción del Reino.
            Saber equilibrar trabajo y descanso es difícil. Como dice Mercedes Navarro "Ni el descanso sin el trabajo, ni el trabajo sin el descanso. Es una cuestión de proporciones, pero sobre todo de libertad, la libertad de quien es capaz de no absolutizar nada, de dar a cada realidad su lugar o de tener la sensatez de restablecer desequilibrios puntuales". [25]
Hoy los profesionales de la salud nos hablan de una nueva enfermedad: la adicción al trabajo. Enfermedad hecha de muchos factores en los que no están ausentes los ídolos de la eficacia, la productividad, la competitividad, la rentabilidad. Ídolos que nos alcanzan también a l@s creyentes aunque lo camuflemos bajo nombres "religiosos" de "urgencia evangélica", "misión", "compromiso"...lo cierto es que no sabemos, o al menos yo no sé, vivir con igual densidad humana y religiosa el trabajo que el descanso.
            Me impresiona saber que el exceso de trabajo se ha convertido en una enfermedad a escala internacional. Incluso en Japón se está produciendo un fenómeno denominado keroshi, o "la muerte por trabajar más de la cuenta" que afecta por lo general a los varones que tienen entre cuarenta y cincuenta años de edad y que trabajan de doce a dieciséis horas diarias. Parece ser que estas víctimas se mueren literalmente por sobrecarga de trabajo. El ministerio japonés de Bienestar y Salud informa que el diez por ciento de la mano de obra japonesa es víctima del keroshi , siendo además la segunda causa mayor de muerte entre la población.[26]
            El exceso de trabajo puede también, Señor matar no solo el cuerpo sino el espíritu y transformarnos en muertos vivientes, aislados de todo lo que no sea esa adicción, desconectados no solo de los demás, sino de nuestras necesidades, de nuestros sentimientos
Yo no me siento nada lejos de caer también en esa enfermedad del exceso de trabajo por razones "muy sublimes", o enganchada en la experiencia real de estar trabajando en realidades que me permiten disfrutar del mismo trabajo y tener el privilegio de unir trabajo y placer, trabajo y gusto. Pero saber descansar es importante.
Por eso hoy, día festivo, ceso en mi quehacer cotidiano, descanso y hago de esta experiencia un lugar de encuentro contigo, Dios del gozo. Un día para la oración y la amistad, el ocio y la soledad, el juego y el humor.
            Rompo el ritmo cotidiano y entro en una dinámica distinta privilegiando las relaciones que me construyen y alimentan, el tiempo de encuentro conmigo misma, la acogida reposada y gozosa del sol y la brisa como caricias que me llegan de ti, abro mi oído para disfrutar de la música, del juego y del humor...
            Algo importante nos ha dejado el pueblo de Israel en la relevancia concedida al sábado. "Los antiguos rabís afirmaban que al igual que los judíos entraban en el sabbath, el sabbath entraba en ellos .Era tan importante en sus vidas que de él se decía lo siguiente: "Más que guardar el sabbath, es el sabbath el que les guardaba a ellos"[27].
            Guárdanos Tú, Sabiduria Eterna, enséñanos la que necesitamos para saber equilibrar trabajo-descanso. Concédenos la gracia de descubrirte presente en el esfuerzo penoso y en el gozo del placer.
            Descubrir la dimensión erótica y placentera de la vida como epifanía tuya no es algo que privilegia nuestra espiritualidad. El placer nos produce miedo, es lo deseado y lo temido. El descanso levanta los fantasmas de la soledad, la tristeza y el vacío, un sentimiento de infecundidad se adueña con frecuencia de nosotros en esos espacios vacíos de actividad productiva y una sensación de "fruta prohibida" se adueña de nosotros cuando nos encontramos sin mas descansando y disfrutando.
            ¿Cuándo nos han enseñado a contemplarte a Ti, descansando, disfrutando, gozando?. ¿Cuándo nos han mostrado la vinculación Dios-placer, Dios-eros?.[28] No, eso era peligroso, si es que no era "blasfemo".
            Parece que Jesús, tu Hijo amado, supo equilibrar en su vida, por los pocos datos que nos dan los Evangelistas, el trabajo agotador en el que a veces ni tiempo tenían para comer y el descanso y disfrute de la amistad. Betania nos ha quedado ahí como un cerro testigo de esa experiencia. La llamada de Jesús a los suyos a retirarse y descansar con Él sigue vigente para sus seguidores de ayer y de hoy.
            De todos modos, no quiero terminar hoy mi oración sin traer delante de Ti a quienes nunca pueden descansar porque los hemos convertido en esclavos nuestros, mano de obra barata, allá en los terceros mundos que no vemos, o en nuestros cuartos mundos. Ell@s trabajan duramente para sobrevivir o enviar dinero a los suyos para que los demás tengamos tiempo libre. O los que no tienen trabajo y se desesperan día a día en la búsqueda de un bien escaso, tan escaso que en su búsqueda emprenden viajes de muerte.
Aún no hemos socializado, Dios buen@, ni el trabajo ni el descanso y mientras esto sea así la construcción de tu Reino espera su oportunidad, tu sueño de un mundo fraterno aguarda que nuestras pequeñas manos se unan a las Tuyas amorosas y empujen nuestra historia por caminos más justos.
            Termino mi oración recitando un himno vespertino:           

"¿Como te encontraremos
al declinar el día
si tu camino no es nuestro camino
Detente con nosotros,
la mesa está servida,
reciente el pan y envejecido el vino...
Arroja en nuestras manos
tendidas en tu busca
las ascuas encendidas del Espíritu"[29]


EPÍLOGO.

            A modo de epílogo de esta oración que brota del laborioso esfuerzo que es vivir, cuidar y generar vida, me pongo ante Ti con mas silencio que palabra, para expresarte el más difícil de todos los "trabajos" y al tiempo el más necesario: el trabajo de asumir e integrar el dolor y la muerte. Es esta una tarea presente en todos nuestros trabajos, en todo nuestro esfuerzo por vivir. Continuamente la experiencia de disminución, de límite, el dolor personal y o social, las mil muertes de cada día nos salen al paso. La enfermedad y la muerte implacable nos espera a tod@s antes o después. ¿Qué hacer con y ante estas experiencias?. Cada uno lo que puede, no sirven recetas, ni experiencias ajenas. Cuando el dolor propio o ajeno nos golpea con fuerza casi siempre nos deja fuera de combate.
            Por eso al final de mi oración me dirijo a Ti, que eres un Dios pasible, un Dios que sufre. Si eres Amor eres pasión, porque como expresa bellamente José Antonio García "El amor lleva siempre consigo alguna forma de acción y de sufrimiento: pasión es al mismo tiempo apasionamiento y padecimiento, trabajo que, como hemos visto, es inseparable de actividad y penalidad" [30].
            Tú padeces cuando destruimos el mundo y no lo compartimos, cuando abandonamos a los últimos a la desigualdad e injusticia de nuestro mundo, sufres cuando tu obra amada es maltratada, tus hijos privados de sus derechos y convertidos en esclavos, cuando tu sueño es sustituido por una dura realidad donde triunfa el capital,  la violencia, la exclusión...Tu pasión, tu crucifixión continúa hoy en la historia y en el Cosmos. Por eso, porque sabes de dolor y muerte, nos dirigimos a Ti.
Tú conoces lo difícil que es acoger lo que nos disminuye, nos incapacita, nos duele, se nos muere. Estamos aún en el tiempo de la historia, y Tú has venido a decirnos que el dolor nuestro también es tuyo. Como dice León Felipe aún estamos en el llanto:
  "Estoy aquí otra vez
para subrayar con mi sangre
la tragedia del mundo,
el dolor de la tierra,
para gritar con mi carne:
Ese dolor es mío también.
Y para añadir además:
Lo primero fue el llanto..
y estamos en el llanto...
El Verbo vino y dijo: aquí está el barro,
que el barro se haga llanto
Y el barro se hizo llanto...
Dios es el llanto de los hombres.
Y el Verbo se hizo llanto
para levantar la vida.
El Verbo está en la carne
dolorida del mundo.
y estamos en el llanto.
Pero aún no ha dicho el Verbo:
¡Que el llanto se haga luz![31]

            .Hoy quiero contemplarte a Ti Madre nuestra , que sabes del dolor de parto, que padeces en tu cuerpo, que es el mundo[32], que te dejas crucificar de nuevo en la carne dolorida del mundo. Enséñanos a integrar en nuestras vidas el dolor, a no dejar que éste nos paralice, nos curve sobre nosotr@s mism@s y nos destruya. El dolor físico y psíquico, el dolor en el fracaso y en los conflictos laborales, personales, familiares... El dolor de nuestro mundo, el dolor de los pobres y abandonados...
            El dolor de tu silencio que nos resuena como abandono y ausencia, el dolor de la noche de la injusticia y la orfandad, el dolor de la indiferencia y el desamor...tantos dolores que amenazan la vida de tus hijas e hijos, el dolor del cosmos que grita para ponernos en aviso de nuestra ceguera e inconsciencia...
            Concédenos la gracia de sentirte con nosotr@s : gritando en la garganta de los pobres y excluidos, luchando contra el mal, acogiendo con lucidez el dolor inevitable, confiando que la última palabra sobre nuestras vidas no la tiene la muerte sino tu  Amor que es más fuerte que la muerte.
            En este duro y difícil trabajo contamos contigo María, mujer fuerte, peregrina en la fe, tú supiste rumiar en el corazón las palabras incomprensibles de tu Hijo, las circunstancias oscuras de la vida, creíste en el Dios de los pequeños, esperaste una y otra vez en la fuerza del Espíritu, y sobre todo trabajaste tu persona desde el amor y para el amor. Tu vida, peregrina del misterio, seguidora de Jesús, es aliento y estímulo. También a ti te resulto difícil hacer de tu vida un lugar para el seguimiento, de tu trabajo cotidiano una oración, de las pasividades y muertes de la vida un lugar para el crecimiento. Pero a pesar de todo, creíste, esperaste, e hiciste del amor el lenguaje definitivo de tu cuerpo.
            Que algún día, como Tú, escuchemos que sobre nuestras vidas se pronuncia una bendición: ¡Bendita tú que has creído!. 

Emma Martinez Ocaña. Licenciada en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciada en Teología Espiritual por la Universidad Pontificia Comillas Madrid,. Profesora de Teología en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, y profesora invitada en el Centro de Teología Oscar Romero en el Salvador. Psicoterapeuta individual y de grupo. Dedica gran parte de su tiempo a orientar encuentros de oración y Ejercicios Espirituales. Colabora con asiduidad, desde hace tres años, en la Revista Religión y Escuela, autora de varios artículos en revistas diversas. En esta misma colección ha publicado "Orar con el aíre" en Del Cosmos a Dios. Orar con los elementos. Miembro de la Asociación de Teólogas Españolas, de Mujeres y Teología y de la Asociación Europea de Teología Católica.


[1] Diccionario enciclopédico Larousse, 1999, 590.
[2] Idem 987.
[3] Es significativo el impacto e interés que está suscitando el libro de Patricia Lynn Reillly, Un Dios que se parece a mí. Descubriendo el rostro femenino de Dios. Gaia, 1999. En él esta teóloga feminista, especialista en Espiritualidad, ayuda a descubrir la influencia negativa que ha tenido entre nosotras, las mujeres, la exclusividad de la imagen masculina de Dios y el proceso a seguir, para recuperar  el rostro femenino de Dios y su impacto en la autoestima y valoración de las mujeres.
[4] Me he inspirado en el excelente artículo de José Antonio García: " Mi Padre trabajo siempre". El Trabajo de Dios por mí" en la contemplación para alcanzar amor" en  Manresa v.68(1996)47-60
[5] POVEDA, P. Amigos fuertes de Dios. Narcea,1993,30
[6] MELLO A. de ¿Quien puede hacer que amanezca?. Sal Terrae, 1985,152
[7] Esta expresión corresponde a una de las nociones básicas del pensamiento de Carl Rogers y en la que basa su confianza básica en el ser humano. Cfr entre otros ROGERS, C- KINGET M. Psicoterapia y Relaciones Humanas. Alfaguara,1971,188-190.
[8] MELLO, T. de El Canto del Pájaro. Sal Terrae, 1982,132
[9] SOBRINO, J. Espiritualidad y seguimiento de Jesús. en  ELLACURÍA, I. -SOBRINO, J. (Ed) Misteriun Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación. T.II,457. El subrayado es mío.
[10] NAJLIS,M. Cantos de Ifigenia, Vanguardia, Nicaragua, 1991,7.
[11] Antología rota.Akal,21
[12] Salmos sufíes. GALINDO, E; THIMMEL S. (Selección y traducción). Colección "Otras aguas vivas",Darek-Nymba, Madrid, 1995,33
[13] Parábola tomada de Julien BANES en Una historia del mundo en diez capítulos y medio. Barcelona 1990,109-110 y reproducida por CORMENZANA, J. En De cara al tercer milenio. Cristianismo y justicia 194,86-88
[14] CORMENZANA, J. Op.cit. 88
[15] SOBRINO, J. Espiritualidad y seguimiento de Jesús. en  ELLACURÍA, I. -SOBRINO, J. (Ed) Misteriun Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación. T.II,453-56.
[16] op. cit 89
[17] Ibidem, 90. Los subrayados son míos.
[18] Ibidem 92. Los subrayados son míos.
[19] BLANCO VEGA, J.L  ...Y tengo amor a lo invisible. Sal Terrae, 1997,143
[20] Sobre este tema cfr. AMORÓS, A. “División sexual del trabajo” en 10 Palabras clave sobre Mujer. Evd, 1995, 257-296. BRIS BARRIO, M.N. “La mujer y la igualdad de oportunidades en el trabajo” Claridad 19 (1987) 41-54. DURÁN HERAS. Mª A. El trabajo invisible en España: aspectos económicos y normativos" en Documentación Social, Cáritas, "Mujer" ,1996. LOPEZ PINTOR, “La mujer en la sociedad actual, ¿trabajo o marginación? En GALINDO GARCÍA, A .Dignidad de la mujer y fe cristiana. Salamanca: Univ. Pontificia 1990, 19-30. MONOGRÁFICO, La mujer el trabajo y la pobreza. Concilium nº 214 (1987). PEÑALOSA, J.A. La mujer esa reina esclavizada” SignoTiempo 4 (1988:22) 15-17. SCHRÖDER,H.M. “El empobrecimiento de las madres enriquece a los padres” Concilium 23 (1893) 349-360. SCHÜSSLER F. “Servir a la mesa” Reflexiones feministas sobre la “diakonía”. Concilium 24 (1988:218)111-122. TORRES, Mª C.  “La mujer en el mundo laboral” en Mujer marginada cuestión de género no de sexo. P.S.1996. YUSTE, P. “Pobreza y marginación de la mujer en la familia ”Riquezas empobrecidas :Nosotras mismas en La mujer marginada cuestión de género, no de sexo.  P.S.1996.,85-132..
[21] En esta dirección apuntan las reflexiones de SCHAFF,A. Humanismo ecuménico. Trotta, 1993, GARCÍA-NIETO,J. Desafíos del empleo y del trabajo. en >> Documentación Social>>, nº 93, 1993.
ROJO TORRECILLA, E. Reflexiones sobre los cambios en el mundo del trabajo. S.M. 1994.
[22] Tomado de MARTINEZ OCAÑA, E. Cuando la Palabra se hace Cuerpo, en Religión y Escuela. nº112 (1997),39
[23] BLANCO VEGA, J.L  ...Y tengo amor a lo invisible. Sal Terrae, 1997,143
[24] MARTÍNEZ  OCAÑA, E. Ibidem, 39
[25] NAVARRO, M. "Descanso y trabajo, algo proporcional." en Vida Nueva, 31 de Julio, 1999,31
[26] YATES, R. "Japanese Lived...and Die...for Their Work,  Chicago Tribune, 13 November, 1988,1. Citado por AU, W.-CANNON, N. Anhelos del corazón. DDB, 1998,163
[27] AU, W.-CANNON, N. Ibidem, 188.
[28] Una publicación interesante y curiosa que pone de relieve esta vinculación es la de JACOBELLI, M.C.Risus Paschalis. El fundamento Teológico del placer sexual. Planeta, 1991.
[29] BLANCO VEGA, J. L. op. cit 157.
[30] GARCÍA, J..A. art. cit 52
[31] LEON FELIPE,  Antología rota. Akal, 1990,81-83. El subrayado es mío.
[32]Esta expresión metafórica de "El mundo como cuerpo de Dios" es de MCFAGUE, S, en Modelos de Dios. Teología para una era ecológica y nuclear.  Sal Terrae, 1994,126-138.