El cuerpo y el encuentro con Dios.


SOTO VARELA, C. (ed) He visto al que me ve, evd, 2006 (45-92)

Introducción
Me encuentro contigo, Dios encarnado, en el cuerpo que soy. 
1.1 Soy un cuerpo
1.2 Un cuerpo necesitado
1.3 Llamado a ser un cuerpo unificado.
Te doy gracias porque somos cuerpo. 
2.1 El cuerpo lugar de sabiduría.
2.2 El cuerpo como revelación.
2.3 El cuerpo espacio de relación y encuentro.
Tú, has querido hacerte cuerpo. 
3.1 Te haces ser humano, corporal, histórico.
3.2 Nos llamas a vivir con un talante de encarnación.
Desde mi cuerpo de mujer, mi encuentro contigo se hace dolor, protesta y denuncia. 
4.1 Protesto por el dualismo imperante
4.2 Denuncio la visión patriarcal del cuerpo.
4.3 Acuso la visibilización/invisibilización del cuerpo de las mujeres.
Me encuentro contigo y anuncio que nuestros cuerpos de mujeres son revelación de tu ser cuando: 
5.1 permitimos a nuestros cuerpos ser espirituales
5.2 la Palabra se hace cuerpo en nuestros cuerpos de mujeres
5.3 nuestros cuerpos son testigos de tu amor.
Te encuentro en la humanidad y en la creación entera como cuerpo tuyo. 
6.1 La creación entera como “Cuerpo de Dios”.
6.2 Te encuentro cuando cuido los cuerpos dolientes.
6.3 Tú eres un Dios Amante de tu creación.
6.4 El encuentro corporal, amoroso y placentero, sacramento de tu amor, lugar de encuentro contigo.
Epílogo.


INTRODUCCIÓN.
En este libro donde la categoría encuentro estructura nuestras aportaciones me corresponde a mí desarrollar el tema: “el cuerpo como lugar de encuentro con Dios” y yo, al reflexionar sobre la propuesta me pregunto: ¿hay, acaso, alguna posibilidad de encontrarnos con Dios que no sea en y desde nuestros cuerpos?. Si somos seres corporales ¿qué otra opción nos queda para encontrarnos con Dios que no sea a través de lo que somos?.

He pensado mucho cómo hacer esta aportación y decidí hacerla desde el encuentro con Dios, compartiendo directamente contigo lector/a ese encuentro.

Juan en su evangelio nos dice que habla desde lo que “ha visto, oído, tocado…” de Dios en Jesús de Nazaret. Yo también quiero hablar desde lo que he visto, he oído, tocado de Él en su cuerpo, el Mundo, como criatura que brota de tus entrañas creadoras.

Quiero expresarme desde lo que he visto de Dios en Jesús, su Hijo Amado, rostro visible de su Ser invisible; desde lo que tocado, del Dios encarnado en el que creo, tocando los cuerpos de sus hij@s amad@s; desde lo que he oído, con mis oídos corporales, de sus gritos de dolor y de gozo en la humanidad y la creación entera.

Me sitúo desde mi ser mujer y queriendo asumir la perspectiva de género.

Mi encuentro, como todo encuentro, tiene distintos momentos: gozo, dolor, protesta, gratitud, placer, acción de gracias, admiración…

1. ME ENCUENTRO CONTIGO, DIOS ENCARNADO, EN EL CUERPO QUE SOY.

Esta es la afirmación gozosa con la que comienzo mi diálogo contigo:<< soy un cuerpo y sólo desde él y en él puedo encontrarte>>.
Quiero proclamarlo a los cuatro vientos, subirme a lo alto de los montes, bajar a los abismos, caminar por las praderas y calles de la ciudad dando gracias por esta verdad que saboreo desde hace relativamente poco. 
Necesito reformular, hoy ante Ti y en alto mis nuevas creencias en relación al cuerpo, pues no es esta la formación que he (hemos) recibido.

1.1 Soy un cuerpo

Soy, somos un cuerpo y un cuerpo sexuado, no tenemos un cuerpo. Eso supone hacer un camino de recuperación de una visión unificada de nuestro ser, que nos oriente hacia una identidad corporal afirmada, amada y gozada.[1]

Nuestro cuerpo es la presencialización de nuestra persona. El cuerpo nos posiciona y nos orienta. A través de él, y sólo a través de él, podemos aproximarnos y alejarnos de las personas y las cosas y por tanto de Ti.

Somos un cuerpo con capacidad creadora, espiritual. Todo lo que acontece en nuestra vida pasa necesariamente por nuestro cuerpo. 

Nuestro cuerpo es:

· Una realidad biológica que tiene sus leyes específicas de funcionamiento, una potencialidad y unos límites: resistencia, longevidad, energía belleza, salud. Una realidad que nos urge escuchar y respetar. No siempre nos damos cuenta que respetar las posibilidades reales de nuestra energía psicofísica forma parte del respeto a nuestra persona, obra de tus manos.

· Una realidad sexuada que identifica a las personas e influye en sus opciones, comportamientos, relaciones. Realidad sexuada que ha sido configurada y condicionada culturalmente, lo que llamamos identidad de género. 

· Un depósito y un productor de energía, y de vitalidad que podemos mantener, alimentar y o dilapidar provocando un deterioro prematuro del organismo físico.

· Una realidad con capacidad creativa, volitiva, conativa, espiritual. Nada de lo somos y hacemos podemos vivirlo fuera de nuestro cuerpo, ¿cuándo seremos capaces de romper nuestros dualismos ancestrales?.

· Es la presencialización de lo que somos, el "lugar" desde donde nos configuramos condicionados por nuestro entorno socioeconómico- cultural, desde donde nos relacionamos, y desde donde nos trascendemos. 

· Es el lugar de nuestra comunicación contigo, Dios nuestro, con los otros, y lo otro. Nos permite ser seres en relación.

Todo eso y mucho más, que no se puede cuantificar, abarca nuestro ser corporal y desde esta realidad que somos nos encuentramos contigo tanto en el descanso como en el trabajo, en la oración y en el juego, en las relaciones personales y en los momentos de soledad. 

Ahí estás en el fondo de mi ser constituyéndome, en el corazón de la realidad habitándola, en las entrañas de cada ser humano haciéndolo semejanza tuya. En Ti vivimos, existimos, somos lo que cada un@ somos. Vivir es ese encuentro, si se sabe descubrir tu presencia.

2.1 Somos un cuerpo necesitado.

Las necesidades son tanto física ( necesidades básicas de respiración, alimentación, cobijo, limpieza, salud, protección, descanso, confort, necesidades sexuales); como necesidades psíquicas y/o relacionales, espirituales, ( necesidad de ser vist@s y reconocid@s en nuestro cuerpo, respetad@s, valorad@s en nuestra identidad sexual, necesidad de tacto y contacto, de "estar bien en nuestra piel", de ser felices, necesidad de libertad, de realizarnos como personas, de trascendernos) Todas ellas necesidades humanas. No hay necesidades buenas, malas o regulares.

Aún recuerdo mis peleas intelectuales con algunos psicólogos a quienes he oído hablar de necesidades coherentes o incoherentes (cuando se dirigían a personas religiosas), ¿cómo puede ser eso?. Las necesidades son necesidades humanas, ni más ni menos. Habrá maneras coherentes o incoherentes de darles satisfacción o negociar su frustración. Estoy tan cansada de que lo moralicemos todo, te hacemos, Dios nuestro, el Juez de la balanza donde continuamente tu ojo crítico está diciendo bien, mal, coherente, incoherente. Nos enseñan más que a ser conscientes a estar siempre haciendo examen de conciencia y evaluándonos.

Hemos vivido, ¿vivimos aún?, una espiritualidad que moraliza nuestras necesidades y nos dificulta acogernos como seres en necesidad y por tanto débiles pero capaces de ser lúcid@s para aprender a satisfacerlas o frustrar unas, en función de satisfacer otras.

1.3 Llamado a ser un cuerpo unificado.

Formando una unidad indisoluble psique-soma, soma-mente, soma-espíritu. Todo lo que acontece en nuestra vida, en cualquier nivel de nuestra persona, acontece en nuestro cuerpo. No puede ser de otra manera. 

Y somos así porque Tú lo has querido, y por tanto “realidad muy buena”, como nos dice el texto del génesis. ¿Será por eso por lo que no has querido perderte esa experiencia de ser humano?. Sea lo que sea te doy gracias.

Gracias por nuestro cuerpo humano, tan fuerte y tan débil, con tantas posibilidades y tantos límites con tanta grandeza y tanta pobreza. 

Gracias porque al ser un cuerpo unificado ya no puedo vivir mi fe al margen de mi cuerpo y de todos los cuerpos. 

Gracias porque en nuestro cuerpo Tú has puesto sabiduría y lo has hecho lugar de relación y revelación.


2 TE DOY GRACIAS PORQUE SOMOS CUERPO. 

21. El cuerpo lugar de sabiduría.

Mi encuentro contigo hoy se hace acción de gracias por ser cuerpo, cuerpo físico, psíquico, espiritual 

El cuerpo es sabio, lo oímos decir a médicos, psicólogos, neurólogo, maestros de yoga, zen, vipássana… A quienes se han puesto a la escucha sosegada del cuerpo y se han quedado admirados de su gran sabiduría.

No podía ser de otra manera porque el cuerpo humano ha sido tu obra maestra, donde te has lucido para que podamos ser de verdad “imagen y semejanza” tuya.

Descubrir la sabiduría encerrada en nuestro cuerpo es encontrarme con tu sabiduría creadora

Hablar de nuestro cuerpo como lugar de sabiduría es reconocer que desde que comienza nuestra vida intrauterina el cuerpo guarda memoria de nuestra historia, éste pasa por una profunda conmoción en el nacimiento y toda la vida estará marcada por nuestras vivencias y experiencias del entorno social y material que vivimos. El cuerpo es registro y memoria de nuestra historia personal y sociocultural: cuerpo y cultura, cuerpo y género. 

Recuperar la sabiduría del cuerpo pasa por saber escuchar el lenguaje del cuerpo.

Saber escuchar el lenguaje de nuestro cuerpo requiere un aprendizaje no siempre fácil.[2]

La consciencia ("awareness") es la lucidez integral del cuerpo psíquico rozando las fronteras de su misterio, pero además de la consciencia, para recuperar la sabiduría del cuerpo, tendremos que aprender a poner nombre a la experiencia, a prender a acercar la palabra a la experiencia para que ésta pueda revelar toda su densidad. [3].

Escuchar mi cuerpo es un camino para encontrarme con la Sabiduría que desde siempre ronda todos nuestros senderos corporales.

2.2 El cuerpo como revelación.

También te doy gracias porque nuestro cuerpo es lugar de revelación de lo que somos, de la verdad de nuestra vivencia, muchas veces al margen del poder de nuestro yo-cerebral o consciencia.

Las manifestaciones de nuestro cuerpo se imponen muchas veces sin que las podamos controlar. Nos desvela en forma de lenguaje no verbal: gestos, expresiones, tonos de voz, modos de vestir, un lenguaje que nos descubre más de lo que creemos y queremos y en forma de salud-enfermedad, somatizaciones varias no controladas por nuestra mente.

Por eso nuestro cuerpo es un lugar privilegiado de acceso a nuestra verdad, y de unificación de nuestra persona. Lo real es que sólo podemos vivir unificados si estamos enter@s allí donde está nuestro cuerpo. Nuestra mente puede estar en varios sitios a la vez, ir y venir, desplazarse sin límites pero la verdad de dónde estamos la dice nuestro cuerpo.

El cuerpo es nuestra presencia, epifanía de nuestra persona. Es lenguaje no verbal, palabra que pronuncio con mi actitud, mirada, conducta y lenguaje verbal como expresión simbólica que prolonga mi cuerpo y exterioriza su experiencia.

Como después expresaré ante Ti, el cuerpo se convierte en lugar de manifestación de mi fe, como revelación de tu presencia o ausencia, porque nuestros valores, deseos, proyectos llegan a ser verdad cuando pasan por el cuerpo, cuando se hacen cuerpo y se verifican.

Es entonces cuando nuestro cuerpo se convierte en revelación no sólo de nuestros valores sino de ti, Dios que nos sustentas e identificas, se puede hacer lugar de presencialización de ti, el Invisible, tal como aconteció en la persona de Jesús...

2.3 El cuerpo espacio de relación y encuentro.

El cuerpo al ser revelación de nuestra verdad se convierte por ello en lugar de relación, encuentro y comunicación. 

Este es el centro de lo que en éstas páginas quiero expresar que no hay otra posibilidad de encontrarnos con nosotr@s mism@s, con l@s otr@s, lo otro, y contigo, Dios de mi fe, sino es a través del cuerpo que somos. Quiero ampliar un poco esta creencia.

A lo largo de nuestra vida vamos elaborando una determina relación con nuestro cuerpo donde los esquemas culturales, los prejuicios sexuales, raciales, ideológicos de nuestro entorno van configurando nuestra imagen corporal a partir de cómo nos hemos sentido mirados. Cada cultura tiene sus modelos, juicios de valor y sus tabúes en relación al cuerpo. Nuestra relación con el cuerpo es tributaria de esa relación.

La relación que cada persona tenemos con el cuerpo que somos podemos considerarla desde dos ángulos profundamente conectados: el modo cómo consideramos el cuerpo y cómo nos comportamos en relación con él.

Como lúcidamente he oído comentar varis veces a José Antonio García-Monge, para unas personas el cuerpo es un amigo, un buen compañero, cuyos límites acepta y se establece una buena relación; para otras es una máquina, que marcha o un objeto útil; para otras personas es un enemigo, una bestia que hay que dominar, o un desconocido, o un dios. Del modo cómo lo consideremos así nos relacionaremos con él. Si lo consideramos un amigo lo cuidaremos y respetaremos, si lo consideramos un objeto utilitario le concederemos el mínimo vital nos ocuparemos de él sólo si la "maquina se estropea", si lo consideramos un enemigo lo maltrataremos o lo anestesiaremos, si es un desconocido, lo ignoraremos y descuidaremos, si lo deificamos habrá una excesiva sobrevaloración y le prodigaremos unos cuidados exagerados, lo haremos un ídolo al que sacrificaremos nuestra vida y otras vidas.

No nos resulta fácil, Tú lo sabes, aprender la sabiduría de una sana relación con nuestro cuerpo que es lo mismo que decir aprender a relacionarnos sabiamente con nosotr@s mism@s. Hemos recibido una mala educación en este campo y necesitamos un lento y sanador camino de aprendizaje. Pero estamos en camino aunque unas veces nos quedemos cortos y otras veces nos pasemos bastante.

Nuestro cuerpo es también lugar de comunicación con @os otr@s y lo otro y lo mismo que la comunicación con las palabras puede ser verdad o mentira, transparencia u opacidad, palabra personalizada o mimetismo social así nos pasa en nuestro lenguaje corporal. Por eso el cuerpo que somos revela nuestras relaciones igualitarias o discriminatorias por razones de raza, sexo, clase; revela también nuestra sensibilidad ecológica o utilitaria negadora del derecho a todo lo que existe a ser por si y no sólo para nosotros los humanos; nuestra manera de sentirnos dueños de la vida o servidores de ella; acaparadores insolidarios o socializadores de los bienes que son patrimonio de toda la humanidad. Necesitamos hacer de nuestro cuerpo un lugar de nuevas relaciones más sanadoras, igualitarias y placenteras.[4]

Nuestro cuerpo será un día lugar de verificación de una antropología de la igualdad en la diferencia rompiendo y denunciando un modelo de relaciones piramidales que no hace justicia a la verdad humana, ni a la verdad del Dios revelado en Jesús, que entra en la historia rompiendo barreras de arriba/abajo, señores/siervos; hombres/mujeres; judíos/gentiles.

Nuestro cuerpo es sin duda, mientras vivamos en el útero del mundo, el único lugar de encuentro y relación contigo, Dios encarnado. 

3- TÚ, HAS QUERIDO HACERTE CUERPO.

3.1 Te haces ser humano, corporal, histórico.

Cuando me expreso de esta manera mi cuerpo se estremece y al formularlo así parece que digo algo herético. 

Pero este es el acontecimiento escándalo de la fe cristiana, la piedra de toque: un Dios que se hace ser humano. La Trascendencia de Dios se hace inmanencia sin perder su trascendencia. Dios se hace humano, revela Su Ser, y no sólo su hacer, en lo humano.

El centro de la fe cristiana podría resumirse en esta frase: "Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros"(Jn.1,14). La encarnación afirma la imposibilidad de ver y comprender a Dios y a la humanidad y a toda la realidad, separadas.

Se nos olvida que el cristianismo tardó seis siglos (hasta el concilio de Constantinopla II en el S. VI) en llegar a "formular" la profunda verdad del único ser de Jesús: no Dios y hombre sino Dios en su ser hombre.[5]

Me gusta encontrarme contigo en Jesús, tu rostro visible, el lugar donde podemos verte, contemplarte, sentirte como revelación de tu presencia relevante en toda la humanidad. Me dejo sorprender por tu deseo de hacerte como nosotros, de vivir nuestra vida humana, cotidiana.

Pero ¡que extraño nuestro comportamiento!, afirmamos esta escandalosa verdad de nuestra fe en un Dios que se hace carne, cuerpo y durante siglos la espiritualidad cristiana denigra el cuerpo y el sexo. Tardamos seis siglos en poder formular una verdad tan sorprendente: Dios se hace humano y elevamos a categoría teológica lo masculino. Es verdad que Jesús fue un varón, laico, judío y ¡que extraña casualidad! la única categoría que se convierte en lugar de revelación de Tu Ser es la de su sexo. Y claro, eso se lo has revelado a los varones, ¿no es así?. Perdona pero no me lo creo. Lo mismo que los otros datos son coyunturales también lo es ese, tienen que ver con categorías y situaciones históricas pero no con tu ser. 

¡Cuánto daño nos ha hecho a las mujeres identificar Tu Ser con metáforas y categorías masculinas. Es verdad que Tú eres el Innombrable, el Misterio, que toda palabra sobre ti es metafórica, de acuerdo, pero ya que usamos metáforas tengamos la decencia de hacerte semejante a toda la humanidad y no sólo a la mitad de ella. Pero de esto no estaba yo hablando contigo ahora.

¿Cuándo comprenderemos que la Encarnación revela no sólo un nuevo rostro tuyo, Dios-encarnado, sino también un modo nuevo de comprender en qué consiste ser verdaderamente humano.?.

En Jesús Tú nos has desvelado “el homo vere” y no solo que él es “vere homo” y ese verdadero ser humano esta ya indisolublemente unido a Ti, Vere Deus. [6]

Tú, un Dios que te haces humano, es decir ser histórico, temporal, corporal, sexual.

Un Dios en nosotros, encarnándote (tomando carne) en lo no-divino, radicalizando la suprema dignidad del ser humano y haciendo de lo humano corporal el lugar de Tu “rostro” visible. (Imagen y semejanza). 

Jesús de Nazaret, tu Rostro visible, no sólo te reveló en su cuerpo y a través de él, sino que se comprometió con los cuerpos sufrientes, doloridos, encorvados, paralizados para devolverles salud, bien estar, recuperar su verdadera talla y su dignidad. Es más, vinculó el futuro absoluto de la humanidad al modo de situarnos en la historia ante los seres humanos doloridos en sus cuerpos: "Tuve hambre, sed, estaba desnudo, encarcelado…" (Mt 25).

Ante la realidad de nuestro mundo, ¿cuál sería "el talante” de quienes tenemos como referencia fundante de nuestra fe a Ti, Dios cristiano, que te nos has revelado, en Jesús, vinculado a la humanidad y en ella a toda la realidad como cuerpo de Cristo.(Mt.25)? 

3.2. Nos llamas a vivir con un talante de encarnación.

Tu ser humano es revelación de tu verdad y de la nuestra. Algo nuclear para nuestro ser humano supone la encarnación y sobre todo hay aquí una llamada a vivir con un talante determinado.

¿Qué significaría vivir en la realidad con un talante de encarnación? 

Me parece que entre otras cosas supondría: 
Reconocer que ya no nos es posible a los cristianos entender la trascendencia en términos de no-humanidad , ni no-mundaneidad. 
No poder separar, porque Tú lo has vinculado definitivamente así: Dios-humanidad y en ella toda la realidad como cuerpo tuyo, Dios cuerpo sexuado, materia; Dios historia; Dios tiempo; Dios vulnerabilidad. Aquí si que tendríamos que decir “lo que Dios ha unido, en Jesús, que no lo separe el hombre” 
Mirar la realidad de un modo nuevo: no hay dos realidades una sagrada y otra profana sino una sola: tu realidad, Dios de la historia, en la realidad del mundo. Por eso no hay relación con la realidad que no sea relación contigo en Cristo: "¿Cuándo te vimos...?"(Mt.25) y viceversa: no hay relación con Dios, en Cristo, sino es en la realidad. 
Nos obliga a hacer de la oración un espacio privilegiado de consciencia creyente: ver la realidad como es y contemplar Tu presencia en ella. A mi me ayuda a vivir el momento presente, el cada aquí y ahora, tener en el corazón esta pregunta contemplativa:¿cómo estas aquí mostrando tu amor y a qué me/nos llamas?. 
Nos convierte la vida cotidiana en espacio "sagrado", lugar del culto agradable a Dios ("en Espíritu y verdad"). No nos permite vivir el compromiso con el mundo fuera de nuestra fe, ni la fe fuera del compromiso con este mundo. 
Nos hace conscientes de que la increencia e injusticia de nuestro mundo no son más que la doble cara de una misma realidad. No haremos a Dios creíble mientras no hagamos al ser humano posible. 

Que Tú te hayas hecho cuerpo humano nos obliga a aceptar la encarnación como categoría que estructura la visión de toda la realidad.[7]

4. DESDE MI CUERPO DE MUJER, HOY MI ENCUENTRO CONTIGO SE HACE DOLOR, PROTESTA, DENUNCIA.

Muchas veces he expresado y te he gritado a Ti, Dios encarnado, el dolor y la rabia por la herencia recibida de una mentalidad dualista y patriarcal que ha denigrado nuestros cuerpos.

Esa visión del cuerpo no es, no puede ser, lugar de encuentro contigo porque es una visión mentirosa, negadora de la igualdad fundamental del ser humano, denigradora para nosotras las mujeres, pecado con terribles consecuencias políticas, económicas, sociales y religiosas.

Quiero hoy gritar que si no renunciamos a esa mentalidad no es posible hacer del cuerpo un lugar para encontrarnos contigo, sino para alejarnos entre nosotr@s y por tanto también para alejarnos de Ti.

4.1 Protesto, ante Ti, por el dualismo imperante durante tantos siglos, al confundir y vincular espiritual con inmaterial. Esta confusión y vinculación ha imposibilitado una visión positiva y espiritual de nuestro cuerpo y ha situado la “vida espiritual” al margen del cuerpo o un camino para mantenerlo a raya. 

¿Cómo no denunciar que “lo espiritual”, durante siglos, haya estado ajeno a lo corporal y por tanto alejado del escándalo de que la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro mundo sufren en sus cuerpos: el hambre, la desnutrición la desasistencia sanitaria, (solo en África el Sida tiene al borde de la muerte a 28 millones de habitantes, el 70% del total mundial) la violencia, la tortura, los desplazamientos forzados por todo tipo de violencia, la explotación, el tráfico de sus cuerpos y un largo etc?.. Cuerpos pobres, abandonados y enfermos que nos gritan haciéndonos llegar una fuerte denuncia a nuestra cultura de la satisfacción de las necesidades corporales y a un cristianismo “espiritualizado” durante siglos, preocupado por salvar “el alma”. Como dice la teóloga Boog Sharon "cuerpos pobres, abandonados, enfermos que gritan pidiendo justicia a un mundo ensordecido por el poder, el militarismo, la riqueza acumulada" [8]

Recuerdo muy bien y me produce dolor, un discurso dualista “religioso”, que desgraciadamente aún perdura en algunos casos en el que: 

Se instrumentalizaba el cuerpo respecto del alma: “el alma es al cuerpo lo que le jinete al caballo”; alimentando incluso el “santo” odio al cuerpo para salvar el alma, que llegó a justificar el suplicio de la inquisición o la muerte de los indios para salvar “sus almas”.

Se situaba el encuentro contigo más allá de cuerpo y por encima de él. A éste sobre todo había que dominar, vencer, mortificar.

Se sostenía un planteamiento negador de la sexualidad y el placer como lugar del Espíritu. Todo lo referente a la sexualidad, equiparada a genitalidad, era algo "impuro", detestable, pecaminoso, sucio o al menos impedimento para la virtud. Lo sexual equiparado a "lo carnal" como algo que había que someter, controlar, negar. El ser humano se sentía avergonzado de sus necesidades sexuales. El sexo es anti-espiritual: para vivir espiritualmente hay que evitar vivir y disfrutar del placer sexual, del encuentro corporal. 

Estas afirmaciones llevaron lógicamente a situar la virginidad por encima del sacramento del matrimonio que no en vano se le denominaba "remedio para la concupiscencia" porque "mas vale casarse que abrasarse".Aún no están lejos reflexiones como ésta:"¿Cómo es posible, escribía un lector a Monseñor Riobe, que un hombre que ha tenido entre sus manos el cuerpo de una mujer pueda decir misa al día siguiente?"[9]

Con un discurso así ¿cómo poder afirmar el cuerpo como lugar de encuentro contigo?. ¿Cómo compaginar la fe en un Dios creador del cuerpo humano y gozoso de la bondad de sus criaturas con tanta maldad atribuida a nuestro cuerpo?

4.2 Denuncio la visión patriarcal del cuerpo negador de la igualdad fundamental del ser humano que ha priorizado y visualizado los cuerpos de los varones blancos situando debajo, detrás, e invisibles los cuerpos de las mujeres y más abajo aún si éstas son negras o indígenas. [10]

Quisiera hoy en mi encuentro contigo, como hacían los profetas de Israel, convertirme en porta-voz de la tuya y gritar el daño que nos hace, que a Ti te hace, esta visión negadora de tu sueño de igualdad entre todos los seres humanos. Préstame tus ojos y ayúdame a trasmitir tu mirada horrorizada.

Veo cómo el dualismo patriarcal al identificar lo masculino con lo que está arriba, es superior, es cabeza, y cultura… y la femenino con lo que está abajo, es inferior, sexo y naturaleza ha provocado una gran injusticia y ha sido una "tragedia" para las mujeres.

Lo que la cultura patriarcal ha hecho con la naturaleza, que está “abajo” y sirve para ser dominada y puesta al servicio de los que están “arriba” así ha hecho el hombre con el cuerpo de las mujeres.[11]

Hoy, en nombre del Dios de Jesús, proclamador con sus palabras y sus hechos de la igualdad fundamental del hombre y la mujer, denuncio que el cuerpo de las mujeres sigue siendo:

· Modelado por el varón según sus gustos y criterios de belleza, capacidad de seducir, erotismo...para hacer del cuerpo de la mujer un "florero", o un lugar para el placer. 

· Dominado y maltratado por la fuerza usando la violencia para someterlo al varón e impedir así el descontrol propio de la mujer igual que pasa en la naturaleza. La violencia de género da buena cuenta de ello, los "burkas" que ocultan a la mujer su cuerpo para hacerla invisible es otra forma terrible de maltrato y dominación. 

· Mutilado para robar a la mujer el derecho al placer y someter al dominio y control patriarcal la sexualidad femenina. 25 millones de mujeres en África soportan a veces a riesgo de sus vidas la clitorectomía y/o la ablación, también las esterilizaciones forzosas e irreversibles sin consentimiento de las mujeres.

· Torturado de muy diversas maneras: la violación en todas sus facetas y formas desde el incesto, más frecuente de lo que pensamos, como la violación dentro y fuera del matrimonio. La violación como arma de guerra, como "distracción y consuelo" para la tropa, para conseguir una procreación forzada de la que luego se arrebatan los hijos a las madres 

· Maltratado y asesinado por sus propias parejas que se siguen sintiendo dueños de los cuerpos de sus mujeres. Expresiones como: “la maté porque era mía” o “eres mía o de nadie” que aún hoy seguimos oyendo dan buena cuenta de esta terrible mentalidad

· Traficado y explotado, vendido y comprado como mercancía: tanto a través de las mafias dedicadas al tráfico sexual, o de órganos como traficadas por razones económicas para la explotación de su fuerza laboral.

· Expoliado de su fuerza de trabajo, cuerpos agotados y extenuados por unas dobles o triples jornadas laborales. La mujer además de su trabajo profesional "le toca" más del 90% del trabajo de la casa y de la educación de los hijos.

· Cargado con:

· los hijos en su vientre durante el embarazo, en brazos durante la lactancia y primeros meses, en la espalda, en las caderas.

· los padres enfermos y ancianos. La atención cuando los padres la requieren recae "naturalmente" sobre las hijas, los hijos parece que no tienen esa obligación.

· los enfermos de la familia

· las parejas, en muchísimos casos 

· los pesos cotidianos de las "tareas domésticas" (bolsas mil) y sobre todo en los terceros mundos, donde a la mujer le corresponde por añadidura: ir a buscar el agua, la leña, los alimentos...

4.3 Acuso la visibilización/invisibilización del cuerpo de las mujeres. [12]

Permíteme hoy decir, en tu nombre, que detestas el modo en que nosotras las mujeres hemos sido visibilidazas durante siglos. ¿Qué ha pasado?

Que en nuestra sociedad, atravesada por un sistema patriarcal y androcéntrico, nuestro cuerpo de mujer ha sido visibilizado desde la perspectiva de género, esto quiere decir entre otras cosas, desde el varón, en relación a sus expectativas, deseos , necesidades, miedos ...y para él, tanto como objeto de deseo,:"mujer de cama y mesa", como para ejercer los roles y funciones que, según él, eran "propios de la mujer", y en referencia a los otros madre de, esposa de, viuda de, hija de, hermana de etc.

¿Cómo se ha visibilizado nuestro cuerpo

a) Como un cuerpo (un ser) inferior, ser humano a medias, no como un cuerpo (una persona) igual en dignidad al varón.

Quizá sea oportuno citar algunos ilustres pensadores que han configurado gran parte de nuestra cultura occidental. Platon en el relato de Timeo dice que sólo los varones devienen creados directamente por los dioses y reciben un alma. Los que viven rectamente vuelven a las estrellas, pero “cuando fueron cobardes y pasaron la vida en injusticia, cambiaron en la segunda generación, según verosímil razonamiento, su naturaleza por la de mujeres”[13].En esta situación sólo los hombres son seres humanos completos y pueden esperar una realización última, lo mejor que una mujer puede esperar es llegar a ser varón. 

Aristóteles entre otras joyas misóginas afirma que la función reproductora rige toda la vida de las mujeres. “Éstas existen para reproducir seres humanos: cuando las cosas van bien producen varones y cuando las condiciones son malas producen varones imperfectos, es decir mujeres, un accidente lamentable, pero, por la naturaleza de las cosas, beneficioso para la continuación de la raza”.[14]. y sigue diciendo:"La mujer como es imperfecta en su claro natural, es incapaz de “cocer” su fluido menstrual hasta el punto de su refinamiento en el que se convertiría en “Semen” (semilla).En consecuencia su única colaboración al embrión es su materia y el “campo” en el que el varón deposita la semilla. Su incapacidad para producir semen es su imperfección. ”Una mujer es como si fuera un varón infértil”[15]

Si estos pensadores insignes visibilizan así nuestro cuerpo de mujeres ¿puede sorprendernos la situación de desigualdad sexual que, aun hoy, vemos en tantos lugares del mundo?.

b) Cómo un cuerpo objeto, no sujeto de la historia, ni de la historia humana, ni de la historia de salvación.[16]

"Objeto del deseo masculino". Que el cuerpo de la mujer ha sido, y sigue siendo, un objeto de consumo, un objeto de posesión, de uso y abuso, es hoy tan obvio que desgraciadamente no necesito muchas palabras para denunciarlo. Nuestro cuerpo de mujer es sobre todo un objeto sexual que se compra, se vende, se expone, se trafica, se usa y se tira. Un cuerpo objeto de placer y de conquista para el varón. Un cuerpo reclamo de la sociedad de consumo, un cuerpo convertido en botín de guerra, en lugar de venganza. 

c ) Un cuerpo tentador y pecador, no un cuerpo lugar de salvación y de gracia.

"La mujer ha sido identificada con la flaqueza de la carne, la sensualidad, la voluptuosidad, la tentación y el pecado"[17]. Quizá sea éste el estereotipo más potente que ha configurado nuestro cuerpo de mujer. 

El mito de Eva en la tradición judeo-cristiana y el de Pandora en la tradición griega han marcado la historia del cuerpo y la visibilización de las mujeres de toda la historia. En el mito de Pandora, la mujer aparece desde el principio como trampa de Dios para el varón, ánfora engañosa que conduce a la pérdida de libertad.[18]

¿Somos capaces de barruntar el daño que a lo largo de tantas generaciones nos ha hecho la mala lectura del génesis y la identificación de toda mujer con Eva la tentadora?. Eva, la segunda en la creación y la primera en pecar y en incitar al hombre a pecar, la culpable de todos los males "por ella entró en el mundo el pecado", peor aún "ella es la maldad" tal como dice el texto bíblico siguiente:

“El ángel que hablaba conmigo me dijo: alza los ojos y mira, ¿qué aparece?. Pregunté: ¿que? Me contestó: Un recipiente de veinte y dos litros; así de grande es la culpa en todo el país.

Entonces se levantó la tapadera de plomo y apareció una mujer sentada dentro del recipiente. Me explicó: Es la maldad. La empujó dentro del recipiente y puso la tapa de plomo” (Zac 5,5-8)”

c) Un cuerpo no apto para revelar a Dios. Sólo los varones pueden ser imagen tuya en la tradición oficial de las Iglesias cristianas. ¡Que vergüenza, mi Dios, a Ti han podido nombrarte con muchas metáforas masculinas, incluso metáforas de la naturaleza (fuego, roca, sol, águila…) pero no hemos podido nombrarte apenas con metáforas femeninas: Tu, puedes ser padre, maestro, pastor, señor, rey pero esos nombres en femenino son blasfemia, idolatría No podemos nombrarte como madre, (si lo hacemos tenemos que decir madre-padre) ni tía, ni abuela..sin percatarnos que para millones de niños esas son las únicas figuras que los han cuidado y querido. Y lo malo es que nos le hemos creído todos incluidas nosotras las mujeres que hemos aceptado resignadas que Tú sólo te pareces a la mitad de la humanidad.

d) Un cuerpo re-productor, alimentador, no productor. El símbolo "madre" ha configurado también nuestro cuerpo de mujer, hayamos decidido tener o no tener hijos lo nuestro es ser "maternales", sobre todo para ellos. "Tota mulier est in útero"[19] es la sentencia con la que los pensadores del medievo definieron nuestro ser de mujer, pero despojado de su sentido primigenio y poderoso[20], ya no era el lugar de la fecundación, el espacio creador sino sólo el receptáculo pasivo del semen activo masculino. "No es la madre la que engendra al que llama su hijo, ella no es más que la nodriza del germen sembrado en ella. El que engendra es el hombre que la fecunda" [21]. La maternidad y/o la virginidad redimen nuestro cuerpo pecador.

e) Un cuerpo ornamental, mujer florero, escondido bajo el mito de la "mujer bella".[22] Su cuerpo convertido en una superficie puramente ornamental.[23] Su cuerpo y su rostro modelados maquillados según los gustos cambiantes de los varones, tasados por tres medidas; sometidos - por supuesto que "voluntariamente"- a todo tipo de cirugías "estéticas" para poder ser admirados por su belleza, para responder a las "formas ideales". No importa a qué precio económico y sanitario. La anorexia y la bulimia afectan cada vez más a las mujeres desde edades más tempranas. Con este mecanismo - del hambre para ser bella- se consigue fácilmente un cuerpo sumiso y disponible, debilitado, privado de gran parte de su energía para la lucha y la autoafirmación de su cuerpo tal y como es.[24] Rojas Marco dice en relación a esta punto: "La dieta es el sedante sociopolítico más poderoso en la historia de la mujer"[25]

f) Un cuerpo "económicamente no activo, ni productivo. Esta visibilización mentirosa ha ocultado la injusticia flagrante de que somos las mujeres las sostenedoras gratis de la economía del mundo, trabajamos muchas más horas que los varones, 2/3 de todas las horas trabajadas y sólo aparecen registradas como tales un 1/3, recibimos el 10% del ingreso del mundo y poseemos el 1% de la tierra del mundo" [26]. Nuestro cuerpo es un cuerpo para "sus" labores. ¿Labores de quién?. ¿Adjudicadas por quién?.

g) Un cuerpo "belladurmiente" y "cenicienta", a la espera del "príncipe" que la despierte y la haga princesa, caperucita la ingenua comida por el lobo, Blanca Nieves cuidadora de 7 hombrecitos.[27]

¿Dónde ha sido visibilizado.[28]?

a) Detrás y debajo del hombre.

"Dicen que detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, pero detrás de una gran mujer hay siempre una bonísima asistenta"[29]. Es mejor ser hombre que mujer porque hasta el hombre más miserable tiene una mujer a la cual mandar."

b) Lejos de los espacios importantes y significativos sociopolitica y religiosamente.

c) Fuera de los lugares públicos y de decisión.

"El hombre que se casa hace a la mujer un regalo porque ella necesita al matrimonio y él no...La mujer está hecha para el hombre, el hombre está hecho para la vida"[30]

d) Dentro del hogar.

"En la familia y no en el estado es donde una mujer debe manifestar su talento y su prudencia"[31]

5 ME ENCUENTRO CONTIGO Y ANUNCIO QUE NUESTRO CUERPO DE MUJERES ES REVELACIÓN DE TU SER.

Mi oración hoy se hace anuncio gozoso. ¡Tantos siglos negándonos a nosotras las mujeres la capacidad para ser revelación Tuya, que me produce un profundo placer poder gritar a los cuatro vientos que eso es mentira patriarcal y que todo cuerpo humano, el mío de mujer también, puede ser lugar de revelación!. Es más, sólo podemos ser tus testigos en y desde el cuerpo que somos.

Nos creaste a tu imagen y semejanza: varón y mujer, pero durante siglos sólo lo masculino podía mostrar tu verdad, sólo se te podían atribuir nombres o adjetivos masculinos. Igual que Cristo era la cabeza de la Iglesia el varón era nuestra cabeza. Claro si él era nuestra cabeza a nosotras nos tocaba ser “cuerpo descabezado”. Si esto no hubiera tenido consecuencias trágicas era como para reírse largamente. Lo malo es que algun@s se lo han creído.

Pero lo que hoy anuncio es que el cuerpo, el cuerpo femenino, es lugar de encuentro contigo y lugar para manifestarte a los demás cuando: 

· Permitimos a nuestro cuerpo ser espiritual, 

· Tu Palabra se hace cuerpo en nuestros cuerpos de mujeres, 

· nuestros cuerpos se hacen testigos de tu amor. 

5.1 Nuestro cuerpo es espiritual.

Siento la urgencia de recuperar la consciencia de que el cuerpo humano, de varón y de mujer, no solo es materia, sino lugar donde se verifica la verdad del espíritu, por tanto también espiritual. Recuperar el cuerpo como tarea espiritual no es prestarle un culto, sino devolverle toda su verdad, reconocer que el cuerpo es la presencia de la persona que es espiritual. 

¿Cuándo un cuerpo es espiritual? [32]

No cuando deja de ser cuerpo o deja de ser materia, sino cuando es fiel, unificadamente fiel a toda su verdad que le alude y le trasciende.

Cuando corporalmente madura en armonía con sus necesidades o integrando sus frustraciones, es capaz de amar fecundamente y vive con una consciencia despierta.

Cuando crea actitudes y produce conductas justas, serviciales, misericordiosas, comprensivas, libres, fraternas, El cuerpo mercancía niega todos los derechos a las personas que quedan convertidas en objetos.

Cuando no nos dejamos convertir en objeto y no convertimos a l@s otr@s en objetos.

Cuando descubrimos que no tenemos otra manera de vivir la espiritualidad si no es en, con y desde el cuerpo que somos.

Cuando no sólo no hacemos del cuerpo un obstáculo para la oración sino el lugar donde ésta acontece..

Sobre todo cuando nos hacemos conscientes de que mientras no hagamos visible y operativo nuestro amor a través de nuestro cuerpo, no haremos posible al ser humano cabal y a la creación entera y por tanto no haremos creíble al Dios de la encarnación que profesamos con nuestras palabras. 

5.2 Tu Palabra se hace cuerpo en cuerpos de mujeres.[33]

Cuando la Palabra de Dios se hizo cuerpo en el seno de una mujer, llamada María de Nazaret, tuvo lugar la Encarnación. Esta afirmación, nuclear en la fe cristiana, no es algo que ocurrió en el pasado, sino que de distinta manera, pero también con verdad, sigue pasando siempre que consentimos al Espíritu de Dios que su Palabra se haga cuerpo, es decir verdad histórica, en nosotr@s y en nuestras estructuras.

Cuando la palabra se hace cuerpo, en nuestro cuerpo, entonces se realiza de nuevo la “encarnación”. El Espíritu nos cubre con su sombra, nos deja "embarazad@s" de vida nueva y va gestando en nosotr@s criaturas nuevas, porque hoy, como ayer “ para Dios nada es imposible”. Cuando consentimos a su acción acontece el milagro de un nuevo nacimiento, y esa criatura nueva, obra de Dios en nosotr@s sólo puede llamarse Jesús, porque ésta es la vocación cristiana: dejar que Cristo se configura en nosotr@s.

Esto acontece en todo ser humano, varón o mujer, pero yo hoy, de un modo especial, y para compensar tantos siglos de injusticia con las mujeres, negándonos la capacidad de revelar a Dios desde nuestro cuerpo de mujer , quiero hablar en femenino y descubrir todas las capacidades de nuestro cuerpo de mujer de revelar el ser de Dios .

Cuando, como le pasó a María, la palabra se hace cuerpo en nosotras nos convertimos en testigos, mujeres que a través de nuestro cuerpo gritamos al mundo quién y cómo es Dios. o al menos cómo podemos mostrar al Invisible. 

5.3 Nuestros cuerpos son testigos de tu amor.

Yo hoy te contemplo, y me encuentro contigo en la vida de tantas mujeres en medio de sus quehaceres diarios, a través de su modo de relacionarse, en su capacidad de gozar y disfrutar de la vida, en la lucha por la supervivencia de sus hijos, en su dolor y sus gritos de protesta. 



¿Cómo y dónde mi cuerpo de mujer, y el de todas las mujeres del mundo, se convierten en testigos de tu amor?



Cuando, a través del cuerpo que somos, realizamos tus obras salvadoras. Así lo contempló Israel en su historia y así lo reveló Jesús con su vida..

Tu, miras con amor lo que has creado porque eres amigo de la vida y todo lleva tu soplo incorruptible en sus entrañas "(Sab 11,26-12,1) y al mirar devuelves la vida y la esperanza 

Lo mismo que hay miradas que matan, la mirada con la Tú, Dios nuestro, miras es generadora de vida, de liberación. "He visto la opresión de mi pueblo. me he fijado en sus sufrimientos. Y he bajado a liberarlos..."(Ex.3, 7)

Miras y reconoces que la obra de tus manos es buena, hermosa, digna de amor, eres un Dios enamorad@ de tu creación. "Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno" (Gen.1, 31). 

Es la tuya una mirada que restaura la verdad profunda “Derriba del trono... y levanta a los caídos.”(Lc.1, 52). Miras y subviertes la historia construyéndola desde abajo “Ha mirado la pequeñez de su esclava por eso desde ahora me felicitarán todas las generaciones.”(1,48).

Te reconozco en los ojos de tantas mujeres que han aprendido de Ti a "ver" el dolor del pueblo a "fijarse" en cómo lo tiranizan los faraones de turno, convirtiéndolo en esclavo (Ex 3,7-9); ojos que saben ver la creación como obra de Tus manos y la ven "muy buena" (Gn 1,31); ojos que, como los de Jesús, lloran por el dolor de la gente (Jn 11,35;Lc19,41), por el dolor de sus hijos que mueren de hambre, de inanición, de enfermedades comunes, que miran y devuelven la dignidad(Mc 12,41-44) y la esperanza (Lc 19,4-5), perdonan (Jn2,9-11) y aman (Mc 10,21).

Nuestros ojos de mujeres son testigos de tu mirada cuando han sido seducidos por Jesús y su pasión por la vida y entonces nuestra mirada se transforma y aprendemos a mirar mas allá de las apariencias, descubrimos nuestra capacidad para conservar unos ojos lúcidos, sagaces y al tiempo ingenuos y sencillos. 

A lo largo de muchos siglos de opresión, nuestra mirada ha aprendido a ser honrada con la realidad, y a desenmascarar las mentiras de una sociedad patriarcal; hemos descubierto de un modo original el valor vivificador de lo pequeño y oculto. Nuestros ojos te desvelan cuando miramos con ternura y devolvemos a l@s otr@s su dignidad y la esperanza; cuando con nuestra mirada acariciamos, cuando miramos, con el corazón lleno de misericordia, y hacemos de toda persona alguien “próximo”.

También somos testigos tuyos cuando nuestros ojos saben descubrir la belleza de la vida; cuando nuestra mirada se conserva “casta”, virgen en su no posesividad, en su limpieza e integridad; cuando no mata sino que devuelve y engendra vida. 

Cuando, a pesar de tanto desamor acumulado de siglos, nuestros ojos se dejan alcanzar por el Amor y saben pasar de una mirada anónima, dominadora, excluyente (mirada que han padecido muchos siglos) a una mirada que tuifica, gratuita; a una mirada según Tu modo de mirar, tal como te has revelado en Jesús: que pone existencia valiosa en lo insignificante, en lo considerado inútil, inválido; que pone vida donde hay muerte; que ofrece futuro en la desesperanza.

Saber escuchar y no cerrar el oído al clamor del pueblo es, según nos narra Israel y nos reveló Jesús, una nota característica tuya.

La primera señal de tu identidad ante Moisés fue esta: “He oído sus quejas contra los opresores... El clamor de los israelitas ha llegado a mí.”. (Ex.3,7.9) y es ésta a su vez una de las peticiones mas repetidas a tu pueblo: “escucha Israel”.

Saber escuchar es algo que ha caracterizado secularmente a las mujeres. Nos han atribuido el rol de “escuchadoras” y lo hemos aprendido muy bien. Pero esto no es fácil: supone silencio del “ego", descentramiento, capacidad de acogida sin juicio; saber escuchar es saber acoger al otr@ desde su marco de referencia, desde su verdad, permitirle ser ante ti tal y como es sin necesidad de defenderse porque se sabe acogido incondicionalmente.

Durante siglos nos hemos ejercitado las mujeres en esa escucha descentrada que se pone en el lugar de la otra persona, con riesgo y en muchos casos con el problema, de perdernos en esa escucha, de no saber tener dos oídos atentos uno a las necesidades de los otros y el otro atento a las propias necesidades. Es que eso era egoísmo, era no amar gratuitamente (como nos correspondía), el olvido de uno mismo (más realmente de una misma) era la señal del verdadero amor.

De todos modos, corrigiendo excesos, nuestros oídos revelan tu Ser, así lo vimos en Jesús, cuando los hacemos lugar donde resuena el clamor de la vida, sobre todo de la vida más amenazada y de la que apenas amanece; de la vida de los que no cuentan, no valen, son excluidos. Cuando no cerramos nuestros oídos, sino que los hacemos caja de resonancia de tanto clamor permanente en la historia, tantos gritos de dolor de parto de innumerables mujeres que dan a luz sin asistencia médica, sin las mínimas condiciones higiénicas para traer al mundo vida nueva. Tenemos mucha experiencia acumulada para tener un oído atento a esas realidades.

También, cuando escuchan, sabiendo alegrarse, los sonidos de la vida que se hace fiesta, boda, banquete, vida de los amigos y de los extraños. 

Nuestros oídos son tus testigos cuando descubren la presencia de tu Espíritu de vida en el rumor de la cotidianeidad y su valor como lugar de verificación y expresión del Reino. Debido al lugar donde nos han situado siempre los varones, tenemos una especial capacidad para escuchar y comprender tantas parábolas de Jesús que expresan la manera de descubrir Tu presencia en medio de las acciones y realidades más sencillas de la cotidianidad: en cómo se usa la levadura en la masa (Mt.13,33), en la grandeza oculta del grano de mostaza(Mc.4,30-32), en la semilla que crece calladamente (Mc.4,6-7), en la manera de remendar un manto(Mc.2,21), dónde se guarda el vino nuevo (Mc 2,22), para qué sirve la sal (Mt.5,13-14), cómo se utiliza el candil (Mc4,21-22), en qué tierra da buen fruto el grano (Mt.13).

También nuestro oídos quieren aprender de Jesús cómo escuchar en el silencio de la oración tu voz (Mc.1,35;6,46;5,16;6,12), que incansablemente nos devuelve a la vida como hijas amadas en quien Tú te complaces, no porque seamos más o menos buenas, sino porque Tu eres Madre y nosotras hijas.(Lc.3,21-22) Ahí seguiremos aprendiendo el difícil arte de la escucha atenta y respetuosa que brota de Tu Amor incondicional.

En el Génesis leemos: "y modeló el Señor Dios al ser humano del polvo del suelo y sopló en sus narices aliento de vida, y llegó a ser el ser humano ser vivo." (Gén.2,7) 

Es decir, de un modo antropomórfico, como sólo sabemos hablar de Ti, te nos muestras en este texto como un Dios que haces de tu boca aliento de vida. También así te revelaste en Jesús, Juan nos dice de él que tenia palabras de vida eterna” (Jn 6,68).

También nuestra boca es, como la tuya, aliento de vida, portadora de vida cuando: 
sabe hablar y callar a su tiempo 
ben-dice y al decir bien posibilita la vida y cierra sus labios a la mal-dición que produce exclusión y muerte; 
denuncia y desenmascara las injusticias de nuestro mundo, las mentiras patriarcales que, a lo largo de tantos siglos, han provocado y siguen provocando opresión, exclusión, silenciamiento, baja autoestima de las mujeres, violencia y muerte a manos de sus parejas de tantas mujeres en el mundo y un largo etc. 
anuncia la Buena Noticia de Jesús de que en la mesa del Reino no hay exclusión alguna por razones de sexo, raza, clase y si alguien está especialmente invitado a ella son quienes en la vida son víctimas del desamor y la marginación; 
canta el canto de la vida sencilla y une su canto al del pueblo; 
grita de dolor pariendo vida y de placer cuando hace de su cuerpo el lugar de expresión de su amor; 
alienta a los desalentados y sin fuerza; 
convoca al descanso y a la fiesta de la vida; 
besa y hace del beso el sacramento del amor; 
se ríe de tantas palabras vanas y deformadoras de la realidad, pronunciadas por los varones a cerca de nuestro ser mujer y las relativiza sanamente con sentido del humor, para no tomarlas en serio y no dramatizar la vida; 
gusta el sabor de saberse hija amada y hermana de sus herman@s. 

Entonces saboreamos el profundo placer que nos produce verificar que nuestra boca, no es el lugar de la charlatanería barata, como algunos dicen, sino revelación de tu ser alentando vida en nuestro entorno cercano y lejano.

El hermoso mito de la creación te presenta como un Dios alfarero amoroso moldeando al ser humano y todo ser viviente con tus propias manos. Bellísima imagen de un amor que se hace manos que acarician el barro y lo convierten en imagen y semejanza de su creador, en una realidad buena en sí misma. "Entonces el Señor Dios modeló al ser humano de arcilla del suelo... modeló de arcilla todas las fieras salvajes y todos los pájaros del cielo... (Gen.2, 7.19)" "Y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios "Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza... a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creo"(Gén.1, 25b-27)

Bella imagen que te muestra como Partera de Vida.

En este camino de hacer de nuestro cuerpo un lugar de revelación de Ti, ocupan un papel especial las manos. 

Pueden ser manos parteras de la vida, como las tuyas, como las de María de Nazaret, que ayuden a dar a luz a todo aliento de vida allí donde emerge, allí donde casi nadie reconoce la vida. Manos que saben esperar el lento dilatarse del útero- entre dolores de parto- de tanta vida nueva como quiere brotar, si sabemos alentarla y no abortarla. 

Dar vida es un gesto hecho muchas veces de realidades muy sencillas. Las manos nos hacen artesan@s de la cotidianeidad, transformando lo monótono, caduco y trivial en lugar de la creatividad y el amor. En este arte llevamos ventaja las mujeres. ¿Quien cómo nosotras sabemos de ello?: poner amor y ternura en la belleza que no dura, en la comida que desaparece, en la ropa que se arruga de nuevo, en el orden que se desordena, en la limpieza que no brilla nunca Es “un arte amoroso “que merece la pena aprender y no necesita posturas acrobáticas.

Dar vida, a través de nuestras manos, tiene que ver con algo que hemos hecho siempre las mujeres y que cada vez cultivamos más: amasar en la cotidianeidad el pan de la sororidad; unirnos a otras manos para tejer el manto de la solidaridad; dar, compartir, no acaparar para sí; saber pedir conscientes de nuestra propia pobreza; acariciar con ternura y pasión; aguantar y sostener, también aprender a sostenernos a nosotras mismas, levantar al caído, curar heridas ungiéndolas con el ungüento de la entrañable ternura...Manos, al fin, que sin ruido y sin alarde, pasan por la vida echando una mano, ”haciendo el bien” como se nos dice de Jesús.

Me gusta descubrir que algunas veces, los escritores bíblicos, a pesar de sus prejuicios patriarcales, han sido capaces de dejar aflorar la capacidad de nuestras manos de mujer de revelar algo de ti, son textos que necesitan ser desescombrados para que puedan hablar con nitidez pero a pesar de todo están ahí. Y además son presentadas como mujeres que actúan transgrediendo los mandatos y las normas sociales y religiosas imperantes.

Uno de esos textos, perdido en medio del Éxodo, ese libro todo él dominado por la figura de Moisés, se nos narra la historia de Sifrá y Pua (Ex 1,15-22), dos parteras egipcias que hacen de sus manos un lugar para la defensa de la vida, transgrediendo sagazmente las órdenes de la máxima autoridad político-religiosa de su tiempo para salvar la vida de los niños hebreos. Ellas nos enseñan a hacer de nuestras manos un lugar para la vida aunque tengamos que arriesgar a decir “no” a todos los faraones de turno. 

En los sinópticos se nos narra la historia de otra mujer anónima (Mc. 5,21-43; Mt,9,18-26; Lc.8,40-56) que también tiene la osadía de transgredir las leyes socioreligiosas de su tiempo. Se la conoce con el nombre de la hemorroisa, la mujer con la regla permanente, que arriesgó a tocar con sus manos lo prohibido y eso prohibido era nada menos que tocar al Maestro, ella la impura podía manchar todo lo que tocase y fue esa trasgresión valiente la que le devuelve la salud. Que esta mujer osada nos enseñe a no tener miedo a tocar la vida, la realidad, los cuerpos… rompiendo tabúes milenarios que sólo conducen a la muerte y son mantenidos por el miedo. 

Los israelitas sabían contemplar Tu presencia tierna y amorosa caminando con ellos y mostrándoles el camino "Tu, en tu inmensa ternura, no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apartó de ellos, para guiarles de día por la ruta, ni la columna de fuego por la noche para alumbrar ante ellos el camino por donde había de marchar" (Neh. 9,19).

Peregrinando con el pueblo por el desierto, ¡qué bella imagen!, así te mostraste también en Jesús el caminante incansable, compañero de camino, amigo fiel. Sus pies caminaron gestando vida junto a las vidas perdidas y descarriadas, los excluidos hombres y mujeres de mala fama. Sus pasos terminan proyectando sospechas sobre su propia persona.(Lc.15,1-2). Fueron pies samaritanos que no pasaron de largo y fueron haciendo de todo otro tirado en el camino alguien "próximo".(Lc.10,36,-37).

También nuestros pies pueden servirte y de hecho han servido, para mostrarte en la historia como el Dios con-nosotr@s 

Me duelen los pies destrozados de tantas mujeres cargando con sus hij@s huyendo del hambre, la guerra, la enfermedad, la miseria. Cuando las veo te contemplo a Ti, Dios de la vida, luchando como una leona por defender la vida de tus hij@s, los más indefens@s.

Tenemos mucha experiencia histórica de caminar por carreteras secundarias, las grandes autopistas no nos han pertenecido nunca. Pero eso nos ha permitido acercarnos a tantas personas tiradas en el camino apaleadas, saqueadas, malheridas y convertirnos en samaritanas Nuestros pies saben hacerse “próximos”, saben bajar, acercarse, cargar con los enfermos y heridos…¡Tantos siglos cargando con enfermos y ancianos de nuestras familias y, cuando tocaba, de las familias de los demás!...

¿Acaso no es esta imagen samaritana la mejor manifestación de Ti, Dios con-nosotr@s, en medio de nosotr@s, para nosotr@s?.

Tambien nuestros pies hablan de Ti cuando saben hacerse buscadores con otr@s, sin grandes seguridades, pero con las certezas que guardamos en el corazón, cuando se descalzan ante el misterio de l@s otr@s; cuando danzan la fiesta de la vida y las conquistas en el camino de la liberación, sobre todo de los pobres de este mundo. 

Nuestros pies; como los de María, la madre de Jesús, y las otras mujeres: María Magdalena, María la de Cleofás, Marta y su hermana...revelan en qué consiste seguir a Jesús hasta el final, cuando los tiempos son difíciles y en vez de huir, permanecemos de pie junto a l@s crucificad@s de este mundo.

Una de las imágenes que más me gusta de Ti en el Antiguo Testamento es la de el Dios de "la entrañable ternura y misericordia lento a la cólera y rico en piedad (Ex.34,6-7), la madre que da a luz sufriendo los dolores de parto, "como parturienta grito, resoplo y jadeo entrecortadamente" (Is.42,14), a la que se le rompen las entrañas y se sabe incapaz de abandonar jamás a sus hij@s "¿puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas?...pues aunque ella se olvide yo no me olvidaré de ti.."(Is,49,15) 

Esta metáfora nos alcanza de lleno, pero ¡que poco utilizada ha sido en la historia de la tradición judeo-cristiana! : Tú, como útero portador, como parturienta jadeando y resollando, como madre que amamanta y lleva en sus entrañas a sus hij@s. ¿Por qué la ocultación de esta metáfora femenina de tu rostro tan bella y cercana a la experiencia de la vida?. Una vez más han podido más los prejuicios machistas sobre tu Ser que la revelación de Tu Palabra. 

Pero hoy proclamamos con orgullo que aquí en esta manera de manifestar tu Rostro tenemos la exclusividad las mujeres: somos tus entrañas donde amasas la vida de cada ser humano, tu útero portador que sabe dilatarse en medio de dolores de parto para que la vida nueva y autónoma sea posible, somos tu pecho que amamanta. Somos ante el mundo tus entrañas de misericordia, de ternura siempre renovada; entrañas que se estremecen de dolor y de gozo, son incapaces de permanecer insensibles.

Desde mi entraña de mujer doy gracias a las mujeres que eligen dejarse penetrar para dar vida, que hacen de su útero un lugar para la acogida, de sus entrañas el hogar para los sin hogar, de su cuerpo una manifestación de Tu misericordia entrañable. Mujeres fecundas de muchas maneras, reveladoras de Ti, testigos de tu amor de madre.

Gracias porque nos has dado un cuerpo de mujer desde el que podemos mostrar ante el mundo cómo es el Dios en el que creemos.

6- TE ENCUENTRO EN LA HUMANIDAD Y EN LA CREACIÓN ENTERA COMO CUERPO TUYO.

6.1. La creación entera como Cuerpo de Dios.

Igual que Pablo, desde la experiencia personal vivida de “encuentro” con Cristo resucitado, formuló su metáfora del “cuerpo de Cristo” para poner palabra a la relación profunda que a través del bautismo se establece entre Cristo y los bautizados y de éstos entre sí, Sallie McFague elabora, de un modo más sistemático, otra metáfora audaz y muy sugerente “el mundo como cuerpo de Dios” [34]

Esta metáfora, como toda metáfora algo dice de Ti y de tu relación con el mundo y también niega algo de lo que Tú eres. Tiene la ventaja de intentar una re-formulación de la relación que Tú tienes con el mundo desde la perspectiva de un amor unificado- no dualista, interdependiente no jerarquizado; que respete una visión evolutiva, ecológica, holística del mundo. 

Es un apuesta por no formular la relación Tuya con el mundo como la relación con un ser “poder”, “rey”, “señor”, que desde fuera, controla, manda, hace todo, a quien se debe obediencia y sumisión pasiva.

¿Por qué no podemos contemplar el mundo como “sacramento”- presencia visible- cuerpo tuyo, si el mundo no es algo extraño a Ti, ni extraño a tu Ser sino manifestación, expresión de tu mismo ser es decir expresión de tu encarnación? 

¿No sería ésta una representación de la verdad del mundo y de tu relación con él especialmente apropiada para la interpretación de tu amor salvífico a todo lo creado en nuestro tiempo?

Lo mismo que afirmamos que en Jesús Tú te has hecho cuerpo, ser humano, y que desde Él podemos leer la humanidad como Cuerpo de Cristo, y en los crucificados/as al Crucificado y a Ti como “Dios crucificado” y esto nos hay permitido formular que nada de la humano es ajeno a tu Ser, ¿porque no aceptar la posibilidad de ampliar esa afirmación, de un modo metafórico, a toda la realidad mundana de modo que podamos afirmar que nada de lo mundano es ajeno a tu mismo ser de Dios?.

Además este modelo del mundo como cuerpo tuyo, sugiere que Tú amas los cuerpos y esto supone un desafío y una crítica a la tradición cristiana que ha denigrado lo corporal, físico, ha reprimido y condenado la sexualidad, el placer sexual, nos ha oprimido a las mujeres presentándonos como tentadoras sexuales y ha definido la salvación de forma espiritualista, negando así que las necesidades básicas, sociales y económicas de los seres encarnados tengan que ver con la salvación.

Esta metáfora tiene también consecuencias éticas y es una llamada a mirar el mundo, el cosmos de otra manera. Sallie lo formula así: “El mundo con su belleza y su capacidad para mantener la vasta multitud de especies que contiene, no está ahí para que nos lo apropiemos. El mundo es un cuerpo que debe ser cuidadosamente atendido, que debe ser alimentado, protegido, cuidado, sanado, guiado amado y amparado por su mismo valor por sí mismo, pues , como nosotros, es expresión de Dios...Nos encontramos con el mundo como el cuerpo de Dios donde Él está presente a nosotros siempre, en todo tiempo y lugar.”[35]..

Esta metáfora tan bella me abre a la experiencia de nuevas posibilidades de encuentro contigo. Sé que estás cuando trabajamos en el cuidado de nuestro mundo, en la curación de nuestros cuerpos enfermos y doloridos y cuando experimentamos el placer de hacer de nuestros cuerpos un lugar para el encuentro amoroso. 

6.2 Te encuentro cuando cuido los cuerpos dolientes

No es tarea fácil contemplarte dolorido en nuestros cuerpos de mujeres maltratados tantas veces y de tantas maneras: violados, violentados, vendidos, comprados, expuestos impúdicamente, cuerpos traficados, hechos mercancía barata fruto del engaño y la extorsión, explotados en trabajos inhumanos, engañados con eslóganes publicitarios que hacen de las mujeres floreros, que provocan tantas anorexias y bulimias. Quiero aprender a verte también en tantos cuerpos humanos mutilados por la bombas; cuerpos aterrorizados por la represión y la tortura; cuerpos secuestrados de tantas maneras, hambrientos, desnutridos, enfermos por no tener la atención sanitaria a la que tienen derecho; cuerpos encarcelados muchas veces porque son pobres y no pueden pagar un buen abogado o a un fiscal o a un juez; cuerpos hambrientos de caricias y contactos sanadores.

¡Tantas heridas en nuestros cuerpos, en nuestras personas!.

Hoy mi encuentro contigo se hace súplica: concédenos el don de hacer de nuestros cuerpos lugares para la salud, de nuestras personas sanador@s [36] , mujeres y hombres que hagan de tu grito (expresado por Isaías) "consolad, consolad a mi pueblo" un programa de vida.[37]

Vivir como sanador/a es aprender a mirar la realidad desde la perspectiva de la salud física, psíquica y espiritual, con la mirada atenta y lúcida a ese dato de la realidad, descubriendo dónde se atenta contra ella de alguna manera, denunciando, desenmascarando el daño de propuestas, realidades y justificaciones engañosas que intentan vendernos mentiras. 

Encontrarnos contigo en tu cuerpo dolorido, que es la humanidad y la creación entera, es hacer verdad en nuestros cuerpos la parábola del samaritano: no solo no pasar de largo ante quienes están tirados en el camino de la vida sino hacernos próxim@s, crear proximidad con nuestra manera de mirar la realidad, acercarnos a las personas doloridas, saqueadas por los bandidos de turno, (tod@s nosotr@s somos, de alguna manera, por acción u omisión, ladrones que robamos a los pobres lo que es suyo) y bajando de nuestras cabalgaduras, tocar, ungir, limpiar, cargar con ellas y ,si es necesario, conducirlas a dónde puedan atenderles mejor que nosotros mism@s.

Dios nuestro, suscita entre nosotr@s hombres y mujeres sanador@s, pues es ésta una gran necesidad de nuestra sociedad. Nos han educado más para ser jueces que sanadores, para criticar más que para comprender, para juzgar más que para acoger incondicionalmente los cuerpos heridos en cualquiera de sus dimensiones.

Quizá hemos dejado de mirar a tu Hijo, Jesús, que si algo pone de relieve la crítica histórica es que fue un taumaturgo sanador. Nos urge aprender a volver a mirarlo con mirada asombrada y descubrir qué significa en estos momentos de nuestro mundo: expulsar demonios...¡tantos! (violencias, hambres, guerras, clasismos, sexismos, racismos, terrorismos...) , qué significa hoy poner en pié a las mujeres encorvadas, qué significa liberar de parálisis, de sorderas, de cegueras...(propias y ajenas).

¿Por qué hemos olvidado tan pronto que una de las características del discipulado, recogido por todas las tradiciones, es el de "expulsar demonios"? (Mc3,13-16; par) que como dicen en mi tierra en relación a las "meigas", <<creer no creo pero haber las hay las>>

El texto de Lucas hace una afirmación sobre Jesús, Tu Hijo amado, que necesitamos recuperar, releer hoy y aplicarlo a nuestras vidas: "toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que curaba" (Lc 6,19). [38] Si nuestra experiencia espiritual fuera cada vez más en esta dirección, qué distinto sería nuestro mundo, establecer contactos sanadores, "tocar" los cuerpos, los psiquismo, tocar "el alma" y sanar en vez de apalear, ¡lo hacemos de tantas maneras.!

Sanador@s, del cuerpo y del espíritu, que como pequeños "espacios ecológicos" provoquemos en quien esté a nuestro lado la sensación de poder respirar mejor.

Se nos olvida que cuando en los Evangelios se nos habla solemnemente del Juicio Final (Mt 25), fundamentalmente se nos va a preguntar por nuestro amor operativo que pasa por el cuerpo y lo sana, que toca "el alma" y la cura en sus soledades y aflicciones es decir: el amor que se hace pan y agua que sacia el hambre y la sed; vestido que cubre las desnudeces varias, compañía en el dolor de la soledad, de la enfermedad..., liberación de las prisiones diversas en las que caemos, acogida en las exclusiones de raza, sexo, clase...Es decir se nos va a preguntar si hemos pasado por la vida como sanador@s o no, ahí descubriremos si hemos ganado o perdido nuestra vida. ¡Nada más, ni nada menos!.

También, curar el cuerpo de los otros y el propio, significa no tratarlo como una máquina que se lleva a reparar cuando se ha averiado, que se le explota en sus recursos energéticos hasta que está extenuado en nombre de "causas sublimes", pero que esconden muchas veces carencias y necesidades no resueltas, ni nombradas.

Curar nuestros cuerpos -al menos en nuestro contexto occidental cuando están cubiertas las necesidades básicas y no tenemos que defendernos de las múltiples agresiones- , supone, no gastar dinero en objetos puramente estéticos y de consumo, sino saber equilibrar trabajo y descanso. Este equilibrio requiere un yo que se regala espacios de sosiego, de calma; que sabe respirar en paz y relajarse; escuchar a tiempo los avisos que el propio cuerpo nos da de que algo no funciona bien, para intentar atenderlo... Es decir reconciliarnos con nuestro cuerpo y sus necesidades. Somos un cuerpo y necesitamos aprender a tratarnos como amigos y no como a enemigos o meros "instrumentos" de trabajo y producción.

6.3 Tú, eres un Dios Amante de tu creación

Esta metáfora del mundo como cuerpo tuyo, me abre la puerta al encuentro contigo en el mundo, en la creación de un modo nuevo y me hace más bella aún otra metáfora con la que Sallie te nombra: Dios como amante, en la que Tu Hijo sería la revelación del amor como “Eros”, expresión de tu pasión por el mundo. El mundo como tu cuerpo y Tú, su Dios, como el amante que desea unirse con lo amado. Amas no solo lo humano sino todo lo creado.[39]

Sé que tu “hacerte hombre” no fue algo temporal, circunstancial sino una locura de tu amor que marca la entraña de tu Ser.

Me gusta mucho la metáfora que Sallie McFague usa para expresar esta verdad profunda de tu encarnación: Tú, el Dios Amante, que de tal manera te “enamoras” de tu creación, de tu humanidad que deseas fundirte con ella, penetrarla, y por eso hacerte humano, hacerte mundo, hacerte cosmos. El mundo como cuerpo tuyo. El/la amante eres Tu y el/la amado/a es el cosmos..

Este modelo de Dios amante no es una invocación individualista, en el contexto mundo, humanidad, los aspectos individualistas y dualistas desaparecen. 

El objeto de Tu Amor es el cosmos, el mundo, la humanidad entera. Nosotros, yo, no te amamos a Ti en una relación vertical individual, del amado al amante, sino que amando al mundo, Tu cuerpo, sintiéndolo valiosos y atrayente por lo que en sí mismo es, te estamos amando a Ti.

Como dice Sallie: "Dios como amante ama el mundo apasionadamente, disfrutando de su variedad y su riqueza, encontrándolo atractivo y valioso, recreándose en su realización. Dios como amante es la fuerza del amor que mueve el universo, el deseo de unidad con todo lo que ama, el abrazo apasionado que hace girar a la tierra que vive y palpita, que envía la sangre por nuestras venas y nos arroja en los brazos del otro" [40]

Sí, Tú, Dios amante, gozas con los que gozan y sufres con aquellos que sufren, Tú no estabas en los campos de exterminio, pero éstos estaban en Ti, Tú participas del dolor del amad@ como sólo un amante puede hacerlo, Tú como amante asumes el sufrimiento en tu propio ser. No sufrimos sol@s.

Hablamos de Ti como amor, pero tenemos miedo de llamarte amante. Pero un Dios, como Tú, que te revelas relacionándote apasionadamente con la vida, es apropiado llamarte "amante".

Nos resulta extraño nombrar a "Eros" como realidad amorosa capaz de ser metáfora tuya, y sin embargo es una realidad reveladora de Ti, si somos capaces de renunciar al dualismo y al rechazo del placer. Eros, como amor a lo valioso, es un aspecto necesario del amor divino y humano

Eros, como la atracción apasionada por lo valioso y el deseo de unión que produce placer, expresa mejor que cualquier forma de amor el valor del amado, y por tanto el dinamismo de la Encarnación.

El amor apasionado y que desea ser amado es una de las metáforas más apropiadas para hablar de Ti. Nunca nos sentimos mejor que cuando somos amados, deseados. Tú, Dios amante, consideras a tu creación atractiva, y sientes pasión, deseo de unirse a ella

Nos gusta mucho más que nos amen porque nos desean, porque el amor hace deseable al amado, que el hecho de que nos amen “a pesar de lo que somos”. Por eso en este modelo metáforico que Sallie nos propone la Salvación consiste en "unificarse” o reunirse con lo que es atrayente y valioso para Ti, más que en el rescate de lo que es pecaminoso y despreciable.

¿Qué nos impide utilizar, para nombrarte, la metáfora de amante- como eros- amor de atracción apasionado por lo valioso y el deseo de unirse a ello?.

¿Por qué tanta dificultad de releer la salvación como el abrazo y la reunificación del Amante con lo amado (el mundo) que ha salido de tus manos, de tu ser, y lo amas?.

Desde esta perspectiva, la relación sexual amorosa como símbolo físico básico de la unidad- ruptura de los límites corporales- para expresar el ser "una sola carne", expresión del amor de com-penetración de los amantes, es un lugar privilegiado para encontrarnos contigo ahí, en el abrazo total.

¿Cuánto tiempo necesitaremos aún los cristianos para poder proclamar que la comunicación corporal amorosa y placentera es un sacramento, un lugar de revelación de tu Amor?.

6.4 El encuentro corporal amoroso y placentero, sacramento de tu amor, lugar de encuentro contigo.

Hoy necesito revisar ante Ti la visión cristiana del placer que he recibido pues ésta me resulta caduca y alejada, no sólo de la realidad, sino sobre todo de las fuentes evangélicas. Sin duda que ésta ha de fundarse en los supuestos primordiales de la fe bíblica, superando todo planteamiento dualista-maniqueísta que enfrente al cuerpo (placer, lo natural, sexo) y al espíritu (mortificación corporal, lo sobrenatural, la castidad) como dos principios que polarizan el bien y el mal en los hombres.

Esta revisión, necesaria para poder establecer un diálogo con nuestro mundo en torno al "amor - Eros y Ágape- como sentido último de la existencia", supone recuperar el placer como un valor positivo del ethos humano y cristiano, que entre otras consecuencias, dilata el corazón. [41]

Supone devolverle al placer su autonomía [42] y consistencia en interdependencia con los demás aspectos pluridimensionales de la existencia cristiana; reconocerlo como derecho inalienable de realización personal en relación a sí mismo, al mundo y a los demás. Todo ser humano, por el hecho de serlo "necesita cultivar sin temor y sin más ataduras que las impuestas por la realidad, sus fuentes de placer"[43] Por el placer de ser humano" celebra la vida en el templo de su corporalidad e inunda su espíritu con el rito de la fiesta." [44] " El placer es la vivencia gozosa del impulso vital, del encuentro con el mundo y de la relación con los semejantes. "El placer es la epifanía y la fiesta de la vitalidad".[45]."La psicología nos dice hoy que saber gozar es una capacidad del hombre que ha alcanzado la madurez del propio yo y que es capaz de vivir el placer sin transformarse en su esclavo y sin complejos de culpa"[46]

Todo ello dentro de una comprensión humanizadora del placer, no solo en la dimensión individual sino en su proyección social y sin hacer del placer un fin sino una mediación, también transparencia del gozo de Dios.[47]

Desde esta concepción humanista del placer erótico afirmo que la comunicación corporal total amorosa y placentera es sacramento de tu amor, lugar de encuentro contigo. En ella se expresa toda la capacidad de relación que tenemos los seres humanos desde toda nuestra realidad corporal, la totalidad de nuestra persona queda así entregada al otro.

Quiero expresarme ante Ti con libertad y verdad porque deseo romper tabúes que durante muchos siglos han denigrado el sexo, como si “hacer el amor” no pudiese ser un lugar de revelación de tu ser Amor.

Es una “comunicación corporal total” porque todo el cuerpo se convierte en lenguaje, habla el lenguaje de la caricia, del erotismo, de la ternura, de la genitalidad. Son todos los sentidos las que están activos. La vista tiene una función muy importante... mirar y contemplar, es bueno no hacer el amor a oscuras, la mirada es una caricia y merece la pena su cultivo, verse y mirarse es una condición para admirarse. El gusto del otro... en el sabor de la piel a lo largo de todo el organismo, en el mezclarse de sus salivas, en las caricias bucogenitales. Todo ello lenguaje de amor. El olfato, el olor del cuerpo de la persona amada despierta el deseo y es un gran estímulo erótico. El oído es receptor de palabras, sonidos, gemidos... La mujer suele sentir más necesidad de expresarse en la relación sexual de poner palabras amorosas a la experiencia que está viviendo. El tacto es el gran protagonista toda la piel se hace lugar de caricia. 

Todo el cuerpo es erótico y, acariciado, es capaz de reaccionar placenteramente si es adecuadamente estimulado, no reducir la caricia a las zonas erógenas. Cuanto más rica sea la exploración erótica en la aplicación de los cinco sentidos más amplio será el lenguaje del amor.

En el coito de alguna manera se rompen los límites corporales. El cuerpo trata así de expresar la com-penetración máxima con la persona amada. Se da y acoge al otro no sus genitales. Es el gesto simbólico que mejor expresa en esa comunicación íntima que ya "no son dos sino una sola carne", sin disolverse, ni perderse pero sí entregándose.

Su finalidad es la entrega mutua, el conocimiento del otro, la comunicación mutua de su amor. Dar y recibir de dos personas distintas con ritmos y psicologías distintas. La entrega y presentación del cuerpo desnudo expresa la verdad y la indefensión con que se muestra ante el otro tal como es. El desnudarse es símbolo de ofrecimiento sin reservas, del descubrimiento de uno mismo en la más total intimidad del propio ser.

"Amorosa".

Si es un lenguaje de amor requiere saber dar y recibir, acoger y entregarse. Exige madurez, reclama no solo deseo sino amor que se entrega porque se auto-posee, pide libertad, honradez y no simulación, respeto a sí mismo y al otro. Por la densidad de esa relación y sus implicaciones reclama fidelidad para ser congruente. 

Por ello más que de relaciones pre-matrimoniales habría que hablar de relaciones prematuras, no hay madurez para darse porque uno no se posee, no hay amor sino solo necesidad, no hay libertad sino apego, no hay respeto a sí mismo ni al otro sino dependencia y necesidad , no hay hondura para una relación en fidelidad. Habrá capacidad hormonal para una "actividad sexual" probablemente poco ayudadora para la maduración mutua y por eso mismo poco humanizadora .La persona no se entrega, no se implica, en definitiva no ama.

"Placentera".

El encuentro sexual está unido a uno de los placeres más intensos del que el ser humano pueda gozar. El orgasmo no es el fin sino la consecuencia de la relación corporal amorosa. 

Es la experiencia del placer del encuentro cuyo fruto es "dilatarse el corazón." "El adulto gracias al placer procurado por el acto sexual podrá volver a experimentar su florecimiento en plenitud y también su integridad, su fecundidad y su abandono en manos del alborozo, sin temer destruir al otro o ser destruido por el otro."[48].

Jacobelli en su libro sobre el placer sexual tiene unas páginas hermosísimas sobre el encuentro sexual: 

"El placer sexual en su verdad, es de hecho el único de los placeres de los que disfruta el ser humano que para existir, le impone salir de si mismo. Sólo el hombre hace el amor los animales se acoplan; la diferencia de términos indica que no existe gozo pleno y verdadero si todo el ser no se dona, se da, se trasvasa en el otro, en un júbilo que es, antes que nada, comunicación entre personas. “[49]

Es así, Dios amante, Tú te revelas cuando dos personas se unen en el amor, el cuerpo se transforma en instrumento, en expresión, en lenguaje tuyo y al tiempo de dos personas que se comunican la profundidad de su propio ser. Es todo el ser quien habla, quien dice quién es, entrando en una comunicación total en la que las palabras enmudecen para dar cabida a la transparencia más completa; el orgasmo es un grito mutuo de vaciamiento total:"te lo he dicho todo",”te lo he dado todo”. 

En la relación amorosa las fronteras se disuelven: no en una confusión de identidad, sino en un ser para el otro que precede y funda el estar con el otro. "yo soy para mi amado y mi amado para mi"(Cant.6,3)...

Dicho con las mismas palabras de Jacobelli: 

“En el goce sexual vivido en el amor, el pasado, el presente y el futuro se funden en un momento atemporal que, en su unicidad, se asoma al infinito; ningún otro placer dado al hombre está en grado de llevarlo más allá del propio espacio corporal y más allá del momento que está viviendo. En el orgasmo surgido del amor, el espacio y el tiempo se disuelven y hombre roza el infinito....se ve llevado, empujado hasta el umbral de su propia trascendencia. Y surge la gratitud, a menudo acompañada de un llanto que expresa lo que las pobres palabras nunca sabría decir.

Y se transforma en creatividad.

La creatividad del placer. La inmensa necesidad de devolver a los demás algo de la plenitud recibida...la gratuidad del placer recibido se transforma en fuerza profunda que empuja ulteriormente a salir de uno mismo, hacia el otro, hacia todos los demás, hacia todo el mundo".[50](109-110).

Con palabras muy parecidas se expresa Pohier:

"...el amor del hombre y la mujer. Dos cuerpos, dos sexos. Dos cuerpos que se abrazan y se penetran.¿Qué hay de más preciso que el orgasmo?.¿Qué de más situado?.Está con ella porque es ella, está con él porque es él. Es esta vez: y es irrenunciable que sea tan similar a las otras veces, y es irrenunciable que sea esta vez y no las demás...

El amor sólo festeja el placer, si en ello hay placer: aquí y no en otra parte y sin embargo ¿qué hay de más abierto?..¿Que otra cosa sino el orgasmo, transporta más al exterior de uno mismo y más allá del otro?. Lo que nos resulta más cercano y nos ata al placer como si fuera un fruto, es al mismo tiempo, lo que nos abre y nos desata: el orgasmo, pequeña muerte. El orgasmo figura privilegiada de los místicos para designar el instante que los abre al infinito al mismo tiempo que los remacha "in situ".[51]

¡Que gozo, Dios amante, poder encontrarte en el placer del encuentro amoroso, recuperar como lugar de revelación de tu amor el abrazo total de los amantes!.

Pero, no nos resulta fácil, recuperar esta dimensión "perdida", peor aún culpabilizada, requiere una pedagogía lenta, una reeducación: [52]. Conlleva verificar en el cuerpo la posibilidad de la persona nueva que se vive "espiritual" no porque reprime su realidad corporal sino porque la hace transparencia del amor, la ternura, el juego, la fiesta de la Vida. 

Reconocer que es fiel al Espíritu no sólo porque carga su cruz y sigue a Jesús sino porque también se toma en serio el reproche "Os hemos tocado la flauta y no habéis bailado" (Lc,7,32), entendiendo que también llama para compartir la alegría del pan, del buen vino,"la alegría del cuerpo y las bodas; que nos llama para bailar con nosotros la danza de Dios"[53]

Tú sabes, que ésta recuperación de la que hablo no supone pactar con una cultura "neohedonista" cuya actitud ante el placer es la de "conseguirlo y consumirlo, no la de acogerlo y convertirlo en fuente de crecimiento y de vida... 

No supone tampoco un rechazo de "la ascesis" como necesario camino de crecimiento humano y cristiano sino que supone una nueva orientación de ésta con un nuevo campo específico: el del amor, la solidaridad, la lucha por la justicia y los derechos humanos, el cuidado y respeto del ecosistema, la resistencia activa y pasiva ante el inevitable dolor de la vida. Amor como pulsión de vida y no de muerte, aunque ello pueda suponer paradójicamente -dada la situación de muerte que hemos generado- dar la propia vida, sabiendo que no se pierde, sino que se "gana" vida para sí y para otros..

Supone también una educación para afrontar los propios miedos y desasosiegos, como instintos de muerte que hay que "ordenar" para aprender a afrontar la libertad de saber gozar, y disfrutar del placer como transparencia y anticipo de tu propio gozo, Dios de la fiesta, como camino de humanización creciente personal y social.

En otra ocasión[54] me referí a la necesidad que tenemos hoy de encontrar hombres y mujeres espirituales degustador@s del "buen vino y del "pan tierno", del placer del encuentro, del sabroso gozo de ser y de ayudar a ser, del buen sabor de boca que dejan las luchas por conquistas comunitarias de liberación, de satisfacción por necesidades básicas cubiertas...

Necesitamos luchador@s festiv@s, danzador@s de la vida, a pesar de todo. En esto ¡cuánto me han enseñado los pueblos latinoamericanos con su indomable capacidad de fiesta y de danza aún en medio de luchar contra el dolor y la muerte injusta y prematura!.

La búsqueda de felicidad es el motor más potente del ser humano, ya lo decía Epicuro hace muchos siglos. No es casual que Jesús hay vinculado el Sermón del Monte a una propuesta de felicidad. 

Tú has puesto en nuestro corazón el hambre de felicidad y la buscamos apasionadamente, la proponemos de muchísimas maneras, intentamos enseñarla y aprenderla nos la venden (sabe muy bien la publicidad dónde está "la chispa de la vida") y a veces caemos en la tentación de creer que la podemos comprar.

Cuando hablo de "degustador@s" hablo de la sabiduría y el arte de saber vincular gusto-placer-experiencia espiritual.

Me duele reconocer que la historia de la espiritualidad cristiana no es un buen ejemplo de las buenas relaciones entre estas dos realidades. Incluso, con razón se ha hablado de la "alergia cristiana al placer"[55], en un mundo hedonista en grado sumo, el camino no es situarnos en la antípodas, ni estar de vuelta sin haber ido, sino establecer puentes desde nuestra fe con la cultura dominante y sus valores por muy ambiguos que estos nos parezcan.

Es necesario volver a recuperar la dimensión gozosa y festiva de la existencia, aun en medio del compromiso, la lucha y el dolor por desterrar el sufrimiento y la injus­ticia. Volver los ojos al Evangelio y comprender de un modo nuevo qué significan las escenas de boda, fiesta, disfrute de la amistad y de la naturaleza del hombre Jesús de Nazaret; qué significan la abundancia de peces, pan, vino, niños abrazados por Él, mujeres que derraman perfumes valiosos sobre sus pies y los enjugan con su cabello...

EPÍLOGO.
Comenzaba preguntándome si alguna posibilidad de encontrarnos contigo que no sea en nuestro cuerpo y desde él, ahora después de nuestro largo encuentro sólo puedo terminar haciendo mío estos bellos poemas de amor de una mujer enamorada de Ti:

Seducción

Tú me sedujiste, Yavé,

y yo me dejé seducir.

Fuimos fuertes en el amor

y nos vencimos.

Subimos juntos, tomados de la mano

la escala de Jacob

mientras el ángel, asombrado, 

miraba la ascensión de los amantes.

Dispuesta a vencerte en la lides del amor

vestí mis mejores galas para tus ojos,

bálsamo del Líbano puse sobre mi piel

y perfumé mi cuerpo con el sagrado aroma de los montes…

Tu palabra quemaba mis entrañas.

Y yo decía:”No me acordaré más de Él,

no volveré a hablar en su nombre”.

Pero tu palabra en mi interior 

se convertía en fuego que devora

encerrado en mi corazón

quemando mis entrañas y mis huesos.

Traté de contenerla, pero no pude.

Quienes tocaban mis labios se quemaban las manos

aunque yo amordazara mi lengua y mi garganta...

Mi cólera y mi deseo te vencieron un día, Yavé,

y exclamaste derrotado:

“¡Qué hermosa eres, amada mía,

que hermosa eres!...

Mi amada es, entre las mujeres,

como una rosa entre los espinos”.

Desde entonces, cuando miras el mar,

bendices mi cuerpo que respira

en cada ola.

Cuando miras los montes acaricias

mis pechos que te aman-

Piensas en mis ojos que tanto te han buscado

cuando miras el sol.

Porque yo te seduje, Yavé,

y te dejaste seducir.

Fuimos fuertes en el amor y nos vencimos.

Subimos juntos, tomados de la mano

la escala de Jacob

mientras el ángel, asombrado,

miraba la ascensión de los amantes.

¡Bendito el día en que nací!.

¡Bendito el día en que mi madre me parió!.

¡Bendita la mujer que anunció a mi padre

“has tenido una hija mujer”, llenándolo de gozo!

Sea esa mujer como las ciudades que Yavé construye

donde por las mañanas se oyen gritos de júbilo

y risas al mediodía.

¡Porque nací del vientre de mi madre,

ella me dio a luz para que yo te desafiara

y tú me sedujeras

y que mi vida sea llena de gozo y alegría.!

Michele Najlis (Cantos de Ifigenia)

Palabras del corazón insomne.

“Yo dormía, mas no mi corazón”

Cantar de los Cantares 5,2.

No duerme , amor, mi corazón insomne

no duermen mis manos que repiten tus gestos

no duermen mis pies

no duerme mi voz que te persigue y te rodea

no duerme mi piel, porque la tuya

está grabada en cada poro

no duerme mi cabeza bañada de rocío

mi corazón erguido no descansa

porque calma la sed en el espejo

oasis, espejismo de la sed del desierto.

No duerme, amor, mi corazón lleno de sol

lleno de luna, de luz, de primavera.

No duerme mi corazón de fuego

mi frágil corazón de llanto no descansa.

No duerme, amor, mi terco insomne corazón

que espera tu llegada.

Michele Najlis ( Cantos de Ifigenia)


[1] El proceso de crecimiento y sanación que propone el PRH pone mucho hincapié en vivenciar esta unidad esencial, y formula con claridad una visión integral del cuerpo, así puede leerse en La persona y su crecimiento. Fundamentos antropológicos y psicológicos de la formación PRH. PRH Internacional, 1997,96-104. 

[2] Este es el camino terapéutico que utilizan diversas escuelas psicológicas como el Focusing. Para ampliar este tema GENDLIN, E. Focusing. Proceso y técnica del enfoque corporal, Mensajero,1983, SIEMS, M. Tu cuerpo sabe la respuesta. Focusing como método de autoconocimiento. Mensajero,1991. 

[3] GARCÍA-MONGE,J.A. Treinta palabras para la madurez, DDB,1997,17-20 

[4] He ampliado este aspecto en “Caminos puentes tendidos, guías hacia un cristianismo más creíble.” en Sínite ,134, (Septiembre-Diciembre 2003),385-418. 

[5] Una excelente síntesis de este largo camino puede verse en GONZALEZ FAUS, J.I. La Humanidad Nueva Ensayo de Cristología. Sal Terrae, 1984, 387-426. 

[6] Cfr SOBRINO, J. Jesucristo liberador, UCA,1991, 373. 

[7] Tema desarrollado espléndidamente por GONZALEZ FAUS, J.I: o.c. 577-612. 

[8] BOOG, SHARON, A. "Sufrir, resistir, sanar: Una visión asiática del cuerpo" en Concilium nº 295,299-308. 

[9]M.T. VAN LUNEN-CHENU."La liberación de la mujer, oportunidad y exigencia de la liberación para la Iglesia" en Ideologías de liberación y mensaje de salvación. 120-121. 

[10] Para una primera aproximación a la teología feminista en relación al cuerpo cfr NAVARRO, M.(Dir) Para comprender el cuerpo de la mujer, evd, 1996 con abundante bibliografía comentada; RUETHER, R.R.Mujer nueva tierra nueva Ed Aurora, Buenos Aires,1993; Gaia y Dios. Una teología ecofeminista para la recuperación de la tierra., DEMAC, 1995, GEBARA, I.”Cuerpo de mujer un desafío para la teología moral” en Teología a ritmo de mujer, San Pablo, 1995,PORCILE, Mº T. La mujer espacio de salvación, Débora, 1995. 

[11] Cfr MARTÍNEZ OCAÑA, E. “Hacia una espiritualidad corporal” Crítica, nº915, (Mayo 2004) 62-66. 

[12] He publicado parte de esta reflexión en “Visibilidad-invisibilidad del cuerpo de la mujer” Crítica nº 893 (Marzo 2002),40-43. 

[13] PLATON, Timeo, 90e Citado por MALONEY, L. en "El argumento de la diferencia de las mujeres en la filosofía clásica y el cristianismo primitivo.” Concilium 238 (1991)409-419. 

[14] ARISTÓTELES, La generación de los animales. I,728ª Citado por MALONEY L. ibidem 412 

[15]. ibidem. 413. 

[16] Para ampliar la invisibilidad de las mujeres en la Biblia recomiendo el artículo de NAVARRO, M. "Cuerpos invisibles, cuerpos necesarios. Cuerpos de mujeres en la Biblia: exégesis y psicología." en NAVARRO PUERTO, M. o.c., 137-186. 

[17] GEBARA, I. "Cuerpo de mujer: un desafío para la teología moral" en Teología a ritmo de mujer, San Pablo,1995, 73 

[18] Para un acercamiento sintético y claro a algunos de los principales mitos religiosos sobre la mujer cfr el libro de PIKAZA, X. "Cuerpo de mujer, cuerpo de diosa. Mitos y símbolos de sometimiento femenino" en NAVARRO PUERTO, M. o.c. 25-78. Un estudio más detallado sobre el tema en PIKAZA, X, Para comprender hombre y mujer en las religiones evd,1996. 

[19] Para ampliar este tema ARANA, Mª J. "Símbolos, corporeidad y ecología. "Tota mulier in útero" en NAVARRO, M. o.c., evd,1996, 79-97. 

[20] En los comienzo no fue así, las investigaciones arqueológicas y paleontológicas, hoy, nos muestran que desde el Paleolítico superior hay huellas de la "Madre mítica", La Gran Diosa, La Gran Madre Tierra, las llamadas "Venus" eran en realidad expresiones femeninas de la divinidad. Véase los trabajos recogidos por RESS, M.J.-SEIBERT-CUADRA, U.y SJORUP (Ed) Del cielo a la tierra. Una antología de Teología feminista, Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 1994, sobre todo la entrevista con la arqueóloga M. Gimbutas, 175-184. 

[21] Esquilo en la Orestiada, 3º parte y Euménides, v. 658-661,Citado por ARANA,MªJ. en NAVARRO PUERTO, M. .o.c. 81 

[22] WOLF, N. El mito de la belleza, Barcelona, Emecé, 1991, 

[23] "Solo dos clases de mujeres dicen que conquistan al hombre con la belleza del alma: las viejas y las feas" Doris Band. AA.VV. Un siglo de citas. Selección de las mejores frases y citas del siglo XX. Enciclopedias Planeta, 1996, nº 5.382, pg. 488. 

[24] Cfr. el número monográfico de la revista Con-spirando "Cuerpo y política" nº33 Septiembre, 2.000. 

[25] AA.VV. o.c. nº 5.448, pg 493 

[26]PNUD, Informe Sobre El Desarrollo Humano,1995, c.4 "Valoración del trabajo de la mujer" 97-111. No ha cambiado mucho la situación mundial Cfr. FNUAP, Estado de la población mundial 2.000. Vivir juntos en mundos separados. Hombres y mujeres en tiempos de cambio, , 37-39. PNUD 2001 Cfr las tablas "Desigualdad de género en la actividad económica" pg 226-229. 

[27] Para comprender la fuerza de los estereotipos femeninos en la autoimagen de las mujeres KOLBENSCHLAG, M. Adiós Bella Durmiente. Crítica de los mitos femeninos. Kairós,1993, con abundante bibliografía y BETTELHEIM, B. Psicoanálisis de los cuentos de hadas., Barcelona, Crítica, 1977. 

[28] Sólo enumero los dónde acompañados de algunas citas "expresivas". Cada lect@r puede, con numerosos ejemplos, ilustrar y ampliar estos dónde. 

[29] Carmen Rico Godoy. en AA.VV Ibiden nº5.035, pg. 458.. " Isabel Allende. Idem nº 5.005, pg. 455. 

[30] Henri Montherlant. Idem nº 5.031, pg 458 

[31] Teofrasto. En BORRAS, T- SAINZ DE ROBLES, F. Diccionario de Sabiduría, Aguilar, 1953,nº 2.163, pg.767. 

[32] Cfr. GARCÍA-MONGE, J.A. ”Cuerpo” en Treinta Palabras para la madurez. DDB,1997,199-206 y "Los ejercicios corporalmente espirituales" en Psicología y Ejercicios , Sal Terrae., 1991,304-305 


[33] Con el título Ser cristiano hoy: “Cuando la Palabra se hace cuerpo” he publicado en Religión y Escuela una colección de textos desde 1999 hasta hoy. Reelaboro aquí parte de esas publicaciones. 

[34] ”La formulación así expresada pertenece a SALLIE MAC FAGUE , en su libro The Body of God. Mineápolis:Augsburg Fortress, 1993 (“El cuerpo de Dios” aún no traducido al castellano ) desarrolla con detalle esta formulación metafórica, una síntesis muy sugerente de ella se puede leer en el capítulo 3 “ Dios y el mundo” En Modelos de Dios, Teología para una era ecológica y nuclear, Sal Terrae 1987, 109-153. Sintetizo aquí brevemente su metáfora. 

[35] Ibidem 138 

[36] Desarrollo este imagen en MARTÍNEZ OCAÑA E,” Caminos, puentes tendidos, guías hacia un cristianismo más creíble” Sinite, nº 134, (Septiembre-Diciembre 2003) 410-412. 

[37] Sugiero el número monográfico de Sal Terrae" <<Consolad, consolad a mi pueblo>> Sal Terrae, nº 1.010 (1998:3). 

[38] Cfr Un interesante artículo de ESTEVEZ, E ,"Y Todos los que lo tocaban quedaban curados". El cuerpo como espacio de salvación" Sal Terrae 1000 (1997) 323-333. 

[39] Para ampliar Cfr. SALLIE MAC FAGUE, “,Dios como amante” o.c.210-258 

[40] ibidem 217 

[41]Así lo reconocía, ya Santo Tomas "El afecto humano, por decirlo de alguna manera se dilata con el placer, ofreciéndose de algún modo a contener interiormente el objeto de goce...quien goza, abraza la cosa de la que goza, adhiriéndose fuertemente a ella, pero dilata el corazón para gozar de ella perfectamente"TOMAS DE AQUINO,I-II,q.31,a.3. Citado por MªC.JACOBELLI, Risus Paschalis, El fundamento teológico del placer sexual. 1991,nota 21,108 

[42]La comprensión de la tradición cristiana y su consiguiente valoración se apoya en un axioma fundamental:el placer no es una realidad autónoma, sino parasitaria. El placer no existe por él mismo, y por eso no puede ser buscado por el mismo. La antropología actual no confirma estas afirmaciones y es ya aceptado por la teología moral renovada que el "placer no es una realidad parasitaria, sino autónoma. Tiene consistencia por sí mismo y consiguientemente autonomía con respecto a la acción y a los contenidos objetivos. Esta autonomía no significa independencia de las restantes dimensiones de la existencia humana, pero sí la liberación de su pretendida dimensión parasitaria" M.VIDAL,"Placer y cristianismo..."ibidem,58-59.También M. RUBIO, Ibidem,641 

[43]L.LARRANETA,"El olvido del placer en la moral cristiana":Ciencia Tomista 108(1981),453 

[44]M.RUBIO, ,"Placer y ascesis en la experiencia humano-cristiana actual".Sal Terrae,n.949, (1992)641-642. 

[45]M.VIDAL, Moral de actitudes,I,Moral fundamental.1981,453. El subrayado es mío 

[46]Cfr. J. BERGERET,"La notion du plaisir, en LV,14,(sept-oct)1973,19. Citado por M.C.JACOBELLI,o.c. nota 46,127 

[47]"Hablando con propiedad el placer es una pasión en cuanto que se produce acompañado de una transmutación fisiológica. Y en este sentido no es apetito intelectivo, sino simplemente movimien­to; y en ese sentido también lo experimentan Dios y los ángeles. Por eso el Filósofo afirma que Dios goza en una sola y sencilla operación" TOMAS DE AQUINO,I-II,q.31,a.4 Citado por Mª C. JACOBELLI,Ibidem,131. Los subrayados son míos. 

[48]J. BERGERET,"La notion du plaisir" en Lumière et Vie,114(1973),15-16. Citado por M.c. JACOBELLI, o.c. ,108. 

[49]JACOBELLI, Ibidem (108-109).

[50] Ibidem 109-110 

[51]POHIER,Quand je dis Dieu,Paris,197767-68. Citado por M.C.GIACOBELLI,Ibidem,111-112. 

[52] "un quehacer ascético moral...cristiano... cuya función, con relación a la experiencia del placer, no consiste en despertar sentimientos de culpa ante aquello que suscita en el hombre pulsiones hedonis­tas, sino en liberarle de cualquier sobrecarga deshumanizadora, incluido del excesivo complejo de culpa"M:RUBIO, ibidem,642. 

[53]M.C. JACOBELLI,o.c.,150 

[54] Cfr MARTÍNEZ OCAÑA, E. “Caminos, puentes tendidos” art.c 413-416 

[55].VIDAL M ."Placer y cristianismo: raíces históricas de un conflicto actual" El discernimiento ético. Hacia una estimativa moral cristiana, Cristiandad l980. No este el lugar para hacer memoria de la etiología de este fenómeno.