En vísperas de celebrar la Noche Buena, deseando hacerme presente a tanta gente que quiero, no tengo muchas palabras que compartir; tampoco "felicidades"…
Guardé silencio… queriendo escuchar desde dentro; y la palabra que brotó fue ESPERANZA, esperanza porque aunque son aún grupos minoritarios, cada vez más gente denuncia y anuncia que este mundo no puede seguir así, porque desde todos los rincones del mundo se está clamando por hacer verdad que somos una única familia: LA FAMILIA HUMANA, LA FAMILIA BIÓTICA.
Son apenas pequeñas estrellas, pero alumbran ya la noche oscura en la que estamos: son pequeñas señales como pequeño fue aquel niño de Belén, señales extrañas como aquellas: “encontraréis un niño, envuelto en pañales, y recostado en un pesebre”. Niño, pañales, pesebre… y ahí, en ese niño, se nos reveló el sueño de Dios: hacer verdad lo que ya somos, familia suya, hijas e hijos amados y hermanos entre nosotros, hermanados con toda la realidad.
Mientras celebramos estas fiestas busquemos cada una, cada uno cómo hacer verdad desde nuestro modesto lugar esta utopía de fraternidad universal.
Aunque es de noche, las estrellas nos iluminan el paso y la dirección… hasta que amanezca una humanidad y un mundo nuevo: entonces podremos alegrarnos de verdad.
Seamos pequeñas estrellas en la noche.
Con mis mejores deseos.
Emma
