La Búsqueda de la felicidad como camino de humanización


Diálogo interdisciplinar Psicología- Espiritualidad. Emma Martínez Ocaña, Oviedo 2011. 

En este encuentro Internacional donde celebramos el Centenario de la Institución Teresiana y además en esta ciudad de Oviedo, quiero poner mi granito de arena para colaborar en esta tarea que apasionó a Pedro Poveda, y que está en el origen de la Institución Teresiana: poner en diálogo la fe, la ciencia, la cultura, convencida, como estaba él, que este diálogo es un camino de humanización. 

Desgraciadamente no tenemos muchas experiencias positivas de este diálogo en las esferas institucionales del cristianismo en el pasado, ni el presente, pero quizá por eso urge más el intento. Establecer un diálogo entre espiritualidad cristiana y Psicología tampoco es fácil, las reticencias por ambos lados abundan y mucho más si se concreta el tema de diálogo en la felicidad. 

El subrayado tan potente que el cristianismo ha hecho sobre la cruz, el valor redentor del sufrimiento, la exaltación hagiográfica del dolor como camino de santificación, la iconografía representativa de los santos y santas y un largo etc. dan buena razón de ello, dejando de lado un hecho evangélico fundamental: Jesús de Nazaret es presentado por los Evangelios como un hombre con rasgos de una personalidad positiva y feliz y se presenta predicando una Buena Noticia y proclamando caminos inéditos de felicidad. 

En este momento histórico los trabajos de investigación sobre la felicidad están de modo. Basta introducir en Google las palabras investigación sobre felicidad para encontrar que en español, 371 millones de entradas. Renuncio por tanto al intento de hacer una síntesis sobre las investigaciones en general para concentrarme en las investigaciones y conclusiones a las que sobre este tema está llegando la Psicología Positiva.[1]El término "psicología positiva" ha sido desarrollado por Martin Seligman como el estudio científico de los sentimientos positivos, las experiencias positivas, de los rasgos individuales positivos, es decir sus fortalezas y virtudes y de las instituciones que facilitan su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos, mientras previene o reduce la incidencia de la psicopatología. El objetivo de la psicología positiva es ayudar a las personas y grupos a ser más felices: “la felicidad y el bienestar son los resultados que desea obtener la Psicología Positiva[2]



1. Clarificación conceptual. 

1.1 Concepción antropológica subyacente. 

De una manera sencilla y pedagógica quiero expresar que mi mirada sobre el ser humano es holística, en la línea de la psicología humanista: Mas Low , Karl Rogers, Karl Jung y más recientemente de la psicología transpersonal y la psicología positiva. Hablar de antropología holística lo hago subrayando dos realidades: una la multidimensionalidad de nuestra persona, somos seres corporales con necesidades físicas, somos seres afectivo-relacionales, somos seres racionales, éticos, estéticos, con capacidad para elegir en libertad, somos seres espirituales capaces de trascendernos más allá de nosotros mismos. La consciencia transpersonal añade la experiencia de ser más que la propia individualidad aislada para ayudarnos a descubrir que somos Relación, un haz de relaciones que se interconectan con toda la humanidad, con toda la comunidad biótica, con todo el universo y con el Misterio de la Vida que las comunidades religiosas llaman Dios, Trascendente…[3]Por tanto un ser humano para ser feliz no le basta tener satisfechas sus necesidades físico-corporales sino que necesita atender a su ser completo y a su ser Relación [4] y si es relación su felicidad no puede ser vivida al margen de los otros seres humanos y vivientes. 

1.2 A qué nos referimos al hablar de felicidad. 

Imposible definir la felicidad es uno de los términos más estudiados y de más variación en su conceptualización, por eso voy a remitirme al cómo describe la Psicología Positiva las diversas aproximaciones a la experiencia de felicidad después de múltiples estudios de investigación[5], asumo ese modo de aproximarse a este complejo término. 

Las investigaciones de esta red que constituye la Psicología Positiva más que poner el punto de mira en una definición teórica de felicidad, tarea casi imposible, investigan cuándo y cómo las personas dicen sentirse felices, y cuándo y cómo pierden felicidad. 

Han llegado a la conclusión de que si se identifica felicidad con estado emocional, ésta se reduce a momentos transitorios, si se buscan las raíces profundas de la felicidad, es más fácil vivir un estado duradero de felicidad incluso durante toda la vida. 

De acuerdo a sus estudios Seligman distingue en sus conclusiones tres acercamientos a la felicidad, con los que me siento identificada: 

a) La vida placentera, la que busca conseguir tanto placer como sea posible. Para los que definen desde aquí la felicidad la receta es llenar la vida de todos los placeres posibles, tanto físico-corporales como psíquicos y aprender una serie de métodos para saborearlos y disfrutarlos mejor. Los placeres son transitorios y se definen en función de los sentimientos experimentados. La vida placentera tiene por objeto permitir experimentar emociones positivas respecto al presente al pasado y al futuro. Pero este aún siendo en muchos casos el más buscado, incluso el que se identifica con ser feliz, es el nivel más superficial y el menos duradero, el que no siempre depende de nuestra voluntad. El camino de la vida placentera por tanto tiene que ver con la capacidad para disfrutar de la vida y el esfuerzo por ir disminuyendo las emociones negativas para incrementar las positivas.[6]

b) La Buena vida, lo que Aristóteles llamó Eudaimonía, consiste en vivir intensamente la vida dejándonos “fluir”[7] y sobre todo para Seligman la buena vida es el “producto de utilizar las fortalezas o virtudes características de cada persona para obtener numerosas “gratificaciones” en los principales ámbitos de la existencia”. La buena vida es el resultado del conocimiento de las fortalezas de cada persona y del ejercicio constante de la voluntad para desarrollarlas con la mayor frecuencia posible en todos los ámbitos de la vida a fin de obtener una felicidad auténtica y duradera. Al estudio de las principales “fortalezas y virtudes”, que se repiten en todos los estudios de sus investigaciones, dedica gran parte de sus libros. [8]

c) Una vida significativa o con sentido es aquella en la que la persona pone sus talentos, fortalezas, virtudes y capacidades al servicio de una causa, tarea, proyecto… algo más grande que uno mismo. Esta experiencia la formulan los encuestados como lugares donde encuentran orientación y sentido, pertenencia y sentido de unidad. Es el nivel más profundo y duradero de felicidad, esta manera de vivir la felicidad puede durar la vida entera, se aprende y se practica.[9]

2 Caminos de felicidad. 

Los caminos emprendidos en la búsqueda de felicidad son muy variados y dependen en gran medida del concepto de felicidad que cada uno tenga y del modo de entenderse la persona como alguien aislado, individuo separado o como ser en relación. 

Yo, en esta apretada síntesis que intento hacer, voy a poner de relieve: por un lado los caminos de felicidad más notables, derivados de las investigaciones, de la Psicología Positiva; en segundo lugar los caminos que, a lo largo de más de 20 años de trabajo psicoterapéutico y de acompañamiento en el crecimiento personal a personas y grupos, he verificado como caminos auténticos de una felicidad humanizadora y solidaria y por último los caminos que según las fuentes evangélicas transitó Jesús de Nazaret e invitó a otros a experimentar como caminos auténticos de una felicidad transgresora, profundamente solidaria y en gran parte inédita. [10] 

2.1 Caminos de felicidad según la Psicología Positiva. 

Uno de los descubrimientos más destacados es la demostración de que la felicidad no está tan condicionada como se creía por circunstancias externas, ni por el carácter o herencia genética sino que es algo que se puede trabajar. Pues por un lado, se pueden potenciar y aumentar con herramientas precisas los sentimientos positivos, pero aunque al final una persona descubra que no puede cambiar tanto como quisiera sus emociones siempre puede volcarse en algo que le apasione y le ayude a sentirse útil, valiosa, feliz. Siempre puede encontrar un sentido a su vida trascenderse a sí misma y encontrar felicidad. 

1. El camino del cultivo de los sentimientos positivas. 

2. El camino de las “actividades” positivas. 

3. El camino de “la vida significativa” o con sentido. 

1 El cultivo de los sentimientos o emociones positivas es sin duda un camino de felicidad. Seligman y su equipo de investigadores analizan como los sentimientos positivos varían según se refieran al futuro, al pasado, o el presente. Y es posible cultivar cualquiera de ellos por separado. Entre las emociones positivas respecto al futuro cita la fe, la confianza, la seguridad, la esperanza y el optimismo. El autor, que se confiesa ateo o más bien agnóstico, reconoce que la fe religiosa es una fuente de confianza y esperanza que ayuda a aumentar los sentimientos positivos en relación al futuro.[11] Las emociones positivas en relación al pasado incluyen la satisfacción, la complacencia, la realización personal, el orgullo y la serenidad”. Esas emociones pueden incrementarse practicando una mirada agradecida al pasado, perdonando y liberándose de ideología deterministas. [12] Las relacionadas con el presente abarcan dos aspectos muy diferentes y por tanto suponen dos caminos de acceso: los placeres y las “gratificaciones”. Los placeres pueden ser corporales (bienestar, orgasmo, deleite, disfrute) o bien placeres más elevados como la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el entusiasmo. Las gratificaciones no forman parte de los sentimientos sino de las actividades.

2. El camino de las “actividades” positivas es el camino de las gratificaciones>>. La gratificación viene provocada por actividades que nos gusta mucho realizar, pero que no van necesariamente acompañadas de sensaciones o sentimientos. Las gratificaciones nos involucran por completo, quedamos inmersos y absortos en ellas y perdemos la conciencia propia…el tiempo se detiene para nosotros, nuestras habilidades están a la altura de las circunstancias y nos hallamos en contacto con nuestras fortalezas, Las gratificaciones “están relacionadas con la puesta en práctica de las fortalezas y virtudes personales”. Es el camino de la Buena Vida o Eudaimonía, una vida que sabe fomentar las gratificaciones que “sólo puede obtenerse a través de una actividad acorde con un propósito noble”. Desde este modo de entender la búsqueda y encuentro de felicidad ponen estos investigadores mucho hincapié en la importancia de que cada persona descubra sus puntos fuertes (sus fortalezas) para desarrollarlos a su máxima capacidad y saber después estructurar su tiempo y energía en esa dirección.[13]El equipo de Seligman ha hecho un estudios en 70 naciones intentando verificar cuáles eran las “fortalezas y virtudes” que hacen a las personas más felices y encontró 24 fortalezas que a su vez estructuró en 6 virtudes que son las más repetidas:[14]

1. La sabiduría y el conocimiento.[15]

2. El valor y valentía. [16]

3. El amor y la humanidad[17]

4. Justicia [18]

5. La moderación o templanza. [19]

6. La trascendencia. [20]

Y concluyen su estudio diciendo: “...para nosotros fue una sorpresa descubrir que hay nada más y nada menos que seis virtudes refrendadas en todas las grandes religiones y tradiciones culturas. Estamos llegando a la conclusión de que estas 6 virtudes son parte de la naturaleza humana”[21]. ” La afirmación de que los seres humanos son animales morales empezó a cobrar significado”[22]

3. El camino de “la vida significativa” o con sentido. Después de verificar la importancia del descubrimiento de las propias fortalezas y virtudes verifican que hay un paso más, que hace posible una felicidad más duradera el poner esas virtudes y fortalezas al servicio de una causa que trasciende a la persona. 

Concluyen con estas palabras que, considero nuclear en mi aportación, y que hago mías:“No se puede ser feliz descuidando el desarrollo personal y el sentido de la vida, viviendo insolidariamente, sin generar vínculos, comunidad, sentido de pertenencia; sin aprender a vivir en armonía con uno mismo, con los otros, con la naturaleza; sin saborear la vida cotidiana y sin poner la persona al servicio de una causa que sea importante para ella, esto da la propia vida sentido y significatividad.[23]

2.2 El camino de felicidad descubierto en mi persona y práctica terapéutica. 

Para mí el encuentro con esta rama de la Psicología ha supuesto una experiencia muy gozosa al comprobar que después de arduas y sofisticadas investigaciones los caminos de felicidad encontrados estaban en profunda conexión con los que yo misma había comprobado en mi vida personal, verificado en mi trabajo profesional, y había completado contemplando al hombre Jesús de Nazaret. Caminos de felicidad validados no sólo como senderos de humanización para cada una de las personas individualmente consideradas sino que los han reconocido generadores de felicidad y de humanización para su entorno más cercano y lejano. Yo los siento como caminos de humanización para nuestro mundo. 

Los había agrupado curiosamente también en 6 caminos que a su vez supone transitar varios senderos. 

1. El camino del amor (a uno mismo, a los otros, a los proyectos, tareas, seres vivientes…y para los creyentes en todo ello a Dios). Un amor que sabe darlo y recibirlo; un amor de com-pasión que se hace cuidado, compromiso creativo, que capacita para perdonarse y perdonar, que se hace sociabilidad relacional. 

2. El camino de la aceptación (previo discernimiento lúcido de lo que debe ser aceptado y qué debe ser luchado para poder cambiarlo) pasa por la auto-aceptación, por la aceptación de cada persona como es y no como deseamos que sea, y por la aceptación de la realidad, de lo que la vida nos da y nos quita, 

3. El camino del presente: saber estar toda la persona entera donde está su cuerpo, (fluir) vivir el presente, el ahora, con intensidad sólo es posible aprendiendo a ejercitar el control de la mente, para poder vivir nuestra vida no dejar a la mente que nos viva; el camino del presente supone también aprender a disfrutar de la vida cotidiana, saber introducir en ella el sentido del humor para no amargarnos innecesariamente la vida y transitar el camino del cuerpo, sabiendo atenderlo y cuidarlo adecuadamente huyendo de idolatrías pero sabiendo regenerar nuestra energía psicofísica, y aprender a disfrutar de los sentidos sin consumismos innecesarios y deshumanizadores. 

4. Saber vivir con propósito y con sentido. Empeñar la vida en una tarea que nos apasione, que dé coherencia a nuestra vida, que le dé orientación y horizonte para salir de la jaula de uno mismo y embarcarnos en algo que haga nuestro mundo más humano. No abundo más en ello. 

5. Aprender a integrar en la búsqueda de felicidad el dolor, las dificultades, la muerte y las muertes. Creer que se puede ser feliz sin afrontar dificultades, retos, sufrimientos, pérdidas es una concepción errada de la felicidad, y que se reduciría a momentos aislados, puntuales, placenteros y olvidados de los graves problemas de nuestro mundo. La verdadera felicidad como nos recordaban los investigadores de la psicología positiva está sobre todo vinculada a superar retos, dificultades, potenciar nuestras fortalezas y virtudes dominantes que de un modo especial se muestran en la superación de dificultades y en el despliegue de nuestro ser ante retos creativos y dadores de sentido. 

6. Cultivar la esperanza, como alimento que alienta el presente para avanzar hacia el futuro. El ser humano necesita horizontes de futuro y confianza en que es posible alcanzarlos 

En diálogo con los caminos propuestos por la Psicología Positiva creo que puedo clasificarlo igualmente en tres grandes caminos: la vida placentera que yo he situado sobre todo en el camino de saber vivir y saborear el presente; la buena vida: el cultivo de fortalezas y virtudes: el camino del amor, de la aceptación, a la capacidad de superar y/o integrar las dificultades, el dolor, la muerte, cultivar la esperanza y por último una vida significativa es una vida con propósito y con sentido. 

2.3 Caminos transitados por Jesús de Nazaret y propuestos para vivir una felicidad solidaria.[24]

Desde esos caminos de felicidad me ha aproximado a Jesús de Nazaret el maestro sabio que supo ser un hombre feliz y por eso propuso caminos de felicidad inéditos y profundamente humanizadores. Sin caer en la ingenuidad de leer los Evangelios como si fueran biografías de Jesús, hoy hay ya investigación suficiente como para aproximarnos más certeramente al Jesús histórico. 

Me he permitido una licencia literaria y le he pedido al mismo Jesús que intervenga en este diálogo y nos diga algo de su manera de ser feliz y nos convoque a su propuesta transgresora de felicidad. 

“Soy yo, Jesús de Nazaret he aceptado la invitación para dialogar con vosotros sobre mi manera de ser feliz mientras caminé por la historia. Lo primero que quiero hacer es validar los caminos descritos anteriormente, yo los transité y puedo asegurar que son caminos sabios y que conducen hacia una felicidad que yo experimenté como humanizadora y constructora del Reino y al tiempo completar esos caminos revelando dónde estaba el secreto de mi felicidad, la fuente de la que brotaba. 

Yo no tenía una mentalidad dualista, mi visión del mundo no era dicotómica, ni jerarquizada, ni separaba entre sagrado y profano. Esa mentalidad que contaminó el cristianismo no procede de mí sino de filosofías posteriores. Yo no me presenté, ni fui un asceta, como Juan, más bien escandalicé por mi forma festiva, placentera y libre de vivir mi cuerpo y mis relaciones; el hecho de que me hayan acusado de “comilón, borracho, amigo de recaudadores y descreídos” (Lc 7,34) es la mejor expresión de mi libertad y capacidad de gozar de la vida, de mi manera de vivir reconciliado con mi cuerpo y permitirme placeres corporales: comer, beber, dormir, descansar, disfrutar de los sentidos corporales la belleza, el gusto, el olfato, el tacto. La vida me había regalado con un modo de ser festivo, con una gran capacidad para gozar de la vida, de las pequeñas cosas de la vida y yo lo cultivé. Disfruté también rompiendo moldes, estructuras, leyes, prejuicios; descentrando el quicio de la historia desvelando dónde estaban los primeros y dónde los últimos, dónde lo valioso y dónde lo caduco y vacío... Toda la realidad fue para mí un lugar de aprendizaje gozoso, de contemplación del Dios de la vida en medio de ella. 

Yo transité el camino del amor y puedo asegurar que nada produce tanta felicidad como el amar y saberse amado, y esto fue algo esencial en mi persona. Todas las personas cabían en mi corazón pero de un modo especial los últimos, los pequeños, los pobres, los excluidos… Hice del amor lo único necesario, la razón de mi vida y muerte y por eso pude predicar con autoridad que la vida la ganamos o la perdemos en función de lo que hayamos amado (Mt 25). A mí me quitaron la vida pero no la perdí la gané definitivamente. 

Disfruté de buenas y profundas relaciones. Fui un hombre expansivo y cariñoso, disfruté del encuentro con los hombres, mujeres y niños. De un modo especial fue para mi fuente de felicidad la experiencia de amistad con hombres y mujeres, aunque esto último fuese motivo de escándalo. 

También disfruté de poder ser yo mismo y desplegar todas mis potencialidades. Es esta una de las fuentes de felicidad más hondas, que nadie te puede arrebatar. Mi experiencia familiar y sobre todo, saberme hijo, incondicionalmente Amado de Dios configuró mi persona con una elevada autoestima. La autoridad que mostraba hacia fuera brotaba de dentro, disfruté de una profunda libertad interior, no me dejé vencer por el miedo, por eso pude decir lo que quería decir, obrar de acuerdo a mi conciencia sin dejarme intimidar, ni manipular. Me divertía saliendo airoso de las trampas de mis enemigos, denuncié a las autoridades con una profunda libertad. Me mostré seguro cuando me preguntaron sobre mis gestos transgresores, no me dejé acorralar ante las insidias. Desplegué mis capacidades poéticas y creativas a través de mi predicación llena de colorido y fuerza expansiva. Disfruté sobre todo desplegando con libertad y sin miedo la profunda bondad de mi corazón, mi misericordia entrañable, mi inteligencia despierta y lúcida. 

Viví con pasión un proyecto de sentido que yo denominé: Reino de Dios. Toda mi persona quedó polarizada por esa utopía esperanzada: que todas las personas puedan vivir con gozo como hij@s y como herman@s, donde se rompan las barreras de la exclusión, Sobre todo prediqué incansablemente un Dios de gracia, no de méritos. El anuncio y realización del Reino, al que yo me dediqué con pasión, es regalo de Dios para los hombres y mujeres de todos los tiempos, debe ser anunciado como fuente de felicidad y debe producirla. 

Como no podía ser de otra manera mi profunda felicidad fue compatible con el dolor y la frustración. Aquí llegamos a la piedra de toque de la felicidad, porque ser feliz cuando las cosas van bien es relativamente fácil, el problema es cómo no perder la capacidad de ser feliz cuando los problemas y el conflicto nos visitan. A pesar de las frustraciones y el dolor que me acompañaron en la vida y en la muerte no perdí la esperanza por eso pudo integrar todo aquello, y fue mucho, que no era como yo había soñado, como yo deseaba. Cuando me llegó el momento más difícil de mi vida, no reprimí el dolor, no huí de él, lo escuché, sufrí y me angustié pero no me desesperé, busqué consuelo en mis amigos y aunque no le encontré no por eso los abandoné, ni me abandoné, volví a recurrir a mi Dios como fuente última de consuelo. Había llegado para mí el momento de la verdad, de enfrentarme no sólo al dolor de los demás sino a mi propio dolor. Nada ha sido capaz de alejarme de mis propósitos, fui sabiendo distanciarme de las expectativas del entorno, de no darles el poder de dirigir mi vida y buscar en lo profundo de mi ser las motivaciones que me permitiesen seguir siendo fiel a mí mismo y al sueño de Dios que yo llamé Reino. En esos momentos duros de mi vida busqué y acogí todas las señales que podían dar sentido a mi vida, a mi dolor y a mi muerte, que mantenían viva mi esperanza y me ayudaban a buscar caminos de felicidad más hondos. Cuando el dolor nos visita, cuando el fracaso parece que se cierne sobre nuestras vidas, encontrar un sentido permite releerlo y por eso mismo es posible no perder la esperanza. La última mesa compartida con mis amigos y amigas me permitió expresar a mis íntimos no sólo el dolor del adiós sino la esperanza de que mi vida y mi muerte tiene sentido: amar hasta el extremo, ser pan que se deja comer y vino que quiere alegrar el corazón. La felicidad tiene que ver con el arte de vivir, lo contrario no es el dolor sino abandonar la esperanza y tirar la toalla en la lucha por la vida. Yo no la tiré sino que, por el contrario, busqué cómo ser feliz en momentos fáciles y de gozo y en momentos difíciles pero siempre esperanzados. 

Yo no me acomodé a los criterios sociales referidos a la felicidad. Rompí con los modelos establecidos, inventé y propuse a los demás criterios nuevos y alternativos de felicidad frente a las propuestas de mi tiempo y de casi todos los tiempos y poco a poco fui creando mis condiciones de felicidad. Esto me permitió depender menos de las expectativas del afuera. En ese sentido mi propuesta tuvo una repercusión “política” porque se presentaba como una subversión frente a ciertas “políticas de felicidad” dictadas por mi contexto. Por eso mi manera de ser feliz tiene rasgos transgresores, no sólo porque difiere de los propuestas al uso, sino porque yo mismo las viví siendo capaz de no necesitar el reconocimiento de las autoridades de mi entorno, ni de la comprensión de mis familiares, y amigos. 

El gran secreto de mi felicidad fue mi experiencia de Dios. Todo comenzó con una experiencia cumbre, fundante: saborear una verdad nuclear: soy el hijo amado de Dios, Él en su amor incondicional de ¡Abba! (Dios Madre-Padre) se complace en mi. (Mc1, 9-11 y par). Lo que me constituye en el fondo de mi ser es una religación amorosa, un Amor que nada ni nadie puede arrebatarme, esa es la última verdad de mi ser. (Jn 10,30; 14,9). Este fue el secreto de mi felicidad la experiencia de que ahí en el fondo último de mi ser, en el fondo de cada persona, en el fondo de toda la realidad, el Dios Amor es y posibilita que todo sea. Y eso gratuitamente sin que nada, ni nadie pueda impedirlo. Todo cambió en mi vida a partir de ese momento, como cambiará la tuya cuando vivas una experiencia semejante. 

Mi manera de ser feliz incluye la posibilidad de que otros lo sean, ésta fue para mi condición indispensable. Fui consciente de que mi propuesta de felicidad tiene unos rasgos políticos determinados: critiqué toda política de felicidad que excluya a las mayorías empobrecidas, que se construya al margen de la solidaridad. No puedo concebir una felicidad una felicidad insolidaria. “Mi propuesta de felicidad no es de cualquier felicidad sino “una felicidad humana y humanizadora, libre y liberadora, solidaria y justa, personal y política, debe estar en permanente dialéctica con la infelicidad” [25] y el dolor personal y social 

Experimenté, y por eso pude invitar con autoridad a transitar caminos paradójicos de felicidad, pude proclamar que hay felicidad: en una vida austera, en una pobreza digna y elegida; en una opción por la no violencia activa; en verificar que es posible una felicidad honda en medio del dolor y el llanto; en acoger como motor del ser y actuar al hambre y sed de justicia; en cultivar una mirada limpia y contemplativa; en dejarse conmover las entrañas y practicar la misericordia; en transitar caminos que construyen paz en la justicia; incluso verificar la felicidad que produce la coherencia y la fidelidad al sueño de Dios, aunque eso pueda costar la vida, como me pasó a mí. (Mt 5,1-10),Por último mi propuesta de felicidad remite a un Dios feliz que quiere que todos sus hij@s sin exclusión lo sean, no sólo en el más allá, sino en el aquí y ahora de la historia de cada un@. 

Vive con pasión tu vida cotidiana sabiendo gustarla, disfruta de la verdad de tu ser, descubre tus fortalezas donde puedas apoyarte, sobre todo se feliz haciendo felices a otros, encontrando un sentido a tu vida y te deseo que puedas gozar el profundo gozo de saberte hij@ amad@, con un amor incondicional, sin cálculos ni medidas y esa experiencia te devuelva a la vida más hermanado con tod@s y todo como me pasó a mí, por último te remito a un Dios feliz que desea que todos sus hijos e hijas lo sean. 



Jesús el hombre feliz que vivió con pasión hacer de este mundo un mundo fraterno y filial 


NOTAS
[1] El creador de la Psicología Positiva es el estadounidense Martin Seligman. Algunas de sus obras más significativas traducidas al castellano son: No puedo ser más alto pero puedo ser mejor: el tratamiento más adecuado para cada trastorno, Grijalbo, Barcelona, 1995; Aprenda optimismo: haga de la vida una experiencia maravillosa, Grijalbo, Barcelona,1998.La auténtica felicidad, ed. Zeta, Barcelona, 2011; CSIKSZENTMIHALYI M. Fluir. La psicología de la felicidad, Kairós, 1997 y Aprender a fluir,2010 7ª, Kairós, pp. 41-43 . Una síntesis de la Psicología Positiva en Carr, A., Psicología Positiva. La ciencia de la felicidad, Paidós, Barcelona, 2007; entre nosotros uno de los mejores representantes es Carmelo Vázquez (cf. Vázquez, C. – Hervás, G. (eds) La ciencia del bienestar: Fundamentos de una psicología positiva; Alianza, Madrid, 2009). 


[2] SELIGMAN, M. La auténtica felicidad p.379. Es el libro donde mejor define su concepción de felicidad, los resultados de sus investigaciones y los caminos para conseguir una felicidad duradera, con abundante y específica bibliografía. 


[3] Para ampliar el conocimiento sobre ese experimentarse Uno con el Misterio de Dios Jung habló del “Si-mismo” que para él es el lugar donde somos “Imago Dei” se puede consultar Jung, C.G., Aion. Contribuciones a los simbolismos del Si-mismo, Paidós, Buenos Aires, 1986. 


[4] En estos últimos años se está publicando una gran variedad de obras que desde diversas áreas del saber confluyen en esta misma afirmación y la certeza de que lo que constituye la fuerza esencial en el proceso evolutivo es la pan-relacionalidad. Destaco algunos títulos: AA. VV. La espiritualidad a debate. El estudio científico de lo trascendente, Kairós, 2010; BOHM, D., La totalidad y el orden implicado, Kairós, 2005,5º. CAPRA, F.; STEINDEL,-RAST, D, Y MATUS, T., Pertenecer al universo. Encuentros entre ciencia y espiritualidad, EDAF, 1994. La trama de la vida, una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Anagrama, 1998; FERNANDEZ RAMOS, F,. Vacío-Pleno. La infinitud eterna manifestada en la realidad cósmica y humana, San Esteban, 2006.JÄGER, W., En busca del sentido de la vida, Narcea, 2002,3ª. La ola es el mar. Espiritualidad mística, DDB,2002, La vida no termina nunca. Sobre la irrupción en el Ahora, DDB, 2007.MARTÍNEZ LOZANO, E. Vivir lo que somos., DDB, 2007; PANIKKAR, R. La intuición cosmoteándrica. Las tres dimensiones de la realidad, Trotta, 1999..TART. CH. T., Psicologías transpersonales., Barcelona, 1994.TOLLE, E., El poder del ahora, Gaia, 2003; WILBER, K (Ed), El paradigma holográfico. Barcelona, 1991.La conciencia sin fronteras. Aproximaciones de Oriente y Occidente al crecimiento personal, Kairós, 1998.Más allá del Edén. Una visión transpersonal del desarrollo humano., Kairós, 2001 (org.1981).Espiritualidad integral, Kairós, Barcelona 2007. WILLIGES, J.,. En busca del sentido de la vida. El camino hacia la profundidad del ser, Narcea, 2002 La ola es el mar, DDB, Sabiduría de Occidente y Oriente. Visiones de una espiritualidad integral, DDB, 2008.. 


[5] La red de investigaciones de la Psicología Positiva, está constituida por tres equipos de trabajo: el que se ocupa de la emoción positiva, dirigido por Ed Diener; el dedicado a la personalidad positivaq, dirigido por Mihanlyi Csikszentmihalyi; y el que se interesa por las instituciones positivas, dirigido por Kathleen Hall Jamieson, decana de la Annenberg School of Comunication, de la Universidad de Pensilvania. SELIGMAN, M.E.P cfr. La auténtica felicidad, Zeta, 2011, 392. En los estudios científicos realizados por estos equipos en relación a las emociones positivas y las personalidades positivas (el tema de las instituciones sigue otros parámetros de análisis) se miden por separado tres apartados: a) las emociones positivas, agradables, placenteras; b) las motivaciones de las personas; c) el sentido que cada persona da a su vida. El desarrollo de estos aspectos es el contenido de su libro citado en esta nota. 




[6] SELIGMAN, M. dedica la primera parte de su libro La auténtica felicidad a explicar y enseñar cómo aumentar el nivel de felicidad desarrollando emociones positivas, cap 5-7,pp.103-186 


[7] Este estado de Eudaimonía está en profunda conexión con lo que MiKe Csikszentmihalyi denominó “flour” (fluir). En qué consiste este estado lo define él mismo: Cuando el corazón (lo que sentimos), la voluntad y la mente están en armonía, van al unísono y eso posibilita que estemos totalmente inmersos en la actividad en la que estamos, todas las capacidades están intensamente involucradas en superar un reto, que es posible afrontar. “una persona que fluye está completamente centrada debido a la demanda total de energía, no hay espacio para la consciencia del propio pensamiento ni sentimiento. Acontece una experiencia de bloqueo de la autoconsciencia pues estamos siendo uno con lo que estamos viviendo, haciendo… estamos enteramente en el ahora. Estos estados se parecen mucho a los estados de contemplación pura donde la persona se siente siendo “una” con lo que está viviendo (con la música, un paisaje, un encuentro, una tarea…) En estos estados las personas investigadas han expresado sentirse felices CSIKSZENTMIHALYI M. Fluir. La psicología de la felicidad, Kairós, 1997 y Aprender a fluir,2010 7ª, Kairós, pp. 41-43 


[8] SELIGMAN, o.c. cap. 8-12, no solo describe con detalle las fortalezas y el cómo incrementarlas sino que las aplica a tres ámbitos fundamentales de la vida: el trabajo, la vida amorosa, la educación de los hijos, pp.189-358 


[9] SELIGMAN, o.c. pp. 363-378 


[10] Estos dos últimos caminos los he recogido en una publicación reciente, MARTINEZ OCAÑA, E. Buscadores de felicidad, Narcea, 2011. 


[11] SELIGMAN, M. o.c.133-158 


[12] Ibidem , 103-132,360 


[13] Para profundizar en este aspecto www.psicologíapositiva.com 


[14] SELIGMAN , M. o.c. 203-240 


[15] Que comprende a su vez un conjunto de virtudes: curiosidad y interés por el mundo; amor por el conocimiento; pensamiento crítico y mentalidad abierta;ingenio, originalidad, inteligencia práctica; inteligencia personal, emocional y social: perspectiva para ver el mundo.o.c.212-219 


[16] Supone el desarrollo de la fortaleza, el coraje para afrontar obstáculos y dificultades; la perseverancia y laboriosidad; la integridad, autenticidad y honestidad.o.c.219-222 


[17] Que conlleva practicas las virtudes de la bondad y generosidad; la capacidad de amar y dejarse amar.o.c.222-225 


[18] Hecha de civismo, sentido del deber, trabajo en equipo, lealtad; imparcialidad y equidad, liderazgo. o.c.225-228 


[19]Que supone la práctica del autocontrol, la prudencia , discreción, cautela y la humildad o modestia.o.c.228-230 

20 Al hablar de trascendencia Seligman se refiere a las fortalezas emocionales que van más allá de la persona y conectan con algo más elevado, amplio y permanente: con otras personas, con el futuro, la evolución, lo divino o el universo.” Esta virtud o fortaleza conlleva desarrollar: la capacidad de disfrutar de la belleza y la excelencia, de la gratitud; la esperanza, el optimismo, la previsión ; la espiritualidad, el propósito, la fe, la religiosidad; el perdón y la clemencia; el sentido del humor; brío, pasión, entusiasmo.o.c.231-237 





[21] Ibidem. 196 


[22] Ibidem 200 


[23] Las conclusiones a las que estos equipos de investigación van llegando se conectan de una manera muy directa con la sabiduría de las grandes tradiciones religiosas que a lo largo de los siglos han puesto el acento en la búsqueda de la felicidad en las dimensiones más profundas del ser humano y en el cultivo de actitudes solidarias y en orientar la vida en proyectos, utopías, acciones que ayuden a empujar la historia en dirección a una mayor humanización para todos. ‘Pero la diferencia es que ahora estos caminos están avalados por miles de estudios de investigación que los verifican como caminos de felicidad. Seligman lo expresa así: Hay muchos métodos válidos desarrollados por los seguidores del budismo, del yoga, de las religiones y de los que han trabajado con el desarrollo personal. Lo que estamos haciendo ahora, de hecho, es tomar algunos de éstos métodos y comprobar su eficacia usando métodos científicos, para separar el trigo de la paja. Incluso los estamos realizando a gran escala por Internet, ya que en la página del libro tenemos a 93.000 personas registradas que pueden participar (www.authentichappiness.org). La gente siempre ha querido ser feliz, y es perverso que la psicología académica no considerara que esto pudiera o debiera estudiarse científicamente. Quiero convertir el desarrollo personal en una ciencia seria y bien documentada” 




[24] Lo desarrollo en MARTINEZ OCAÑA, E. o.c. al final de cada capítulo con abundante bibliografía y citas evangélicas... 


[25] NAVARRO. M. a.c. “La fe que sana y madura”, 127-128.