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ESPIRITUALIDAD Y LIBERACIÓN SOCIO-ECONÓMICA.
Ponencia en el Ciclo Espiritualidad y Liberación.
Organizado por Espiritualidad Pamplona-Iruña y Biblioteca Navarra
1- Que entiendo por “Espiritualidad liberadora social y económicamente”
2- ¿Liberarnos de qué?
2.1 De nuestra inconsciencia:
· acerca de la gravedad de la “emergencia global” en la que estamos
· de cómo estamos manteniendo un sistema socio-económico en guerra contra la vida
· de la manipulación mediática y cultural en la que vivimos.
2.2 De nuestras erradas concepciones.
2.3 De las estructuras, mecanismos, conductas…causantes y cómplices de la situación en la que estamos.
3- Liberarnos para qué
Para caminar hacia un sistema socioeconómico y político de sustentación y cuidado de la vida.
Un sistema cuyos ejes vertebradores sean:
· el Bien Común de la humanidad (del presente y del futuro) y de nuestro Planeta
· la protección de la vida, prioritariamente las más vulnerables, (humanas y bióticas) y la sostenibilidad del planeta tierra
· la defensa de los Derechos Humanos sin fronteras, blindando de la avaricia y la privatización derechos básicos como la alimentación, educación, sanidad, energía, el agua, la habitabilidad, el cuidado…
· el cuidado por encima de la rentabilidad económica
· la consciencia y las actuaciones coherentes con el reconocimiento de nuestra verdadera identidad, de nuestra interdependencia, ecodependencia y los límites del planeta
4- Algunos caminos de liberación socio-económica
4.1 Despertar.
· crecer en consciencia personal y social de la situación que estamos viviendo
· despertar el corazón y la pasión por revertir el rumbo
· despertar a nuestra verdadera identidad
4.2 De-construir personal y socialmente nuestras cosmovisiones caducas y erróneas.
4.3 Movilizarnos socialmente generando vínculos y alianzas.
4.4 Comprometernos con cambios radicales tanto en nuestro sistema socio-económico como en la manera de situarnos en la realidad.
4.5 Cultivar una nueva espiritualidad holística capaz de unir una mirada global y local.
4.6 Alentar y sostener una esperanza comprometida.
ESPIRITUALIDAD Y LIBERACIÓN SOCIO-ECONÓMICA.
1. QUÉ ENTIENDO POR ESPIRITUALIDAD LIBERADORA SOCIO-ECONÓMICA.
No necesito explicitar mucho qué entiendo por espiritualidad porque ha quedado muy claro en la presentación de este ciclo en qué sentido hablamos de ella,
Yo sólo quiero subrayar algunos de sus múltiples significados dado que es un término polisémico.
Espiritualidad en su acepción semántica procede de “espíritu” palabra que ha llegado a nosotros empobrecida y contaminada por el dualismo y patriarcalismo imperante y vinculada sobre todo a la religión judeo cristiana. En su origen está la palabra hebrea femenina Ruah, (aliento de vida, gemido al dar a luz) su traducción al griego la convirtió en neutra: lo neuma, y al traducirla al latín se transformó en masculino que es como ha llegado a nuestra cultura, espíritu.
Pero debajo de ese ropaje se esconde una profunda verdad: “espíritu” es aliento de vida, de toda vida, de toda la realidad, pero no como algo separado de ella, sino dentro de ella, lo que la sostiene y vincula.[1]
En 1970 estaba trabajando en Perú y tuve la suerte de conocer a Gustavo Gutierrez y la teología de la liberación y ya entonces descubrí un modo nuevo de entender la espiritualidad.
Por un lado, como una dimensión del ser humano, la dimensión macro-ecuménica de la que hablaba Pedro Casaldáliga, la dimensión de profundidad de la vida, allí donde la persona se juega sus valores, creencias utopías, su verdadera identidad.
Jon Sobrino definía la espiritualidad como “el talante con el que afrontamos la realidad” y Leonardo Boff complementa es definición diciendo que “espiritualidad es la manera de estar en la realidad defendiendo la vida frente a todos los mecanismos de muerte que impiden y/o dificultan que ésta se despliegue en todas sus posibilidades.
También entonces descubrí la espiritualidad vinculada a la liberación integral, política, económica, social, personal…poniendo como eje de esa liberación a las personas y colectivos empobrecidos.
Esa experiencia ha marcado mi modo de entenderla y tratar de vivirla.
La espiritualidad es hoy una realidad redimensionada, desvinculada de las religiones y cada vez más reconocida como patrimonio de todo ser humano, como desarrollo de la “inteligencia espiritual[2],y de la “inteligencia holística”[3] que no niega las inteligencias ya descubiertas sino que las integra dando un salto a una inteligencia capaz de tener una visión global, que parte del todo para captar sus componentes y sus interacciones entre ellos y con el todo.
Una inteligencia que nos permite descubrir nuestra verdadera identidad relacional. Nos posibilita salir de la fantasía de la separatividad, para tomar consciencia de la unidad que somos. Esta experiencia conduce a vivirse formando parte de la humanidad, de la comunidad biótica, del entramado de la vida.
Este salto en el nivel de consciencia exige capacidad y entrenamiento para entrar en el nivel más profundo de nuestras personas y el camino es la práctica del silencio mental, que favorece un conocimiento no dual.
Estas prácticas están cada vez más extendidas en el mundo entero y son muchas las escuelas de silencio, grupos, movimientos, personas que las practican y son mistagogas…un motivo de esperanza de que otra sociedad es posible.
Por tanto, concluyo que para mí la espiritualidad de una persona, comunidad, grupo, sociedad no es algo que se formula, sino que se expresa y se vive en la manera de situarse en la realidad sintiéndose parte del entramado de la vida, formando parte de ella, intersiendo con toda lo que es y por tanto protegiendo la vida contra todos los mecanismos de muerte, cuidándola y haciendo de ese cuidado el centro de las decisiones y acciones.
Es decir, se muestra en el talante con el que afrontamos la realidad, según esto alguien podría decirnos <<dime cómo te sitúas ante la realidad y te diré cuál es tu espiritualidad>>.
Nuestra espiritualidad por tanto tiene que ver con nuestra manera de comprendernos, de mirar, interpretar, situarnos, producir, consumir, relacionarnos, con nosotros mismos, con las otras personas, con el resto de los seres vivos, con la tierra, para las personas creyentes con el Misterio trascendente, se le llame como se le llame. Un modo de ser y estar en la realidad haciendo verdad lo que somos: fraternidad-sororidad.
Hoy las ciencias de la tierra nos dicen que “todo está inter-conectado con todo” en un entramado sorprendente de cooperación, colaboración que hizo posible el proceso evolutivo del universo
¿Y si el desarrollo de cada persona, de toda la sociedad estuviera vinculado a ese “saber” ser-con, inter-siendo, cooperando, colaborando, … para que cada realidad sea y despliegue sus posibilidades?
¿Cómo entender entonces qué es desarrollarnos como seres humanos, como sociedad?
Si entiendo así la espiritualidad ¿qué sería vivir una espiritualidad liberadora social y económicamente?
Liberadora social y económica
Etimológicamente liberar viene del latín “liberare”, acción de poner en libertad; otras acepciones: soltar, eximir a alguien de una obligación, hacer que alguien supere un obstáculo.
Al ponerle a la espiritualidad una cualificación, podría parecer que esa cualificación es una calificación más que podría darse o no darse.
Como he dicho antes tal, como yo entiendo la espiritualidad, respetando otras maneras de entenderla, la espiritualidad para ser tal necesita ser liberadora. Una liberación integral que no deja ningún ámbito de la persona ni de la vida fuera: político, económico, social, ecológico, religioso, personal... (Este ciclo es una buena manifestación de esta mirada holística)
A lo largo de mi intervención intentaré explicitar este contenido.
La experiencia nuclear de sentirnos formando parte de la humanidad, del entramado de la vida haría imposible la indiferencia ante los múltiples atropellos de la vida humana y la destrucción masiva de vida en nuestra tierra.
Pero aún estamos mayoritariamente en un nivel de consciencia muy primitivo y aunque vamos avanzando en una comprensión más holística, nos queda mucho camino por andar para hacer verdad en la historia, en nuestra vida cotidiana, en nuestro modo de relacionarnos… esa profunda unidad amorosa que somos, esa fraternidad-sororidad universal
2. ¿LIBERADORA DE QUÉ?
De lo que atentan contra la vida y/o impide que ésta se despliegue en toda su riqueza y que dificulta y/o hace imposible que todos los seres humanos podamos vivir una vida digna de ser vivida en nuestra tierra. Es decir con nuestras necesidades humanas cubiertas y respetando los límites del planeta.[4]
Hoy esta premisa no se cumple, millones de personas viven sin tener cubiertas sus necesidades básicas y además hemos sobrepasado, con mucho, los límites del planeta.
Por eso quiero comenzar preguntándome ¿Qué mecanismos, realidades, estructuras socioeconómicas, modos de comprender y vivir la realidad dificultan y destruyen la vida en nuestra tierra e impiden una vida humana digna?
El primer paso para emprender el camino de la liberación socioeconómica es ser conscientes, despertar como sociedad y no sólo ver los obstáculos que nos impiden esa liberación, sino las causas de ello .
Liberarnos:
2.1 De nuestra inconsciencia.
· Sobre la gravedad de la emergencia global en la que estamos viviendo.
Son muchas las voces que nos alertan de que estamos en una “emergencia global” donde están puestas en cuestión los pilares que han sostenido nuestro sistema actual. Por eso se habla de “emergencia climática, humanitaria, económica, política, sanitaria, ética, espiritual…” La crisis que estamos viviendo de una u otra manera alcanza todos los niveles de nuestra existencia como humanidad y se extiende a nuestro planeta en su conjunto. Es una crisis sistémica que está poniendo en riesgo la vida en el planeta y sobre todo nos estamos jugando la posible desaparición del “homo sapiens” sobre la tierra.
Vivimos una profunda inconsciencia, muy bien programada por quienes no quieren que la sociedad despertemos a reconocer la gravedad de lo que está pasando y de la escasez de tiempo que tenemos para reaccionar, y además, como acabo de decir, sobre todo de las causas de esta “emergencia”.
Hay una evidencia científica de que estamos en un nuevo ciclo algunos le llaman antropoceno, algunos lo llaman capitaloceno…el mundo tal como ha sido no va a poder seguir igual.
La emergencia que estamos padeciendo ya fue pronosticada en 1972 en el documento sobre los limites del crecimiento, donde se nos dijo con toda claridad que el origen de esta situación era antropogénico y no nos lo creímos.
Vivimos un mundo con límites biofísicos muy claros, limites en las energías no renovables, renovables y de los sumideros del planeta. El cambio climático, la pérdida masiva de biodiversidad, el declive de las energías fósiles y muchos de los minerales que necesitamos está profundamente vinculada al aumento escandaloso de las desigualdades en todo el mundo.
La crisis que vivimos es eco-social, el papa Francisco lo formula: grito de la tierra, grito de los pobres. No podemos ver la crisis ecológica separada de la crisis social. Somos seres ecodependientes y lo que nos pasa como especie es lo mismo que la pasa al conjunto de la tierra.
Como denuncia Yayo Herrero una y mil veces: Estamos viviendo un tipo de economía que rompió los vínculos con la tierra y con los cuerpos un modelo de economía capitalista: asesino (provoca millones de muertos) ecocida (destruye naturaleza cuanto más crece) patriarcal porque este sistema no se sostiene sin el trabajo gratuito de cuidados de las mujeres, racista y colonial porque los países enriquecidos vivimos con muchos más recursos que los que tenemos en nuestros territorios y lo hacemos a costa de lo que se extrae en otros lugares en condiciones muy ventajosas para el mundo rico favorecidas por tratados internacionales que lo sostienen y arropan y que están provocando sufrimiento, precariedad y la expulsión de personas a los márgenes de la vida, muchas de ellas buscando desesperadamente huir para encontrar un futuro mejor.
Este triple mecanismo de muerte: capitalismo, patriarcalismo, colonialismo (que es un mecanismo de poder y dueñeidad) actúan juntos complementándose, y con gran astucia ocultan su mutua interacción y las consecuencias que de ello se derivan.
( Fred Vargas en su libro reciente La humanidad en peligro [5] dice claramente que la causa de que estemos al borde del colapso la tiene la voracidad de un sistema capitalista alimentado por la avaricia de los poderosos y la impotencia de los gobiernos para frenarlos, por lo que se dirige directamente a la población para que actuemos sin “esperar la acción de las autoridades” ya que esa inconsciencia está programada por quienes no quieren que la sociedad despertemos y trabajemos por un profundo cambio.[6])
Los gritos de la tierra al borde del colapso, más los gritos de millones de personas pobres y “descartadas”, unidos a miles de millones de migrantes buscando desesperadamente que algún país los acoja, nos están mostrando con toda claridad la urgencia de cambiar de rumbo y el fracaso de un tipo de civilización y de una economía que está en el origen de esta situación de emergencia global.
Los momentos de emergencia pueden ser también una gran oportunidad para desterrar estructuras caducas y cribar lo que sigue siendo valioso y lo que no lo es. Y por eso mismo puede ser un momento de esperanza si sabemos aprovecharlo y reaccionar.
Quiero unirme a quienes abogan por ver este momento crucial como una ocasión para vivir un “minuto de lucidez”. Yayo Herrero lo expresa así: <<Que la sociedad vislumbre, al menos durante un instante la trampa civilizatoria>> y descubra la incompatibilidad entre este modelo neoliberal y vida.[7]
¿Nos damos cuenta de que somos la primera generación que siente las consecuencias de esta emergencia global y quizás la última que tiene la oportunidad de hacer algo para convertir esta emergencia en oportunidad.?
· Inconsciencia de cómo estamos manteniendo un sistema contra la vida
La inmensa mayoría de la población vive/vivimos ajenas a la realidad de que estamos sosteniendo, alimentando y viviendo un sistema hegemónico económico y cultural que está en guerra contra la vida. [8].
Los grandes negocios y los más lucrativos están relacionados con la explotación del petróleo y extractivismo que no solo expolia el planeta sino explota a miles de personas, vinculados también a otros negocios de muerte como las armas, las drogas, la venta de órganos, el tráfico de personas…Una economía al servicio del 1% de la población es como dice el Papa Francisco una economía asesina y ecocida.
No somos aún suficientemente conscientes de que este sistema económico neoliberal no es sólo una estructura económica explotadora y depredadora sino también un modelo cultural y social, individualista incompatible con la defensa y el cuidado de la vida.
No siempre sabemos desenmascarar los mecanismos y premisas sociales y económicas en el que se sustenta este sistema contra la vida y muchas veces nos encontramos (yo al menos) actuando desde estas premisas:
La codicia y la acumulación
Rentabilidad por encima del cuidado
Privatizaciones de bienes básicos
Dominio de las fuerzas económicas sobre los gobiernos
Materialismo tecnocrático
Provecho propio
Utilitarismo consumista e individualista
Pérdida de conciencia ética y espiritual.
Nuestra inconsciencia hace que tampoco vinculemos la guerra contra la vida con los movimientos políticos fascistas, con una xenofobia y aporofobia crecientes destructoras del tejido social, ni con mecanismos de persecución política, mediática y a veces también judicial contra quienes denuncian corrupciones y contra quienes protegen las vidas en peligro o a punto de naufragar en sus pateras. Persecución que se están plasmando en muchos países como una guerra contra la solidaridad y los vínculos. (Caso de Helena Meleno es en estos momentos un caso patente)
· Somos también inconscientes del colonialismo cultural y la manipulación mediática en la que vivimos a través de la que programan nuestra mente.
¿Tendrá razón Noam Chomsky cuando dice que “La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica porque destruye los cerebros?”
La cultura del neoliberalismo imperante hoy en el mundo ha elaborado métodos propios de construcción colectiva de la subjetividad humana. En realidad los sistemas, también los religiosos e ideológicos, solamente se mantienen porque consiguen penetrar en nuestras mentes y de un modo inconsciente nos construyen y destruyen por dentro.
Quizás no nos damos cuenta de que en muchos casos sólo buscan adormecernos, infantilizarnos, desorientarnos y divertirnos para que no tengamos tiempo de pensar, reflexionar, discernir noticias verdaderas de falsas, poder jerarquizar la información, tiempo para entrar en la profundidad de nuestro ser… favoreciendo la ceguera colectiva.
Lo más grave de la manipulación mediática es la dificultad para descubrirla porque ésta condiciona nuestra mente para que terminemos viendo con normalidad aquello que sustenta al propio sistema, aunque provoque destrucción y muerte.
Liberar nuestra mente de concepciones caducas y erradas es un importante camino de liberación.
Quizás no somos muy conscientes de la importancia que tiene el imaginario social . La construcción de significados es una gran fuente de poder muy estable y decisivo, el poder sobre nuestras mentes. Las construcciones mentales son los filtros desde los interpretamos la realidad que a su vez nos provocan emociones y son ellas las que de una y otra manera conducen nuestras acciones.
Sin un cambio en nuestra manera de pensar no será posible que como sociedad podamos hacer los cambios que tenemos que hacer para caminar hacia una manera de situarnos en la realidad cuidado de la vida.
(Este punto lo desarrollaré más adelante)
2.3 De las estructuras, mecanismos, conductas…causantes y cómplices de la situación en la que estamos.
Está claro que hay estructuras y mecanismos de los que necesitamos liberarnos, como he dicho antes y sintetizo ahora:
· del capitalismo como sistema económico hegemónico que ha provocado una insoportable desigualdad con sus secuelas de muerte, enfermedades, migraciones masivas, un ecocidio que puede terminar en suicidio de la humanidad
· de la deriva política hacia totalitarismos y movimientos neonazis destructores de la democracia,
· del patriarcalismo dominador y colonizador,
· de mecanismos políticos y jurídicos que permiten y/o sostienen una injusticia fiscal en muchos países, la evasión y los paraísos fiscales,
· unas leyes y/o decisiones judiciales laxas con los delitos fiscales, con los movimientos neo-nazistas, con la violencia machista, con el no blindaje y protección de los derechos fundamentales
Estos y otros son gravísimos mecanismos y estructuras de poder que necesitamos desmontar mental, conductual y estructuralmente,
Necesitamos también liberarnos de otros mecanismos sociales más sutiles, pero igual de demoledores:
· Del negacionismo de datos y realidades abaladas científicamente, de crímenes de lesa humanidad, de la situación del planeta, de los límites del planeta y de nuestra profunda vulnerabilidad.…
· De nuestra cooperación ciudadana, por acción y omisión, tanto con este sistema eco-social como con la corrupción imperante.
· De nuestra convivencia con la desinformación, los bulos permanentes, el odio como herramientas de destrucción de los adversarios convertidos en “enemigos”
· De nuestros silencios cómplices ante el racismo, el sexismo, la xenofobia que más bien es aporofobia, los crímenes machistas, la violencia institucionalizada, el no respeto a los DDHH y a la destrucción de la vida.
También necesitamos liberarnos de muchas de nuestras conductas cotidianas:
consumistas,
individualistas,
depredadoras,
descomprometidas políticamente
indiferentes al dolor y la injusticia
alienadas de la realidad
dejándonos entretener e infantilizar
viviendo desde la superficialidad y el desconocimiento de nuestro ser.
Debajo de estos graves problemas hay también una profunda crisis social espiritual y por tanto ética. Si perdemos los referentes éticos como sociedad destruimos nuestra humanidad y por tanto nuestro sistema cultural se queda sin referentes mentales y conductuales.
LIBERADORA PARA QUÉ.
No me voy a detener mucho en este punto, pero sí formular con claridad el objetivo final de este proceso liberador
Para caminar hacia un sistema global socioeconómico y político de sustentación y cuidado de la vida.
Un sistema cuyo objetivo sea una vida digna para todas las personas compatible con los límites planetarios.
Es decir, un mundo más justo socialmente y ecológicamente sostenible. Para ello necesita responder a dos criterios: suficiencia y equidad.
Estos criterios se harán posibles si la nueva economía hacia la que necesitamos caminar es una economía regenerativa: que dé tiempo a la tierra a regenerar sus recursos y distributiva, una economía al servicio del 1% es una locura económica y social.
Si somos interdependientes y ecodependientes supone que cada vida nacida es una posibilidad y para que sea cierta necesita un sistema político, económico, social y cultural que sea capaz de vivir en comunidad utilizando los bienes y servicios necesarios para la vida y que esta vida se desarrolle en una comunidad que le va a posibilitar los cuidados necesarios a lo largo de toda la vida.
Esta es una de las reclamaciones básicas del feminismo: el enfoque de la sostenibilidad de la vida. Poner la vida en el centro para que se organice el sistema entero en función de su protección y cuidado.
Un sistema cuyo eje vertebrador sea:
· el Bien común de la humanidad del presente, del futuro y de la vida en nuestro Planeta. Esta búsqueda del Bien común no será posible sino caminamos hacia una nueva Economía Social y solidaria y una nueva sociedad que salga de la burbuja del economicismo y de la fantasía de la separatividad
· la defensa de los Derechos Humanos sin fronteras, blindando de la avaricia y la privatización derechos básicos como la alimentación, educación, sanidad, energía, el agua, la habitabilidad, el cuidado…
· la protección de la vida, prioritariamente más vulnerable, (humana y biótica) y la sostenibilidad del planeta tierra
· el cuidado de toda la vida por encima de la rentabilidad económica, una actitud no solo personal, sino que se convierta en la construcción de una cultura y una política del cuidado, y por tanto de la sostenibilidad de toda vida
· la consciencia y coherencia personal y social. Un modo de actuar coherente con el reconocimiento de nuestra verdadera identidad relacional, fraterna-sororal, de la interdependencia y ecodependencia, de nuestra cooperación en la situación de emergencia global en la que estamos; consciencia que nos conducirá a vivir en coherencia con este despertar personal y social
4- CAMINOS DE LIBERACIÓN SOCIO-POLÍTICA
¿Qué mapas, brújulas, instrumentos, caminos pueden ayudarnos a vislumbrar por dónde avanzar en este sueño liberador?
¿Con que fuerzas contamos para poder contrarrestar el enorme poder financiero que se impone al poder político y social?
¿Cómo abordar problemas muy complejos en los que hay que saber articular lo global y lo local?
Ahí quedan preguntas muchas preguntas más que respuestas, yo modestamente a partir del diagnóstico hecho voy a insinuar algunos caminos que podremos completar entre todas las personas que queráis y que ojalá sirvan para pensarlas y comentarlas en nuestros círculos, familias, grupos, colectivos…
4.1 Despertar, crecer en consciencia personal y social
Si una de las causas de esta situación en la que estamos es la inconsciencia un imprescindible camino es despertar como ciudadanía y hacernos conscientes de:
· la gravedad de la situación que estamos viviendo, sus causas el reconocimiento de nuestra cooperación en ella
· la vulnerabilidad humana, los límites del planeta y la realidad de nuestra interdependencia y ecodependencia
· la real interconexión entre lo local y lo global y por tanto también la consciencia de la desigualdad y la estructura de violencia económica y social sobre la que descansa el desarrollo de unos países y continentes a costa de otros
· que hay derechos, bienes y servicios imprescindibles para la vida que tienen que estar fuera de la compra-venta de los mercados
· la urgencia de una justicia fiscal que ayude a paliar la injusta distribución de la riqueza
· la necesidad de un control social, político y jurídico de los movimientos neofascistas
· la urgencia de caminar socialmente hacia una <<sobriedad compartida>>
Despertar el corazón la com-pasión y toda nuestra capacidad humana de pasión por revertir la situación en la que estamos
Aun siendo muy importante la lucidez no basta, necesitamos implicar nuestro mundo afectivo, nuestro corazón que es en definitiva el dinamizador de nuestras vidas, ya lo decían los clásicos: “Lo afectivo es lo efectivo”.
Despertar todas nuestras energías dormidas volviendo a recuperar la pasión por trabajar con todas nuestras fuerzas por una sociedad nueva, por un mundo más justo, por una tierra rica de nuevo en biodiversidad, por dejarle a las generaciones futuras un mundo más justo y una tierra más habitable.
Despertar a nuestra verdadera identidad relacional, fraterna-sororal que haga posible el renacer en nuestras sociedades el deseo de hacer verdad lo que ya Somos profundamente y de vivir la cooperación, la solidaridad, la capacidad de vivir en común la diversidad.
Este despertar será un camino para crecer en empatía para saber ponernos en el lugar de los demás para poder sentir la “com-pasión” que moviliza. Ese saber “sentir-con” los demás sus alegrías y tristezas, sus triunfos y fracasos hará cada vez más verdad la unidad que somos.
4.2 De-construir socialmente muchas de nuestras cosmovisiones caducas y erróneas.
Que nos llevará a tener que repensar todos nuestros esquemas mentales para poder hacer una re-construcción de los mismos desde otras cosmovisiones, valoraciones éticas, referencias espirituales y religiosas.
Hago aquí solo un elenco de algunas de las cosmovisiones que necesitamos de-construir:
Nuestra construcción antropológica individualista, que es una fantasía de nuestra mente y de la creencia de nuestro “señorio” y dueñeidad sobre toda la realidad. Es decir desmontar nuestra antropología dualista y patriarcal.
Nuestro concepto de “rentabilidad económica” y producción desconectada de la ética.
Nuestro modo de comprender muchas realidades cotidianas:
· qué es lo esencial y qué superfluo,
· qué es necesario o sólo conveniente,
· qué es suficiente y quien lo define
· qué es triunfar y o fracasar,
· quiénes son verdaderamente personas influyentes y en qué y por qué lo son,
· ¿es lo mismo valor que precio?,
· ¿es equiparable trabajo a salario?,
· ¿a qué llamamos libertad y puede ésta desligarse de la solidaridad y la justicia?,
· ¿seguridad es blindaje de las élites o tener asegurada cada persona sus necesidades básicas cubiertas?
· ¿qué concepto tenemos de felicidad? ¿qué creemos que nos hace de verdad felices a niveles profundos?
La profunda revolución mental que necesitamos hacer daría para mucho y aquí cada persona tenemos que hacer nuestro propio camino.
4.3 Movilizarnos socialmente para intentar revertir la situación actual generando vínculos y alianzas.
Estamos en un momento de desmovilización ciudadana por un lado a causa de la pandemia del covid-19 pero por otro hay en nuestras sociedad, y puede que dentro de muchas de las personas que estamos ahora aquí, un estado anímico de desaliento, desesperanza, desmotivación, frustración, agresividad flotante y sobre todo inseguridad y miedo. En este clima es fácil que prevalezca en una parte de la sociedad el “sálvese el que pueda” y en otra el buscar desesperadamente medios para sobrevivir.
Casi sin darnos cuenta vamos pasando de ser ciudadanos a consumidores y el consumismo nos desmoviliza al centrarnos en nuestros individualismos, desconectándonos de los proyectos comunitarios y de nuestra dimensión social.
Junto a esto también es verdad que otra parte de la sociedad se ha movilizado y se moviliza en una gran red solidaria de apoyos mutuos que está permitiendo a miles de familia sobre-vivir en esta pandemia.
A una emergencia global sólo se puede responder con alianzas y redes nacionales y globales.
Son muchos los colectivos movilizados en nuestra realidad y en nuestro mundo pero aún no hemos sido capaces de generar una alianza de tantas y tantas plataformas, movimientos sociales, grupos de apoyo, ONGs, partidos, sindicatos, colectivos profesionales, centros sociales…mostrando nuestra fuerza para exigir un cambio de modelo económico y social que ponga en el centro no el dinero y la especulación sino la vida, no la desigualdad sino la justicia, no el despilfarro sino la contención y la sobriedad solidaria.
Este camino de fortalecer vínculos supone entre otras muchas cosas renunciar al mecanismo pagar-perder (unos ganan a costar de otros) sino vivir el ganar-ganar [9] para todas las personas de esa sociedad, para toda la vida del planeta.
La ciudadanía necesitamos hacernos conscientes de nuestra responsabilidad sociopolítica y también de nuestro poder. En definitiva asumir la responsabilidad de no dejar la construcción y cuidado de la polis sólo en manos de los políticos profesionales, de los “expertos” y economistas.
No se nos puede olvidar que lo grandes cambios a favor de la sociedad, a favor de los que peor lo están pasando a lo largo de la historia, han venido de abajo, de la sociedad organizada, de la sociedad formada, de la sociedad que reclama cambios y que no se conforma con votar cada tres o cuatro años y dejar de ejercer el control absolutamente imprescindible de qué pasa con los bienes comunes, en qué se utilizan, para que se usan.
Nos urge revitalizar el tejido social, y todos esos movimientos que nos posibiliten pensar en común y generar una profunda red de vínculos para la defensa clara y potente de nuestra tierra, de la vida en el planeta, de la supervivencia de la humanidad. La construcción social que necesitamos debe hacer posible vincular la “economía” (cuidar la casa común), una democracia real y una vida digna y con sentido para todas las personas, un vínculo que necesita ser indisoluble.
Cómo nos ayudaría recuperar la pasión por mejorar este mundo nuestro, volver a soñar como sociedad que una mayor justicia, solidaridad, compasión, cuidado, utopías comunitarias son posibles sólo así podremos resistir el envite de las fuerzas de resistencia al cambio que no quieren que la realidad cambie porque les va bien en este sistema.
Necesitamos comunitariamente caer en la cuenta de que en “o nos salvamos todos o no se salva nadie”
4.4 Comprometernos con cambios radicales
En nuestro sistema económico, social, cultural
El cambio que tenemos que hacer es de tal envergadura que necesitamos mapas, brújulas horizontes colectivos, herramientas, utopías movilizadoras,
Por tanto no basta con crecer en consciencia sino que necesitamos comprometernos en trabajar por un cambio radical, que afecte a las raíces del sistema económico.-politico, social, cultural.
No es verdad que el capitalismo depredador en el que estamos no tenga alternativa. Hay alternativas, pero falta conseguir poder, tanto ciudadano como político, para hacerlas verdad “[10]
Hace ya tiempo que movimientos sociales, economistas, colectivos, profesionales, ONG…vienen reclamando y proponiendo modelos económicos alternativos centrados en una transición energética, la descarbonización y la regulación de la economía extractiva, favorecer sistemas egropecuarios respetuosos con los animales y el medio ambiente, reestructurar los transportes, reorganizar un sistema fiscal justo que persiga la evasión y los paraísos fiscales.
Si nos tomamos en serio nuestra ecodependencia energética, alimentaria, mineral sí o sí tendremos que bajar el nivel de consumo. Está claro el declive de la energía fósil y de minerales que sustenta el sistema actual, que está provocando ya una contracción económica y que fácilmente va a crecer, por tanto necesitamos repensar como articular la vida en común para, controlar el impacto de esa contracción, sobre todo en los colectivos y países más vulnerables para que todas las personas puedan vivir vidas dignas de ser vividas.
Dije al comienzo que hay una triple alianza destructiva que nos urge demoler: el capitalismo, el patriarcalismo, el colonialismo (económico, cultural, social) generadores de múltiples victimas de este sistema:
· la vida en el planeta (un ecocidio muy grave)
· millones de personas muertas, explotadas, ”descartadas” despojadas de su dignidad, obligadas a migraciones forzosas…”
· las mujeres (de un modo especial las “racializadas”) sometidas a múltiples violencias, sometimientos, marginaciones, auténticos feminicidios…
Por eso yo ahora sólo subrayaría las tres prioridades que el lunes pasado Enrique puso de relieve:
Ecología: nos jugamos la vida en nuestra casa común y sobre todo la supervivencia del “Homo sapiens”
Justicia: no podemos seguir soportando un nivel de injusticia y desigualdades flagrantes que nos degradan como sociedad y que a su vez son caldo de cultivo de movimientos neofascistas, violencia o odio
Feminismo como fuerza política, social y cultural que busca desmantelar el patriarcado (muy interiorizado en nuestra sociedad tanto en varones como aún en muchas mujeres) para caminar hacia una sociedad más igualitaria, sororal, y justa.
La situación que vivimos reclama toma de decisiones políticas, económicas, sociales, personales… de gran envergadura y con poco tiempo para hacerlas.
Dentro del cambio social que reclama este momento de emergencia no podemos olvidar la urgencia de un cambio cultural y educativo. Un proceso de re-educación social, de reestructuración de nuestro pensamiento, que pueda revertir las erradas concepciones de vida que nos han conducido hasta aquí. Una auténtica revolución mental, emocional y espiritual, que nos despierta a nuestra verdad más profunda y eso nos lleva a recuperar valores, ideales, utopías sueños comunes.
Tenemos que ganarle el relato al neoliberalismo imperante y eso no es nada fácil porque poseen muchos medios, tienen mucho poder y dinero al servicio de sus intereses, cuentan con medios de represión y amedrentamiento muy potentes sin reparar en la calificación ética de sus métodos.
En síntesis: los cambios que nos urge realizar en modelo económico van en la dirección de un sistema:
· que haga posible una economía post-capitalista, cooperativa, social y solidaria, que procure la soberanía alimentaria y la cultura alternativa que fomente el tejido social vinculada a este tipo de economía (Como la Asociación Geltoki Iruña impulsora del proyecto Geltoki formada por 5 entidades de Navarra cuyo objetivo es promocionar y difundir los valores de la economía social y solidaria. Entidades como REA(Red de redes de economía a alternativa y solidaria) un proyecto de aquí de Navarra inaugurado en junio del 2018)
· que tenga en cuenta la interdependencia y la ecodependencia
· que respete los límites del planeta y la vulnerabilidad humana
· que ponga la vida y los cuidados en el centro,
· que proteja de un modo especial a todas las “victimas” de este sistema
· y que por tanto coopere en poner las bases de una nueva sociedad lúcida, solidaria, cooperativa, com-pasiva, cuidadora.
Si queremos liberarnos del abismo al que estamos abocados necesitamos cambios concretos no sólo económicos sino en la legislación, en las decisiones políticas, planteamientos de vida, conductas ciudadanas.
Eso pasará nos guste o no por:
· derogar leyes injustas,
· blindar jurídicamente derechos,
· exigir una justicia fiscal que ponga fin a la insoportable desigualdad,
· un necesario reparto de la riqueza, es inviable una economía al servicio del 1% de la población,
· un control político, jurídico y social sobre los poderes financieros, mediáticos y los movimientos neofascistas,
· tolerancia cero ante la corrupción que debería ser castigada no sólo en los tribunales sino en la sociedad civil y en las urnas,
· un cambio radical en nuestra manera de consumir, producir, relacionarnos con los bienes de la tierra, y de-crecer en el área material y en consumo
· caminar hacia otro modo de producción agropecuario, de transporte, consumo
· otro modo de comprendernos como humanidad y de relacionarnos
En definitiva, otro modo de situarnos en la realidad, es decir vivir otra espiritualidad.
Los cambios que acabo de enunciar (y mucho más, con sus respectivas concreciones, que dejo para los expertos, y para que hoy podemos completarlos entre todas y todos), van a suponer no sólo un difícil cambio de hábitos, actitudes, estructuras políticas y económicas sino también una confrontación con las grandes corporaciones, multinacionales, lobis, grupos de presión mediáticos, asociaciones financieras, jurídicas, partidos políticos que defienden con mucho poder y dinero este sistema porque a todos ellos les va bien. Son quienes se benefician de él[11].
Contar con esta posibilidad no es para asustarnos sino para fortalecer nuestra resiliencia, prepararnos para resistir y permanecer a pesar de los obstáculos. Una resistencia que subvierte el miedo y la tentación de no hacer nada.
¿Tendremos motivación y fuerzas suficientes para resistir este embate y además acometer los cambios necesarios?
Sí, la tendremos si somos conscientes de lo que nos estamos jugando, por eso es tan importante despertar, formarnos, apasionarnos y saber buscar alianzas.
Como he dicho antes urge una coalición de fuerzas a partir de gobiernos que están por la labor de estos cambios, instituciones, centros de investigación, de pensamiento, movimientos sociales, ONGs , partidos políticos, iglesias y todas las personas que están dispuestas a unir fuerzas para hacer frente a esta segura confrontación.
Aquí nadie sobra, cada persona desde el nivel de consciencia en el que estemos, desde las motivaciones que a cada persona nos movilicen, desde donde podamos (amor, compasión, compromiso ético, responsabilidad, miedo…)
Nos urgen respuestas, (porque no tenemos mucho tiempo) que vayan en la dirección de revertir el camino que llevamos “un ecocidio que puede ser un suicidio colectivo”
Junto a la consciencia y decisión necesitamos una gran pasión por revertir este proceso, por sabernos artífices de una nueva sociedad, de un modo nuevo vivirnos, de situarnos en la realidad, es decir apasionarnos por vivir una nueva espiritualidad capaz de infundirnos aliento de vida
.4.5 Cultivar una nueva espiritualidad holística y política capaz de unir una mirada global y local
Si he definido la espiritualidad como el modo de situarnos en la realidad despertando a nuestra verdadera identidad relacional, siendo en la vida, formando parte de ella y por tanto defendiéndola de las múltiples amenazas de muerte y cuidándola para que pueda desarrollarse en toda su rica variedad… todo lo que he dicho hasta ahora como caminos que van en esta dirección están ya hablando de espiritualidad.
Ahora querría sólo añadir una característica que me parecen hoy especialmente urgente: que sea una espiritualidad holística que abarca a toda la persona y a toda la realidad..
“Se entiende por holismo aquella visión de la realidad que concede predominio del todo sobre las partes. No significa negar las partes... Las partes tienen su sentido, tienen su propia “identidad”, su singularidad y especificidad, pero su sentido último se lo da la totalidad en la que están insertas. Puede haber totalidades cada vez más abarcantes.”[12]
Por consiguiente, para el holismo, todo está en conexión con todo, en interacción continua. La interconectividad es total. Nada está aislado, ni estático. Otro principio fundamental del holismo es el principio holográfico, que consiste en que el Todo (o la totalidad) está presente en cada una de sus partes. Cada una de las partes es una micro-totalidad. Lo Macro se da en lo micro. Lo micro está en lo Macro.
El holismo busca por tanto la superación del dualismo, la multiplicidad, la división la jerarquización. Pero no los destruye. La totalidad es unitaria. Pero es una unidad en la multiplicidad.
¿A que llamamos espiritualidad holística?
Una espiritualidad holística es una espiritualidad que propicia y favorece la experiencia unitaria, la conexión con toda la realidad, la experiencia de formar parte de Todo sin perder la singularidad. Una espiritualidad que favorezca que cada persona pueda entenderse vivencialmente (no sólo en teoría e intelectualmente) como unificada en sí misma, con toda la humanidad, con toda la realidad, con la naturaleza, con el Misterio fundante que los creyentes llamamos Dios.
Experiencia de conexión, interrelación, cooperación y compromiso que es en sí misma una llamada para hacer verdad históricamente la Red-de-relaciones-que-somos. Experiencia que brota de un encuentro con la Unidad que sustenta todo, el nudo de relaciones que es la realidad y cada persona en particular.
Si de verdad tuviésemos la experiencia de esa unidad nuclear con toda la realidad, si pudiéramos sentir que todo otro “es carne de nuestra carne y hueso de nuestros huesos” (Gn2,23) ¿podríamos desentendernos y no sentir que se nos rompen las entrañas ante el sufrimiento de la inmensa mayoría de la humanidad? ¿Podríamos no movilizarnos y reclamar la defensa de los derechos de todo ser humano más allá de su raza, clase, sexo, orientación sexual? ¿Podríamos no protestar ante el maltrato animal, llamando cultura a la crueldad? ¿Seguiríamos estando sordas al gemido de la Madre Tierra, que gime con dolores que queremos que sean de parto y no de aborto?
Por último y para terminar este apartado quiero soñar y desear para mí y para todas las personas que también lo deseen, que el cultivo de una espiritualidad holística transforme nuestras vidas, nuestra sociedad, nuestro mundo.
Formulo este sueño en modo interrogativo, porque no lo tenemos asegurado, todo dependerá de que despertemos y nos comprometamos colectivamente en vivirlo y acojamos con gratitud la presencia de ese “aliento de vida” (se le ponga el nombre que se le ponga) que sostiene todo, coopera desde dentro al despliegue de su ser, en todos los tiempos.
¿Aprenderemos que la sustentación de la vida no está en la competitividad, el individualismo, dominio, posesión, consumo, violencia…sino en la cooperación, comunión, des-posesión, de-crecimiento cuidado, gratitud, compasión?
¿Podremos empezar a vivir una espiritual política, que haga de la defensa de lo común y de toda la vida el centro de las decisiones, reivindicaciones, propuestas no sólo de los políticos profesionales sino de la toda la ciudanía?
¿Será verdad que no podremos soportar sin que se nos estremezcan las entrañas y se movilice nuestras personas y sociedades ante la tragedia de millones de personas migrantes que mueren en nuestros mares, fronteras y desiertos buscando una vida digna?
¿Nos educaremos en una pedagogía del corazón, cuidado, compasión, ternura, gratitud, gratuidad para aplicarla a todas nuestras relaciones?
¿Sabremos mirar con respeto a todos los seres (humanos y no humanos) reconociendo que tienen derecho a ser lo que son?
¿Descubriremos que nuestro lugar en la naturaleza no está sobre ella sino junto a ella, siendo en ella?
¿Nos abriremos a una visión espiritual (descubriendo el espíritu) en toda la realidad que favorezca la admiración, la veneración del Misterio que sustenta a todo lo que es en ser?
¿Podremos avanzar no sólo hacia una solidaridad humana que crea sororidad sino también cósmica?
¿Contemplaremos deslumbrados y asombrados la Fuente de la vida, y nos viviremos formando parte de esa misteriosa Trama de la Vida?
¿Viviremos con pasión hacer verdad en nuestra vida cotidiana, en nuestra historia la unidad que somos, la inter-acción coperativa que nos constituye?
Y esa experiencia ¿sería verdad que ya no nos permitiría vivir indiferentes, ni ajenas a lo que pasa le pasa a nuestra humanidad a nuestra tierra, sino comprometidas en la defensa y cuidado de la vida?
4.6 Defender la esperanza.
La esperanza hoy no sólo no está de moda, sino que está denostada por un lado contraponiéndola al trabajo por cambiar de hecho en el presente la realidad y por otro considerada como ingenuidad y falta de realismos ante una especie de nihilismo y pesimismo social que da por perdida la batalla.
Entendiendo muy bien que los tiempos que vivimos no favorecen la esperanza en nombre del “realismo” quiero recordar que lo “real” no es solo la fáctico sino que también es real todo lo que está en potencia, esperando la oportunidad de desplegar todo su potencialidad. La semilla es real en lo que es como semilla y en toda la potencialidad que guarda dentro para poder desplegarse.
Para mí la esperanza es no solo una cualidad humana porque somos seres utópicos, sino un gran motor de la historia. No nos movilizaríamos nunca si no creyésemos que es posible un cambio, que podemos mejorar como personas, cono sociedad, como humanidad. Yo me apunto a fomentar en mi una esperanza comprometida (que trabaja en la dirección de lo que espera) y les invito a ustedes a hacer lo mismo.
Pero no se trata de una esperanza vana sino fundamentada en la fuerza histórica del coraje de la humanidad en el pasado y en el presente. Y ver hoy tantas y tantas señales de que algo nuevo está naciendo, mucho nuevo está emergiendo en este momento de “emergencia”.
(En mi último libro: Es tarde, pero es nuestra hora, hago un elenco de lo que yo veo pero ahora quiero dejar espacio para que en el diálogo podamos ayudarnos a descubrir todo lo nuevo y esperanzador que está amaneciendo, incluso me atrevo a pedir a quienes me están escuchando que me hagan llegar a mi correo: emmaocana@gmail.com las experiencias que conocen que muestran esa emergencia de vida nueva, yo lo necesito para fortalece mi esperanza y para compartirlo y mostrarlo.)
Yo tengo esperanza en la fuerza espiritual, ética, utópica de la humanidad, en la capacidad de resiliencia que hemos demostrado a lo largo de la historia para hacer frente a los profundos desafíos que nos aguardan y que seamos capaces de no dejar a las generaciones venideras una tierra destrozada y una humanidad diezmada.
Tengo también esperanza en que “Ese Aliento de vida”, esa Ruah estructurante y vivificante siga desde dentro de nuestras vidas y de la realidad entera alentando vida nueva.
La pandemia que hemos vivido y en la que aún estamos además de traernos una enorme dosis de dolor, sufrimiento, muerte…nos ha demostrado también esta resiliencia y movilización de lo mejor de nuestra sociedad.
Hemos podido aprender mucho aunque es verdad como dice acertadamente Daniel Innerarity que “Las crisis sólo enseñan a quienes están en disposición de aprender” [13] y seguro que quienes hoy estamos aquí queremos despertar, aprender y ser semillas de vida nueva.
Quiero terminar esta conferencia con una canción-poema de Pedro Casaldáliga, es mi homenaje a un hombre profundamente humano y cristiano que vivió y murió haciendo verdad en su vida una espiritualidad liberadora “al aire” de Jesús de Nazaret.
Es tarde, pero es nuestra hora…
[1] He desarrollado este punto es MARTINEZ OCAÑA, E., Espiritualidad para un mundo en emergencia, Narcea, 2018, 2ª ed., pp.17-22
[2] El primero en hablar de la inteligencia espiritual fue ZOHAR, Danah en el año 2000. ZOHAR, D., E - MARSHALL, I.( 2001) Inteligencia espiritual, Plaza Janés, entre los escritores españoles destaca TORRALBA, F., con su obra (2014) Inteligencia espiritual ,Plataforma Actual, que lleva 6 ediciones.
[3] WONPNER, F., (2008) Inteligencia holística, Universidad de los Lagos, inteligencia holística”. “Este tipo de inteligencia se basa en el uso constructivo de puntos de vista alternativos y en evolución de la realidad y de las formas múltiples de conocer, no se limita solamente a los aspectos intelectuales y reduccionistas de un problema, sino que se goza en la complejidad y enriquece todas las relaciones o implicancias que están presentes en él. Se platea también la hipótesis de que la inteligencia holística está relacionada con el uso simultáneo de ambos hemisferios cerebrales y que, en el ámbito del desarrollo de las personas, se puede estimular este tipo de inteligencia con ejercicios que combinan el uso de ambos hemisferios cerebrales alternadamente. Quien lleva ya varios años profundizando en este tipo de inteligencia y cómo educarla es GALLEGOS NAVA, R. .. (2001) La Educación del Corazón. Doce principios para las escuelas holistas. Ed. Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara, México. . (2001) Una visión integral de la educación. El corazón de la educación holista. Ed.Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara, México. (2003) Aprender a Ser. El nacimiento de una nueva conciencia espiritual. Ed. Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara, Méxi0; (2003) Pedagogía del Amor Universal. Una visión holista del mundo. Ed. Fundación Internacional para la Educación Holista. Guadalajara, México
[4] Un estudio reciente hecho a 150 países, que explicita Andrew Fanning en esta entrevista, demuestra que ninguno de ellos satisface las necesidades básicas de sus ciudadanos con un nivel de uso de recursos globalmente sostenible.
[5] Recomiendo vivamente la lectura de este libro, con muchos datos y bien documentados, del gravísimo momento que vivimos y de los mecanismos de negación con los que nos los ocultan y multitud de propuestas muy concretas y a diversos niveles para evitar la catástrofe climática. VARGAS, F., La humanidad en peligro, Ed Siruela, 15 febrero, 2020.
[6] Con mucha claridad pone de relieve que para intentar acabar con esta ignorancia escribe este libro con la finalidad de informar de las consecuencias del calentamiento global y de la gravísima situación en la que estamos..
[7] <<Prologo>> de Yayo Herrera en PADILLA, J. y GULLÓN Epidemiocracia. Nadie está a salvo si no estamos todos a salvo, Madrid,Capitán Swing, 2020, p.10, citado por MATEOS, O., El Shock pandémico, Cuadernos CiJ, nº 221, Enero 2021.p.6
[8] Son muchas las voces que así lo declaran, en España destaca la de la activista de Ecologistas en Acción y Antropológa HERRERO, Yayo , basta escuchar sus múltiples intervenciones, conferencias, escritos para verificarlo. Yo aquí sólo dejo constancia de una de sus últimas y muy completa conferencia en el Foro Gogoa en Enero de este año 2020 https://youtu.be/BoDObApEcWA ¿Qué tiene que ver el ecologismo con el feminismo?
[9] https://docplayer.es/12392186-Saber-cuidar-el-nuevo-paradigma-etico-de-la-nueva-civilizacion.html, BOFF.,, L y TORO B., Bogotá y Petrólis, Noviembre, 2009
[10] Tomado de Martinez Ocaña, E., Es tarde, pero es nuestro hora, 2020, pp.119-120
[11] Algunos datos significativos de nuestro país: En 2018 los grandes bancos españoles incrementaron sus beneficios al 22%, acumulando una ganancia de 100.000 millones de Euros. En 2019 la remuneración de los consejos de administración de las empresas del Ibex creció el 7%. Fuente: https://www.el saltodiario.com, “¿Esto lo arreglamos entre todos?. El (im)posible milagro español. Pedro Ramiro, Erika Gonzalez, 3 de mayo 2020. Otros no menos significativos: en 2008 unas 200 familias pasaron de ganar 108.000 millones a 266.473 millones en 2020, el valor de su patrimonio se triplicó. Familias que siguen teniendo hoy muchísimo poder en todos los ámbitos. Estos y muchos más datos es VILLENA, A, Redes de poder en España, Rocaeditorial, 2019
[12] GRÁCIO DAS NEVES, Rui Manuel, “Apuntes para una eco-espiritualidad holística” http://www.servicioskoinonia.org/relat/400.htm
[13] Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus, Galaxia Gutemberg, 2020, p.35.