¿VUELTA A LA ESPIRITUALIDAD ?
I. VUELTA ¿A QUÉ ESPIRITUALIDAD?.
1- Uso cotidiano del término espiritualidad y su problemática.
2- ¿Qué entendemos por espiritualidad?. Espiritualidad / Realidad.
II. ¿CON QUÉ ESPÍRITU AFRONTAMOS HOY LO REAL?. EL ESPÍRITU COMO ALIENTO DE VIDA (Ez. 37).
1- "El espíritu del Señor me llevó, dejándome en un valle lleno de huesos... eran muchísimos y estaban calcinados" (37, 2-3).
2- "Hijo de Adán, ¿podrán revivir esos huesos?... Tú lo sabes Señor" (37, 3).
3- "Yo os voy a infundir espíritu para que reviváis" (37, 5).
4- "Ven aliento desde los cuatros vientos y sopla en estos cadáveres para que revivan."(37,10a)
III. VUELTA A UNA ESPIRITUALIDAD EN LA QUE EL ESPÍRITU SE HACE CUERPO.
1- "Penetró en ellos el aliento, revivieron y se pusieron en pie: era una muchedumbre inmensa" (37, 10b).
1.1- Cuando el Espíritu se hace cuerpo en nuestro mundo.
1.2- Cuando el Espíritu se hace cuerpo en nuestro cuerpo.
¿VUELTA A LA ESPIRITUALIDAD ?
El momento en que me puse a elaborar esta conferencia coincidió con la publicación del último Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y tengo que confesar que, una vez más ese demoledor informe de la demencial o diabólica distribución de la riqueza y sus inhumanos resultados, me dejó helada la pregunta que constituye mi intervención: ¿Vuelta a la espiritualidad?.
Más que respuestas me brotaban preguntas: ¿Podemos hablar de espiritualidad sin acoger estos datos de la realidad? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la espiritualidad?. ¿A qué espiritualidad estamos volviendo?. ¿Es posible esperar que estemos volviendo a una espiritualidad capaz de reaccionar ante la situación de crisis generalizada en la que nos encontramos?
Con más interrogantes que respuestas me embarqué en el desarrollo de este tema y, sin estar muy convencida de acertar en el enfoque, paso sin mas a compartir el resultado de mis búsquedas.
I. VUELTA ¿A QUÉ ESPIRITUALIDAD?
1. Uso cotidiano del término espiritualidad y su problemática.
Espiritualidad, según el Diccionario de la Lengua Española, [1] en la acepción más próxima al objeto de esta ponencia, se define como "conjunto de ideas referentes a la vida espiritual". "Vida espiritual" se define, a su vez, como "Modo de vivir arreglado a los ejercicios de perfección y aprovechamiento en el espíritu" y, puesto que "Espíritu" se define, en su primera acepción, como "Ser inmaterial y dotado de razón", comprobamos que en el uso habitual de nuestra lengua, la palabra espiritualidad se usa para expresar lo contrapuesto a lo material, corporal, temporal. Porque, queramos o no, en el universo simbólico de nuestro pueblo, la palabra espíritu sigue siendo algo contrapuesto a materia y la identificación de espiritualidad con inmaterialidad sigue vigente en muchas mentes.
En los cursos que imparto a laicos y laicas sobre espiritualidad, comienzo con una lluvia de ideas sobre lo que les sugiere esta palabra y me sigue sorprendiendo lo poco que, de hecho, cambia el universo de significados: un bloque de contenidos va en esta línea de identificar lo "espiritual" con lo no material, lo no carnal, el no disfrute de la vida, lo no temporal; y otro bloque de contendidos hace referencia al mundo de la oración, meditación, celebración, lo "que tiene que ver con "lo religioso", "lo de Dios".
”Ser espiritual” , para mucha gente, sigue siendo la renuncia al goce y disfrute de la vida, del cuerpo. Es dedicarse a las cosas “divinas” como la oración pero no a la
política y a la economía, ni a la cultura, ni a las cosas cotidianas como hacer la comida, limpiar la casa, ni a la lucha por la supervivencia, ni al esfuerzo por l momento en que me puse a elaborar esta conferencia coincidió con la publicación del último Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y tengo que confesar que, una vez más ese demoledor informe de la demencial o diabólica distribución de la riqueza y sus inhumanos resultados, me dejó helada la pregunta que constituye mi intervención: ¿Vuelta a la espiritualidad?.
Más que respuestas me brotaban preguntas: ¿Podemos hablar de espiritualidad sin acoger estos datos de la realidad? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la espiritualidad?. ¿A qué espiritualidad estamos volviendo?. ¿Es posible esperar que estemos volviendo a una espiritualidad capaz de reaccionar ante la situación de crisis generalizada en la que nos encontramos?
Con más interrogantes que respuestas me embarqué en el desarrollo de este tema y, sin estar muy convencida de acertar en el enfoque, paso sin mas a compartir el resultado de mis búsquedas.
I. VUELTA ¿A QUÉ ESPIRITUALIDAD?
1. Uso cotidiano del término espiritualidad y su problemática.
Espiritualidad, según el Diccionario de la Lengua Española [2], en la acepción más próxima al objeto de esta ponencia, de define como "conjunto de ideas referentes a la vida espiritual". "Vida espiritual", se define, a su vez, . Se comprende, por tanto, su significado a partir de "espiritual". "Este término se utiliza en cuatro sentidos: primero se refiere a lo anímico o psíquico; segundo a lo que es inmaterial, sólo espíritu; tercero se aplica a las personas de espíritu sensible y cultivado o a las cosas en que predomina el espíritu sobre lo material; cuarto se habla de espiritual por oposición a lo que es temporal, de carácter religioso"[3].
Por tanto, en el uso habitual de nuestra lengua, la palabra espiritualidad se usa para expresar lo contrapuesto a lo material, corporal, temporal. Porque, queramos o no, en el universo simbólico de nuestro pueblo, la palabra espíritu sigue siendo algo contrapuesto a materia y la identificación de espiritualidad con inmaterialidad sigue vigente en muchas mentes.
En los cursos que imparto a laicos y laicas sobre espiritualidad, comienzo con una lluvia de ideas sobre lo que les sugiere esta palabra y me sigue sorprendiendo lo poco que, de hecho, cambia el universo de significados: un bloque de contenidos va en esta línea de identificar lo "espiritual" con lo no material, lo no carnal, el no disfrute de la vida, lo no temporal; y otro bloque de contendidos hace referencia al mundo de la oración, meditación, celebración, lo "que tiene que ver con "lo religioso", "lo de Dios".
”Ser espiritual” , para mucha gente, sigue siendo la renuncia al goce y disfrute de la vida, del cuerpo. Es dedicarse a las cosas “divinas” como la oración pero no a la política y a la economía, ni a la cultura, ni a las cosas cotidianas como hacer la comida, limpiar la casa, ni a la lucha por la supervivencia, ni al esfuerzo por transformar este mundo, ni a la búsqueda de felicidad y el descanso necesario. Todo esto son cosas muy humanas, no espirituales.
Ya hace muchos años José María Castillo decía: "Eso significa que cuando hablamos así de espiritualidad en realidad nos referimos a algo que no existe tal como la imaginamos, porque en nuestra vida real no existe ninguna realidad que no esté vinculada a lo material y temporal. La espiritualidad se convierte así en una abstracción y eso conlleva una serie de comportamientos que, de hecho, degradan la espiritualidad" [4].
El mismo autor recientemente volvía a denunciar: "Lo más entrañablemente humano resulta ajeno a la espiritualidad. Por esto adentrarse por los caminos de la espiritualidad significaría renunciar a algo esencial a sí mismo y, por tanto, irrenunciable. Las personas quieren ser felices y tienen derecho a serlo. Una espiritualidad que entra en conflicto con una aspiración tan profundamente humana está llamada al fracaso" [5].
Sorprendentemente mi experiencia repetida es que aún sigue predominando, en el uso cotidiano, una antropología dualista que sustenta esta concepción de la espiritualidad.
2. ¿Qué entendemos por espiritualidad?
Soy consciente de las dificultades con las que, aún hoy, la reflexión teológica se encuentra para precisar sus posibles significados [6], y no es el objetivo de esta intervención hacer un análisis exhaustivo del término [7], sino explicitar por cuál de sus acepciones nos decantamos en este momento.
En el mundo cultural semita, como sabemos por la Biblia , "espíritu" [8] no se opone a materia ni a cuerpo, sino a maldad, carne, muerte (la fragilidad de lo que está destinado a la muerte), a ley (imposición, miedo castigo.)
"En este contexto semántico, "espíritu" significa vida, construcción, fuerza, acción, libertad. El espíritu (la "Ruah") no es algo que está fuera de la materia, sino que está dentro, que habita la materia, el cuerpo, la realidad y les da vida, les hace ser lo que son, los llena de fuerza, los mueve, impulsa, los lanza al crecimiento y a la creatividad en un ímpetu de libertad" [9]. Es como el hálito de la respiración.
El espíritu no es otra vida sino lo mejor de la vida.
Algo es espiritual por la presencia que en sí tenga de espíritu.
Según lo dicho, podríamos decir que "el espíritu de una persona es lo más hondo de su propio ser: sus motivaciones últimas, su ideal, su utopía, su pasión, la mística por la que vive y lucha y con la cual contagia a los demás "[10].
Entendido así, el espíritu es la dimensión de mas profunda calidad que el ser humano tiene [11].
Podemos entender la espiritualidad de una persona o de una determinada realidad como su carácter, como el hecho de vivir o de acontecer con espíritu, sea el que sea." Su espiritualidad será la talla de su propia humanidad.
La espiritualidad, así entendida, es patrimonio de todos los seres humanos. Es también una realidad comunitaria, es como la conciencia y la motivación de un grupo, de un pueblo. Cada comunidad tiene su cultura y cada cultura tiene su espiritualidad. "[12]
El espíritu (la espiritualidad) de una persona, comunidad, pueblo es, en esta acepción "macroecuménica", como frecuentemente la llama Pedro Casaldáliga, es su motivación de vida, su talante, la inspiración de su actividad, de su utopía, de sus causas, independientemente de que éstas sean mejores o peores, buenas o malas.
Entendemos, por tanto, que el espíritu de un sujeto, colectivo o pueblo es su forma de ser y relacionarse con la totalidad de la realidad, con lo que ésta tiene de trascendente y de histórica.
Preguntarnos por la "vida espiritual" es, por supuesto, preguntarnos por el cultivo del silencio, meditación, contemplación pero igualmente por la vida social y cívica, por el compromiso sociopolítico, por el uso del dinero y del tiempo, por la seriedad y honradez en el trabajo, por sus modos de buscar la felicidad, etc.
Lo espiritual entendido como una dimensión del ser humano, individual y socialmente considerado, es una realidad que tiene su autonomía pero "sólo una autonomía relativa que necesita ser sustentada por condiciones no espirituales, en las que debe encarnarse y expresarse y a las que ilumina y transforma" [13].
La espiritualidad debe enmarcarse en perspectivas estructurales más o menos dialécticamente entrelazadas. Cada dimensión es co-determinante y co-determinada por otras.
La realidad histórica está compuesta por diversas dimensiones: lo espiritual y lo material, lo individual y social, lo personal y lo estructural, lo trascendente y lo inmanente, lo cristiano y lo humano, lo sobrenatural y lo natural, la contemplación y la acción,etc. que se dan en unidad y en mutua dependencia.
"Esta unidad diferenciada no es fácil de mantener ni en la relativa y debida autonomía de las distintas dimensiones ni en su proporcionada y adecuada conexión, porque no cualquier espiritualidad puede corresponder a determinadas condiciones ni cualquier condición histórica es unificable a determinadas formas de espiritualidad. Se requiere, en consecuencia, una permanente alerta y comprometido discernimiento de los cambiantes signos de los tiempos y de las determinadas practicas históricas, que sean realmente una respuesta adecuada" [14].
Si entendemos, por tanto, que "espiritualidad es el espíritu con que se afronta lo real, la historia en que vivimos con toda su complejidad, se podrá entonces hablar de qué espíritu es adecuado y de cuál no, pero cualquiera de ellos está remitido a lo real para confrontarse con ello y para decidir qué hacer de ello" [15].
En esta concepción, preguntarnos qué espiritualidad tenemos, significa preguntarnos qué espíritu nos mueve en nuestro acontecer cotidiano, con qué espíritu afrontamos lo real.
Éste es en definitiva, creo yo, el objetivo de esta IX semana andaluza de Teología: "Vivir el Espíritu de Jesús, hoy". Es decir, preguntarnos si nos dejamos mover, re-hacer nuestras vidas y estructuras: familiares, sociales, cívicas, políticas, religiosas, por el Espíritu de Jesús o por otros espíritus y si somos capaces de vivir el Espíritu de Jesús con fidelidad creativa o no.
II. ¿CON QUÉ ESPÍRITU AFRONTAMOS HOY LO REAL?. El espíritu como aliento de vida (Ez. 37).
Muchísimos son los "espíritus" con los que afrontamos la realidad.
Unas veces, conscientemente o no, movilizados por el "espíritu del capitalismo" [16] neoliberal, por la espiral de la violencia, por el espíritu mercantilista y la trivialización de la vida, pasamos por ella produciendo y/o apoyando estructuras que generan muerte, injusticia, violencia, inmanencia cerrada, sin sentido.
Otras veces nos dejamos mover y configurar por espíritus, que brotando de lo mejor de nosotros mismos, producen vida, justicia, paz, esperanza, sentido. Espíritus que no siempre son nombrados con categorías religiosas pero que hunden sus raíces en la dimensión última del ser humano, allí donde brota el impulso humanizador que, desde dentro, empuja hacia su actualización [17]. Es decir, hacia el desarrollo de un ser humano cabal, hacia donde nos jugamos el logro de una verdadera humanidad. Espíritus que, desde nuestras categorías cristianas, podemos leer como "gemidos del Espíritu de Jesús".
Más allá de los diversos modos con los que, de hecho, nos situamos ante la realidad, ésta está ahí y nos pide "honradez con su verdad, fidelidad a sus desafíos" [18] y esperanza que estimule la utopía [19]. Éste es, en mi opinión, el modo "espiritual" de afrontar la realidad y generar futuro.
Por ello, no voy a centrar mi intervención en el análisis crítico de los diversos movimientos espirituales de nuestro mundo,existe una buena y abundantísima bibliografía sobre el tema.
Acertadamente o no, he elegido situarme, oteando el horizonte de nuestro mundo, intentando ser honrada con la realidad, desde una actitud positiva y de esperanza. Por un lado,pretendo rescatar lo que de posibles "gemidos inefables del Espíritu" podríamos descubrir en la realidad dolorosa de tantos mujeres y hombres de hoy. Y, por otro, soñar propositivamente. Proponer utopías de una vida más espiritual a partir de lo que ya apunta como real, aunque esté mezclado el trigo con la cizaña. Porque lo real no es sólo lo que la realidad da de sí en el aquí y ahora de la historia, sino que también es real lo que esta realidad contiene en esperanza, lo que está llamada a ser y además está posibilitada para serlo [20].
En este acercamiento a la realidad nos dejamos guiar por la mirada profética y esperanzada de Ezequiel.
1."El espíritu del Señor me llevó, dejándome en un valle lleno de huesos... eran muchísimos y estaban calcinados" (37, 2-3).
Esta imagen del profeta Ezequiel, escrita cuando el pueblo está desterrado, destruido y sin horizontes, puede ser una buena simbolización de nuestro planeta: un valle lleno de huesos calcinados.
El Espíritu del Señor conduce allí al profeta y no le permitió cerrar los ojos ante esa realidad, sino que le hizo "pasar revista", mirar atenta y lúcidamente, constatar la magnitud de la muerte: "eran muchísimos".
Si tuviéramos que nombrar con una sola palabra la situación de nuestro mundo quizá la más significativa fuera la de "crisis".
Crisis de civilización que está provocando un cambio de paradigma: Crisis de la bolsa, crisis económica, crisis política, crisis ecológica, demográfica, institucional, crisis del estado del "bienestar", crisis social, crisis de las familias, crisis de sentido, crisis del sujeto, crisis ética y religiosa [21].
La palabra "crisis" esconde muchos de nuestros "huesos calcinados". Llevados por el espíritu de la honradez con lo real, vamos a "pasar revista" a algunos de ellos. El complejo panorama que se nos abre delante podríamos aglutinarlo en dos grandes bloques:
Los muertos por "falta de pan". La muerte ocasionada por las estructuras y sistemas político-económico-social, imperantes.
Los muertos por vivir de "solo pan" o "a pesar del pan". La muerte producida por la crisis antropológica y cultural: crisis de valores, creencias, ideas, sentido, crisis del sujeto, etc.
Mirándolos atentamente podemos identificar con más detalle cada uno de ellos.
- Los muertos por "falta de pan".
· Huesos calcinados por la injusticia, la desigualdad creciente, la insolidaridad.
.
Los datos los sabemos, las imágenes nos bombardean pero no parece que nos movilicen suficientemente. Nos hablan de las víctimas por falta de pan: el pan material, el pan de la sanidad, el pan de la cultura, etc. El último informe del PNUD nos da unas cifras abrumadoras: unos 1.300 millones de personas tienen que vivir con menos de un dólar al día y casi 3.000 millones, con menos de dos dólares diarios [22]. La esperanza de vida en Africa subsahariana sigue siendo de sólo 50 años [23]. La desigualdad se hace cada vez más abismal: la fortuna de los tres hombres más ricos del planeta (Bill Gates, el sultán de Brunei y Warren E. Buffet) supera el producto nacional bruto de los 48 países menos adelantados. Las 225 personas más ricas del mundo poseen tanto como el 47% de la humanidad [24]. De los 4.400 millones de personas que viven en los países en desarrollo, 2.600 millones no tienen saneamientos básicos, casi un tercio carece de agua potable [25]. El calculo del costo adicional para lograr el acceso universal para agua y saneamiento ascendería a 9.000 millones de dólares, mientras que, en cosméticos, sólo en Estados Unidos se han gastado 8.000. millones de dólares y en Europa, en cigarrillos, 50.000 [26]. El informe confirma que aún persiste una gran disparidad de género en la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer, y constata de nuevo que son las mujeres y los niños los más golpeados por la injusticia y la pobreza [27].
Pobreza y miseria que provoca las grandes mareas migratorias de las que nos defendemos. ¿Cuántos muertos en las pateras llevamos ya en este año?.
Estos datos por mencionar algunos. La realidad está ahí y nos cuestiona a tod@s cuando vamos a celebrar el 50 aniversario de la declaración de los derechos humanos. ¿Hay alguno más sagrado que el derecho a vivir dignamente?.
· Huesos calcinados por un comercio con la muerte.
Cuando este informe de la ONU nos pone delante de los ojos las prioridades mundiales, expresadas en gastos, nos encontramos con que el gasto máximo, 780.000 millones de dólares pertenece a los gastos militares, es decir, a fomentar y mantener guerras, a ser posible en el tercer mundo, que producen cada vez más muertes en la población civil [28] (el 90%); 400.000 millones de dólares destinados a drogas y estupefacientes; 105.000 a bebidas alcohólicas.[29] ¿Cuánto beneficio se saca del tráfico de mujeres y niños para la prostitución, y un trabajo de esclavitud?. No menos "huesos calcinados" nos revela hoy la expoliación del planeta y la degradación del ecosistema, la amenaza de la biodiversidad, el agujero de la capa de ozono, la contaminación ambiental. Todo es, o puede ser, objeto de comercio y ganancia aunque nos estemos jugando el futuro del planeta.
· Huesos calcinados por el fanatismo, el integrismo, la violencia .
No sólo por la violencia de la guerra, sino por sus múltiples manifestaciones: tortura físicas y psíquicas, chantajes, secuestros, distorsiones, atentados, violaciones, transgresión de los derechos humanos. Violencia económica, política, social, doméstica,religiosa. La violencia del patriarcalismo y androcentrismo dominante en nuestro mundo (en 1997 han sido 91 las mujeres asesinadas por sus maridos o compañeros, en España.). El bombardeo de los medios de comunicación exaltando la violencia o normalizándola. La amenaza creciente de los movimientos neonazis y fundamentalismos varios. La intransigencia impositiva, el miedo, la amenaza, las excomuniones, imposiciones de silencio como modo de resolver los conflictos y las diferencias. Todo ello produce muerte física, psíquica y espiritual.
- Los muertos por vivir de "solo pan".o "a pesar del pan."
· Huesos calcinados por un individualismo consumista [30] y hedonista. En nuestros primeros y "civilizados" mundos nos encontramos con esta paradoja: sobrabundamos en productos de consumo y medios para consumir pero morimos de hambre y de sed de algo más que "pan y circo". Suicidios crecientes, depresiones, estrés generalizado, angustia flotante, soledad, sin sentido, pérdida de valores y utopías movilizadoras. Es la cultura del vacío y del fragmento propia de nuestra post-modernidad [31]. Vivimos un nihilismo consumado que se experimenta sin angustia, ni tragedia [32]. Parece como si estuviéramos instalados cómodamente en la "insoportable levedad del ser" [33].
Un individualismo hedonista que entiende la autonomía como un vivir sin trabas, ni vínculos, sin trascendencia, sin arraigo más allá de sí mismo. Un intimismo cálido pero narcisista, curvado sobre sí mismo, sin memoria y sin proyecto, sin responsabilidades ante el otro y lo otro [34]. El esteticismo de la vida, la trivialización, el narcisismo. En definitiva la incapacidad para amar y trascenderse son enfermedades que nos van matando poco a poco.
· Huesos calcinados por las diferentes formas de desintegración religiosa propia de la posmodernidad
La situación religiosa no se escapa a esta realidad, algunos analistas denominan esta época como "post-cristiana", hablan de una "radicalización de la ruptura de la cultura posmoderna con el cristianismo, de una segunda secularización" [35] o de la "radicalización de la secularización. Es decir, el hecho de la extensión de la increencia, sobre todo bajo la forma de indiferencia religiosa" [36]. O lo que Certeau denominó como el "estallido del cristianismo" [37]. "La religión en fragmentos", "la religión disgregada" [38], "religión a la carta" como algunos denominan a la forma que adquiere la religión en el movimiento de la "Nueva Era" [39].
Como compensación a esta desintegración religiosa han surgido en todo el mundo innumerables movimientos pseudo religiosos, pseudomísticos, en los que no solo se fomenta, interesadamente, la evasión de la realidad, sino donde en muchos de ellos se recurre al ocultismo y a la magia más o menos negra. Proliferan además, sectas destructivas que utilizan, manipulan, despersonalizan y conducen tantas veces incluso a la muerte física, al suicidio.
Desde esta situación, ¿se atisban signos de esperanza de la vuelta a una nueva y fecunda espiritualidad, a una espiritualidad que dé vida a este mundo?.
2. Hijo de Adán, ¿podrán revivir esos huesos?..."Tú lo sabes Señor"(37,3)
Esta es la gran pregunta que nos atenaza, ¿hay alguna salida para esta situación?.
Los analistas no nos dan buenas perspectivas. Parece que lo razonable es la desesperanza.
Los defensores a ultranza del Neoliberalismo nos quieren hacer creer que no hay salvación fuera del sistema y que éste es el menos malo de los posibles.
Han pasado los años de las grandes utopías, de los sueños de un mundo mas justo a corto plazo, de las conquistas irreversibles de los pobres, de las liberaciones al alcance de la mano. La realidad hoy nos muestra toda su crudeza, las estructuras evidencian su fuerza y su contundencia. Parece que no hay lugar para la esperanza.
El profeta Ezequiel tampoco veía salida, pero no se queda en la inmanencia cerrada, en el resultado de lo que ven sus ojos, apela a la esperanza, a la confianza en que pueda haber una salida que él desconoce: "Tú lo sabes, Señor".
"Cuando los horizontes se cierran", (es el título del último libro de Elsa Tamez) sólo queda aferrarse a la esperanza, no perder la capacidad de "soñar utopías" que generen la fuerza suficiente para que algún día puedan convertirse en "topías".
¿Cómo hacer de la esperanza camino hacia un futuro mejor?, ¿Sólo queda esperar sin poder hacer nada?
"Me ordenó: conjura así a esos huesos: Huesos calcinados, escuchad la palabra del Señor" (37,4).
Hay una propuesta que parece absurda,: ¿Cómo conjurar y pedir que escuchen a unos huesos calcinados?, ¿qué eficacia podrían tener unas palabras para quien no tiene oídos para oír?.
Sin embargo, el mandato está claro: tú conjura, haz de tu boca el lugar de la conjura, haz de tu boca el lugar de la protesta y la llamada, aunque creas que no te van a oír.
¡Cuantas veces en la Biblia aparece esta disculpa nuestra tan comprensible!: no van a oírme, no querrán escucharme, ¿para qué hablar si no sirve de nada?, ¿para qué manifestarnos, hacer acampadas, movilizarnos, denunciar, enviar escritos..., si no hay resultados, si parece que hacemos el ridículo y se ríen de nosotros?.¿Para qué empeñarnos en transformar la educación y la cultura y la sanidad , si las estructuras permanecen ahí inamovibles?¿Para que decir la palabra de tu honradez profesional no pactando con ninguna corruptela si siempre habrá aprovechados que lo hagan?...
Una vez más necesitamos oír esa Palabra "tú conjura a esos huesos"(37,5) "conjura al aliento, conjura hijo de Adán, diciéndole: escuchad la Palabra del Señor".(37,9). Abre no sólo los ojos para ver, sino los oídos para escuchar su Voz. ¿Cómo escuchar tu Voz entre las voces?. ¿Dónde resuenan hoy tus palabras, una vez más, expresadas en palabras humanas ambiguas y poco claras?.
Dejemos que el profeta nos interpele a la escucha, que nos incite a pedir unos oídos atentos para escuchar el susurro del Espíritu en tantas lenguas distintas, en tantas realidades variadas y complejas, en tantas búsquedas equivocadas a veces, en tantos deseos desorientados y manipulados. Pero, ¿qué nos esta diciendo ahí su Espíritu?.
3. "Yo os voy a infundir espíritu para que reviváis" (37,5.6).
El sujeto protagonista de la vida nueva para el pueblo no será el profeta y es bueno que eso el mismo porfeta lo tenga claro. "Yo", dice el Señor, seré el que, una vez más, como en una nueva creación, soplaré sobre este nuevo "Adán", colectivo también como el Adán primigenio para que, donde había un pueblo destruido, un cuerpo sin espíritu, sin vida humana, aliente la vida que hace de los huesos calcinados un pueblo nuevo, del barro un ser humano.
Hoy necesitamos con urgencia creernos estas palabras, no sólo los creyentes en el Dios de Jesús, sino todos los que, bajo el nombre que sea, invocamos al Trascendente. Necesitamos un corazón esperanzado que nos ayude a unirnos con la confianza que da saber que no luchamos solos contra las fuerzas del mal, contra los demonios de nuestro mundo que producen muerte
Será una esperanza contagiosa que ayude a adherirse a ella a otras muchas personas que también confían en que las fuerzas del bien, que anidan en nuestro corazón humano, son más resistentes y auténticas que las del mal. Aquellos que creen en la posibilidad de que los seres humanos despertemos del "sueño de la cruel inhumanidad" [40] en que vivimos y luchemos contra toda forma de muerte,.que confían en el dinamismo de la Madre Tierra , del Cosmos y su potencialidad constructiva en medio del caos y la misma destrucción,que esperan en el Dios de la vida presente y activo en la historia de muchas maneras.
¡Ojalá que seamos capaces de unir nuestra esperanza activa a todas las personas esperanzadas del mundo, aunque no coincidamos en cual sea la razón última de ella!.
4. "Ven aliento desde los cuatro vientos y sopla en estos cadáveres para que revivan"(37,9)
El conjuro termina en una oración de súplica en nombre del Señor. "Así dice el Señor"..."Ven y sopla"
En el día de hoy, en lo que queda de mi intervención, quiero hacer un conjuro semejante, invocar al "aliento" que, desde "los cuatro vientos", llega hasta nosotros para permitirnos "ver", con la mirada de la profecía, que es posible que los cadáveres de nuestro planeta revivan.
Es verdad que, antes de la visión, el profeta escucha un trueno, y padece un terremoto. Quizá sean buenas imágenes para expresar nuestro momento. El trueno de la desintegración del sujeto, el terremoto de una situación acelerada de cambio que nos tiene, no ante el "schock del futuro" (como hace más treinta años nos advertía Toffler) [41], sino ante el "shock" del presente.
Estamos en ese momento, pero arriesgamos a confiar que es sólo el preludio anterior al momento en que empiecen a ensamblares "hueso con hueso", que empiecen los tendones a estirarse y la carne vuelva a los huesos calcinados y la piel se tense (37,8), en espera del "aliento" de vida.
Ésta no es sólo una esperanza ilusoria. En el mismo informe PNUD, se alienta a la esperanza: "La aceleración del progreso humano y la erradicación de las peores formas de pobreza humana se hallan a nuestro alcance pese a los retos y los retrocesos. Sabemos lo que se debe hacer. Y el mundo cuenta con los recursos necesarios para hacerlo" [42].
Por último, siguiendo la profecía de Ezequiel, queremos contemplar como el Espíritu se hace ya cuerpo en nuestro mundo y soñar propositivamente la utopía de una nueva.espiritualidad a la que desearíamos volver.
III. VUELTA A UNA ESPIRITUALIDAD EN LA QUE EL ESPÍRITU SE HACE CUERPO.
1- "Penetró en ellos el aliento, revivieron y se pusieron en pie: era una muchedumbre inmensa (37,10).
El aliento, en la visión profética de Ezequiel, viene de los cuatro vientos, penetra en ellos y acontece lo increíble: los huesos calcinados no solo reviven sino que "se ponen en pie". Se ponen en marcha para construir el pueblo nuevo, la nueva Jerusalén arrasada por los enemigos.
Son, sin duda, grupos minoritarios, "minorías habrahámicas", "profetas transgresores valientes y lúcidos" [43] en unos y otros lugares del mundo. Son movimientos, apenas incipientes algunos, pero que nos permiten no sólo soñar sino poder "ver" con el profeta, cómo los huesos calcinados se van ensamblando unos con otros y va penetrando en ellos un "nuevo espíritu" que los hace revivir, ponerse en pie y ser capaces de afrontar de un modo nuevo "lo real".
1.1- Cuando el Espíritu se hace cuerpo en nuestro mundo.
Utilizando libremente esta imagen metafórica vamos a enumerar algunas de las manifestaciones del aliento de vida, de los signos de esperanza, de nuestro mundo, procedentes de "los cuatro vientos", de todos los puntos cardinales. Signos muy variados, muchos de ellos contienen amenazas reales, pero también posibilidades y éstas son las que vamos a recordar junt@s.
Sobre nuestra realidad de muerte, sobre esos huesos calcinados que hemos visto y están ahí ante nosotros, podemos contemplar cómo el Espíritu que da vida está soplando ya su aliento. Aliento que se nos revela como:
Espíritu de justicia y solidaridad.
· Este espíritu ha provocado, de hecho, según el PNUD, cambios en algunos factores de crecimiento de nuestro mundo: en las tres últimas décadas la esperanza de vida en los países en desarrollo ha subido de 46 a 62 años, la tasa de alfabetización ha pasado del 48% al 70%, el acceso al agua potable en las comunidades rurales ha aumentado del 10% a cerca del 60% y la tasa de malnutrición se ha reducido en una cuarta parte. La mortalidad infantil en 1990 se ha reducido en más de la mitad. La matriculación en la escuela primaria y secundaria se ha duplicado con creces [44].
· Es el espíritu que hace crecer la conciencia ética y el convencimiento de que en este mundo nuestro, interdependiente, o nos salvamos juntos o nos destruimos juntos. La consciencia lúcida y profética que denuncia y desenmascara la causalidad y correlación entre la pobreza y la riqueza.
· Ante la desaparición de los grandes proyectos y utopías alternativas globales, propio de la posmodernidad, este espíritu se expresa en innumerables proyectos y compromisos parciales que van lentamente cosiendo "el manto de la solidaridad". Redes que van tejiendo la ciudadanía y promoviendo cauces de participación para luchar contra la pobreza. Grupos "artesanos de la justicia solidaria" [45] en este mundo a través de pequeños proyectos, pero reales y concretos, algunos de los cuales van tomando fuerza internacional: comercio justo; lucha contra el trabajo y explotación infantil, micro-préstamos para micro-empresas, experiencias de cooperativismo autogestionario
· Desvela su rostro en movimientos cada vez más fuertes de ciudadanos y ciudadanas que abogamos y tratamos de cultivar, en la cotidianidad, una cultura de la sobriedad ética y solidaria.
· Ante la profunda crisis ecológica en la que estamos inmersos, este espíritu va llevando a la sociedad y en parte a los gobernantes de los países a tomarse en serio una nueva conciencia ecológica mundial, liberadora y solidaria. Va favoreciendo no solo una ética planetaria que promueve el cuidado del ecosistema y de la biodiversidad del planeta, sino también una "ecoespiritualidad" que va calando en las personas y ampliando así la conciencia creciente de que "el ser humano se halla inmerso en una solidaridad de origen y destino con todos los demás seres del universo" [46].
Espíritu tolerante, constructor de paz.
· Que moviliza los pies de quienes hacen de su vida una lucha por construir una paz fruto de la justicia y se visiviliza en la denuncia por el comercio de armas sobre todo a los países más pobres y en un rechazo cada vez mas generalizado de los gastos en armamentos, en movimientos de objetores de conciencia, objetores fiscales etc. En definitiva, en un rechazo generalizado de la guerra y la violencia como camino para solucionar los conflictos
· Espíritu que cultiva cada vez mas, en nuestros contemporáneos, un talante de tolerancia política, social, jurídica. Los violentos van quedando aislados y se ven obligados a negociar y/o a deponer las armas. Se va implantando la mediación como un valor cultural y el camino de la negociación se impone.[47].
· Frente a los fanatismos, nacionalismos, xenofobias y movimientos neonazis este espíritu despierta la conciencia de vivir en un mundo cada vez más globalizado, más interdependiente, más comunicado, en sociedades más interculturales y que, por tanto, abre la mente para comprender que cada vez tienen menos sentido los ghetos y el encerramiento en "pequeñas fronteras" físicas, raciales, ideológicas, sexuales, religiosas.
· Este espíritu va provocando entre las grandes religiones un movimiento de salida de sus aislamientos, sospechas, competencias y condenas para que, reconociendo sus errores en el pasado, puedan ahora unirse en el descubrimiento de profundos lazos de comunión espiritual y a adherirse la llamada a colaborar junt@s en la construcción de la paz y la justicia [48].
Espíritu de liberación.
· Que mantiene vivos y activos, a pesar de todos los obstáculos, persecuciones y muertes, los movimientos, teologías y espiritualidades de la liberación, movimientos que buscan una liberación integral que nos permita vivir como seres humanos y, aún más, como hij@s y herman@s [49].
· Que hace crecer la toma de conciencia y los logros socipolíticos en la emancipación y reconocimiento de la igualdad, de hecho y de derechos, de las mujeres.
Espíritu que alienta hacia una "nueva humanidad"[50], que conduce a lo más hondo del ser humano. Espíritu personalizador
· En el mundo de la cibernética, de los ordenadores, de la realidad virtual y la navegación de los internautas,este espíritu despierta un deseo creciente de intimidad (intra e interpersonal), de profundización en la búsqueda del "yo profundo" que apunta al desvelamiento de lo mejor del ser humano. Es el descubrimiento creciente de la propia singularidad personal, "de aquella originalidad radical de nuestro yo que nos hace intransferibles con nadie, inhomologables con nada" [51]. Es éste un camino de personalización y hondura que apunta como signo de esperanza y reclama "mistagogos" del camino interior, del silencio y la meditación profunda, que ayuden a hacer de esta travesía un lugar de profundidad y trascendencia, de intimidad y responsabilidad ante la realidad.
· Un espíritu que denuncia la deshumanización a la que lleva el actual "desorden" establecido, la insuficiencia del bienestar económico y el consumo como dador de sentido de la vida y promueve una nueva búsqueda de la felicidad en el encuentro del individuo consigo mismo, en la búsqueda de la autenticidad, del encuentro interpersonal como caminos de humanización.
· Se manifiesta en una creciente atención y esfuerzo en la búsqueda y consecución de la propia autonomía y autoestima como camino de libertad y autenticidad, que no debe confundirse con el egocentrismo y el narcisismo.
· Ayuda a leer con una cierta esperanza la crisis religiosa y la proliferación de ofertas de salvación, como búsqueda de sentido personal.y como necesidad de vivir de experiencias, más que de verdades y dogmas en los que hay que creer por autoridad [52].
Espíritu contemplativo, religioso
· Se expresa en una gran necesidad de experimentar y sentirse religado "Al Absoluto", "a la realidad Última", a "Dios", en un doble camino: el "interpersonal", el reconocimiento del Absoluto como un Ser personal, en una relación "yo-Tu, en una comunicación que se hace diálogo y el "transpersonal": la Divinidad como "Misterio Absoluto", que no puede expresarse en ningún símbolo personal, cuya dinámica básica es apofática, el silencio como el lenguaje adecuado. Caminos que hoy reclaman integrarse, complementarse, no excluirse [53].
· Impulsa a la experiencia mística y al interés por los grandes místicos de las diversas religiones. Provoca un resurgir de la mística "sin credo y sin Iglesias"[54], como búsqueda de sentido, una mística que no solo recupera la experiencia del "encuentro" con el Misterio, en lo más profundo del ser, sino que se va perfilando como el deseo de buscar también una "mística de ojos abiertos" [55], una "mística de la misericordia" [56] y la solidaridad [57].
· Frente a la prisa, el estrés por hacer, correr [58], llegar, triunfar... ,este espíritu alienta hoy una reacción de búsqueda del silencio, de la interioridad, de la pausa como lugar de encuentro con la verdad, [59] de la cotidianidad como lugar de espiritualidad [60].
Espíritu lúcido y consciente
· Que vuelve a centrar la atención en los sujetos como agentes de su propia educación, desarrollo y crecimiento, la personalización y el despertar de la consciencia [61] como camino de crecimiento y madurez personal y social, como proceso para recuperar la salud psicológica y el cultivo de la espiritualidad [62]. Tony de Mello, uno de los grandes maestros espirituales de nuestro tiempo, dice que la “espiritualidad es la consciencia, el darse cuenta de la realidad. Despertarse es la espiritualidad porque solo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impiden la libertad. Esto es la iluminación” [63].
Sin duda, la búsqueda del despertar de la consciencia es una de las características de nuestro tiempo que tenemos que saludar con esperanza, porque la consciencia es la lucidez de la experiencia. Es la capacidad para ver la verdad de la realidad sin ser manipulado por las fuerzas de dentro o de fuera que intenta tapar y/o ocultar gran parte de la realidad [64].
· El relativismo dominante que puede ser fuente de nihilismo, este espíritu nos posbilita vivirlo como respeto ante el misterio [65]; como compromiso con lo parcial y concreto, sabiendo que es relativo y por tanto no absolutizando nada, pero viviéndolo con toda la fuerza que da la concentración en el "aquí y ahora", que es lo único que en cada momento se tiene.
Espíritu profético
· Espíritu que denuncia que no basta reconocer teóricamente la declaración de los derechos humanos sino que hay que reclamar la existencia de organismos internacionales y redes sociales que los hagan de hecho inviolables obligando a ello a los países y pueblos de la tierra.
· Protesta ante la injusticia de nuestro mundo, la violencia institucional y patriarcal.
· Desenmascara la mentira, la ignorancia interesada, la justificación cínica.
· Discierne entre la auténtica experiencia mística y las místicas para el consumo, las pseudomísticas de la exaltación emocional y la evasión de la realidad.
· Anuncia buenas noticias, alienta esperanzas, propone utopías realizables.
Espíritu integrador
· Que va quebrando dualismos antagónicos y seculares: natural-sobrenatural, humano-divino, cielo-tierra, sexualidad-espiritualidad, cuerpo-alma.
· Rompe las barreras cuerpo-espíritu.
El descubrimiento de que no "tenemos" un cuerpo sino que "somos" un cuerpo (con capacidad para la interioridad, con dimensiones trascendentes) ha devuelto a éste una hondura desconocida en otras épocas [66]. El reconocimiento de que la verdad que somos se expresa a través de nuestro cuerpo, no tenemos otro lenguaje, ha provocado un modo nuevo de relacionarnos y sentirnos.
Es cierto, que hemos pasado del desprecio y ascética del cuerpo [67] al culto a éste, con todo lo que eso supone de "idolatría" que produce muerte, pero también es verdad que el cuerpo se ha convertido en el lugar privilegiado de la experiencia y manifestación de una nueva espiritualidad corporal. El espíritu, o se hace cuerpo, es decir verdad corporal, o queda en una abstracción. El cuerpo en su vulnerabilidad, su expresividad y su capacidad de gozo se convierte en un lugar y ocasión para la gracia.
· Impulsa el diálogo ecuménico en todas las religiones de tal manera que algunos expertos describen este momento como "el umbral de una 2ª época axial que se caracteriza por un sentido profundo de comunidad entre las religiones, por una sabiduria interespiritual y un compromiso profundo para con la justicia y el medio-ambiente" [68].
Espíritu de la imaginación simbólica
· Que recupera la realidad como epifanía y sacramento del misterio
· Vuelve a recobrar los símbolos, los ritos, la danza, la expresión corporal como lugar de evocación y comunicación con el Misterio.
· Reivindica el derecho a gozar de la belleza y a descubrirla en los lugares más insospechados.
· Invita a celebrar la vida, recuperar la fiesta, el goce de vivir, el placer de ser y encontrarse, a comunicarse en verdad sin trabas ni tabúes.
"Parecen burbujas pero son semillas", así formula Luis Argüello su esperanza de que "el renacer de lo religioso", con toda su ambigüedad, esté anunciando una primavera [69].
Desde horizontes muy diversos, los que se han puesto en pie al soplo del Espíritu no buscan que alguien les ofrezca un muestrario de certezas sino caminos para desbrozar, compañía en una ruta que no tiene por qué conocerse de antemano. Buscan, en suma, compañeros de rutas, hombres y mujeres que van tras las huellas de una nueva espiritualidad a la que sí querrían volver.
Igual que entonces a Ezequiel, también hoy a nosotros, se nos ha concedido la gracia de ver esa muchedumbre inmensa puesta en pie y de escuchar estas palabras: "Esto dice el Señor:...infundiré mi Espíritu en vosotros para que reviváis, os estableceré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago- oráculo del Señor-" (Ez37,14).
Estos signos del Espíritu en nuestro mundo no serán posibles si los diferentes individuos que componen aquella muchedumbre inmensa no se dejan afectar en su individualidad por este soplo del Espíritu.
Vamos a hacer un "zoom" a esa muchedumbre inmensa con el fin de aproximar a esos nuevos seres humanos. Los vamos a contemplar con detalle, dejándonos asombrar por el milagro que acontece cuando un cuerpo humano se deja alcanzar por el Espíritu.
¿Cómo imaginar un pueblo nuevo formado por mujeres y hombres espirituales del siglo XXI cuyos cuerpos son trasparencia del Espíritu?. Responder, hoy, a esta pregunta es desafiarnos a vivir una espiritualidad a la que sí queremos volver.
1.2- Cuando el Espíritu se hace cuerpo en nuestro cuerpo.
Cuando el Espíritu de Dios se hizo cuerpo en el seno de una mujer, tuvo lugar la Encarnación. Esta afirmación, nuclear en la fe cristiana, no es algo que ocurrió en el pasado, sino que de distinta manera, pero también con verdad, sigue pasando siempre que consentimos al Espíritu de Dios que se haga cuerpo, es decir, verdad histórica, en nosotros y en nuestras estructuras [70].
Cuando el Espíritu alcanza el cuerpo, la materia, la historia, abre los sepulcros y pone en pie los huesos calcinados, hace trizas los dualismos milenarios para hacer posible una espiritualidad corporal o una corporalidad espiritual.
Terminamos nuestra exposición contemplando, como el profeta Ezequiel, la transformación de unos cuerpos (personales y estructurales) que se dejan alentar por el Espíritu, se re-hacen, se ponen en pie y se constituyen en criaturas nuevas, en pueblos nuevos.
¡Dejémonos asombrar por esa novedad que recorre cada uno de las partes de nuestro cuerpo cuando somos alcanzados por ese aliento de vida.
* La boca es el órgano de comunicación verbal y no verbal. Con ella se come, se gusta y se besa. Saber hablar y saber callar es sabiduría del encuentro.
A través de la boca, aprendemos desde niños a conocer la realidad, y ella sigue siendo, de adultos, un órgano de conocimiento y comunicación; por la boca se saborea y se gusta lo que en la vida alimenta nuestro cuerpo y nuestro espíritu. La boca sabe de besos, sacramentos del amor en sus diversos registros, del beso de la reconciliación y de la paz, de la ternura y de la pasión; ¡ojalá no sepa del beso de la traición.!
Cuando la boca es alcanzada por el Espíritu, puede ser el vehículo de una palabra que clama y denuncia, con valentía y libertad, todo lo que deshumaniza en nuestro mundo; palabra que desenmascara nuestras hipocresías, mentiras y falsas justificaciones, que habla para decir verdad, aunque pague cara esa palabra, para construir y levantar al caído, para consolar o enmudecer ante el dolor de los hermanos y hermanas. Boca que anuncia buenas noticias, que canta y proclama los caminos de liberación del pueblo.
Cuando a la boca se le concede gustar, saborear el paso del Espíritu en el gran "Cuerpo de Dios que es el mundo" [71], descubre sabores desconocidos, que alientan sentido, movilizan a la persona para buscar de lugares y experiencias donde alimentarse de palabras y encuentros místicos, trascendentes, que liberen de la trivialidad y el sin sentido.
“Que me bese con besos de su boca” (Cant.1, 2), dice la amada en el comienzo del canto de amor que es el Cantar de los Cantares y, como el amor es relación, los sentidos corporales se convierten en el lugar del sentir y gustar el amor que se expresa corporalmente como amor erótico y sexual. El cuerpo se transforma en lugar del amor gustado, porque “llamarada divina es el amor”(Cant.8, 6).
Necesitamos hoy recuperar el placer corporal, erótico sexual, como experiencia espiritual, como epifanía de la ternura, como lugar para sentir y gustar el Espíritu.
¡Que el Espíritu de Dios penetre nuestra boca personal y social y nos conceda el don de saber hacer de ella un instrumento de su paz, de su amor y su ternura, de su verdad y justicia!
* La palabra y el silencio entran en nuestro cuerpo por el oído, que es un órgano complementario de la boca, sede de la comprensión y la acogida, de la escucha respetuosa, que permite a las personas ser ellas mismas o cerrazón indiferente, sordera cómplice de los ruidos alienadores y evasivos.
Cuando el Espíritu llega al oído, lo convierte en oído de discípulo de la vida; capaz de escuchar sus palabras y sus silencios, sus gritos y sus susurros; capaz de reconocer en la realidad a la gran maestra de la vida. El oído se hace tolerante, apto escuchar la polifonía de lenguas de nuestro mundo como riqueza, sin que diluya su propia voz, sin imponerla. Oídos abiertos a la gran comunicación mundial, capaces de discernir ante la avalancha informativa sin dejarse aturdir o adormercer.
El oído aprende escuchar al Dios de la vida en las hermanas y hermanos del camino, sobre todo en aquellos que, por haber sufrido más, pueden enseñarnos una sabiduría que sólo se aprende mediante la escucha atenta.
Saber escuchar no es fácil, supone abrir el oído, exponerlo y disponerlo a una escucha hecha de acogida incondicional, sin juicios; a una escucha desde el mundo de referencias personales y culturales de los que nos hablan: desde sus valores, emociones profundas, marcos de referencias; supone descentramiento, silencio del yo, autenticidad. Todo ello es don y tarea, arte y técnica.
Saber escuchar la presencia del Espíritu en el rumor de la cotidianidad es algo que nos enseña de un modo sorprendente el hombre Jesús de Nazaret.
* El corazón es el lugar del amor, de la inteligencia amante. Sólo se conoce bien con el corazón. Espacio donde reside lo profundo del ser humano; donde resuena lo más hondo y denso de la vida; donde se guardan los recuerdos y se cultiva el deseo acariciado que se hará proyecto primero y fecundidad operativa después. El corazón es también lugar de la vulnerabilidad y de la consciencia.
Cuando el Espíritu alcanza el corazón, éste se transforma en el hogar de la misericordia entrañable, de la acogida incondicional, donde la palabra se hace carne y se fecunda la vida. Lugar de la amistad y el encuentro; casa abierta y compartida, especialmente para los sin lugar en la historia; espacio donde se unifica la memoria y la esperanza, donde cada persona recobra su dignidad y autoestima al saberse querida y aceptada por si misma. Sobre todo, lugar donde se fragua y se madura el amor.
Cuando el Espíritu alcanza el corazón, lo convierte también en un corazón contemplativo, capaz de palpitar ante el susurro del paso de su Señor en su mismo centro y en el centro de la vida y de la historia. Esta historia nuestra tan golpeada por el vacío, por la indiferencia religiosa, por la intranscendencia.
* Seguimos contemplando ese milagro del Espíritu alentando nuestro cuerpo y que alcanza ahora los ojos.
La verdad del corazón se expresa en la mirada. Los ojos, lugar de la lucidez. Éstos pueden abrirse o cerrarse; mirar y profundizar o pasar ajena y superficialmente; mirar y "tuificar" o cosificar.
Cuando el Espíritu alcanza los ojos, la mirada se transforma y se aprende a mirar mas allá de las apariencias, se conservan unos ojos lucidos e ingenuos, sencillos. La mirada se hace honrada con la realidad y desenmascara la mentira, descubre el valor de lo pequeño y oculto. Es una mirada que reconoce a las personas y pueblos como sujetos de derechos y los abre a la esperanza. Es una mirada que acaricia, que al poner los ojos en los otros los hace próximos, que descubre la belleza de la vida. Es una mirada que se conserva “casta”, virgen en su no-posesividad, en su limpieza e integridad. Mirada que no mata sino que devuelve y engendra vida personal y social.
* Las manos son el órgano que expresa nuestra capacidad de hacer, dar y recibir, son el lugar del tacto y del contacto, de la caricia y el abrazo.
Cuando las manos son alcanzadas por el Espíritu, nos revelan si conocemos el arte de adoptar actitudes fundamentales en la vida: saber pedir, extender nuestras manos y mostrar nuestra indigencia y necesidad del otro: la de .acoger lo que la vida nos trae, la necesidad fraterna más intuida que expresada, acoger y no querer controlar; la de elegir y empeñar en ello nuestra libertad, la libertad de quien no se siente prisioner@ del consumo, del acaparamiento, del poder; de actitud de. Ofrecer y ofrecerse, es decir, esperar respetuosamente para saber si el otro acoge el don. Así recibirán nuestras manos el don de saber ofrecer sin imponer, sin sentirse fuerte, rico, y además, con derechos.
Las manos, por la acción del aliento de vida, se transforman en instrumentos que cuidan la vida de nuestro planeta y protegen la biodiversidad. Nos hacen artesanos de una cultura de la sobriedad y se unen a otras manos para tejer el manto de la solidaridad y de la paz. Transforman lo monótono, caduco y trivial en lugar de la creatividad y el amor. En este arte llevamos ventaja las mujeres, ¿quién como nosotras sabemos de ello? Conocemos la sabiduría de poner amor y ternura en la belleza que no dura, en la comida que desaparece, en la ropa que se arruga de nuevo, en el orden que se desordena, en la limpieza que no brilla nunca (aunque los anuncios de la "Tele" digan otra cosa). Es un arte amoroso que merece la pena aprender y que no necesita posturas acrobáticas; es un arte al que, desde aquí, invito especialmente a los varones que aún no lo hayan aprendido porque produce unos efectos sorprendentes
Manos que, ungidas por el Espíritu, son capaces de no acaparar y compartir, no asir para sí sino para sostener al otro, apoyar, colaborar, acariciar, abrazar, curar. Mano tendida sin ruido y sin alarde en ese cotidiano pasar por la vida "echando una mano", haciendo el bien como se nos dice de Jesús.
¡Que su Espíritu haga carne en nosotr@s esta Palabra.!
* Las manos se complementan con los pies, órganos de la movilidad. Los pies nos posibilitan caminar en una u otra dirección y también permanecer en pie, estar sin más.Són el símbolo de la dirección y orientación de nuestra vida...
Cuando los pies son alcanzados por el Espíritu aprenden a caminar los caminos de la solidaridad, no pierden la dirección adecuada y, por tanto, no darán rodeos, sino que descubrirán el arte de hacerse “próximos” a toda persona, mujer u hombre, tirados en el camino. Sabrán permanecer en pie ante los crucificados de la historia; caminar, como María, hacia donde alguien esté a punto de dar a luz vida, proyectos, esperanza.
Caminarán construyendo la paz, cerrando el paso a quienes quieren hacer la historia desde la violencia, la intolerancia o los fanatismos.
También sabrán ir despacio, disfrutando del camino, aprendiendo a caminar al paso del amigo, y del extraño.
Serán pies buscadores, capaces de avanzar, peregrinos de sentido, junto a los pies de tantos hombres y mujeres que hoy piden compañeros de camino que arriesguen a buscar sin tenerlo todo claro, a roturar caminos nuevos aunque corran el riesgo de equivocarse.
Se descalzarán asombrados ante el misterio de la vida, de toda vida por muy insignificante que parezca. Aprenderán a danzar la danza de la vida, a disfrutar de los amigos y amigas, de las realidades sencillas y cotidianas que hacen la existencia más humana y gozosa; sabrán alegrarse y compartir la lucha por la vida sin trivializarla, sin hacer de su gozo una evasión ni una diversión egocéntrica e insolidaria, un vivir hedonista.
Así, nuestros pies, abrirán senderos donde los últimos de la historia sean los primeros que puedan llegar; y cederán el paso para que adelanten aquellos que nunca podrían llegar.[72]
Una utopía que puede hacerse “topía si pedimos la gracia de convertir nuestros pies en “artesanos” cotidianos de la justicia de nuestro Dios que vino a poner vida donde hay muerte y más vida donde hay mas muerte.
* Las entrañas son el lugar de la hondura humana. El dolor no es profundo hasta que no atraviesa las entrañas y parece romperlas. El gozo no es pleno si éstas no se alegran; el amor no alcanza su verdad si no brota y se afinca en las entrañas y es entonces cuando se hace no sólo verdad operativa sino entrañable ternura.
Las mujeres que han elegido dejarse penetrar y fecundar por el amor saben como nadie de ese milagro de unas entrañas que se hacen hogar de vida nueva, útero que se ensancha en dolor de parto, sorpresa admirada ante el milagro del amor siempre, de una u otra manera, fecundo.
Cuando el Espíritu alcanza las entrañas y se adhiere a ellas, las rompe de dolor ante las víctimas de la guerra, el hambre, la droga, la prostitución, la explotación infantil; entonces se conmueven las entrañas y éstas movilizan a toda la persona en ayuda de quienes, en el camino, permanecen tirados, asaltados por los ladrones de turno.
Ante el desconcierto y la perdida de orientación de quienes andan “como ovejas sin pastor”, las entrañas se revuelven y los ojos lloran deseando, como Jesús, acogerlos como la “gallina acoge a los polluelos bajo sus alas”. Las entrañas se hacen misericordia y experimentan el gozo de esperar, contra toda esperanza, que los hij@s y herman@ que han pedido su herencia y la han malgastado fuera de la casa paterno-materna, vuelvan algún día para celebrar con ellos el banquete del amor incondicional.
* El sexo es una realidad corporal que nos identifica como mujeres y hombres en la vida.
Cuando el Espíritu se hace cuerpo humano se expresa siempre en un cuerpo sexuado. No para hacer de la diferencia sexual subordinación, dependencia, inferioridad, sino para llevar a plenitud su verdad (según el proyecto de Dios, no de la verdad patriarcal) de la igualdad en la diferencia.
Dejar al Espíritu de Dios configurar nuestros cuerpos sexuados supone luchar contra toda manifestación de sexismo que niega, de hecho, la igualdad fundamental de las personas. Supone denunciar y rechazar todo comercio sexual que degrada al ser humano convirtiéndolo en mercancía de uso y abuso. Supone creer en la bondad de nuestro cuerpo sexuado como lugar de la comunicación y del encuentro amoroso, como lugar de la gracia festiva que se celebra en el placer del abrazo amoroso.
El espíritu nos ayudará a vivir y relacionarnos como seres humanos que hacen de las diferencias sexuales el lugar de la riqueza común compartida, “topía “de un mundo nuevo.
* El Espíritu "a flor de piel".
Por último, sabremos que el Espíritu ha alcanzado la totalidad de nuestro cuerpo si, nunca mejor dicho, lo llevamos "a flor de piel".
La piel es nuestra envoltura corporal, abarca todo lo largo y lo ancho de nuestro cuerpo, nos limita, contiene y protege. Es el lugar del intercambio, de la interacción, del tacto y el contacto, de la caricia y el golpe, del placer y el dolor. Espacio de la diferenciación que impide la fusión indiferenciadora. Es el órgano de respiración de nuestro cuerpo entero.
A través de la piel tocamos y somos tocados, eliminamos, nos defendemos y agredimos (“despellejamos” o “salvamos el pellejo”), nos identificamos (“nos metemos en nuestro pellejo”) comprobamos, conocemos la realidad (“ponemos el dedo en la llaga”) nos comunicamos (entramos en contacto). La piel puede estar dormida, inhibida, hambrienta o despierta, liberada y suficientemente satisfecha.
Es decir, a través de ella sentimos, nos identificamos, nos dejamos impresionar por la realidad, nos comunicamos y guardamos memoria del amor o desamor que ha recibido nuestro cuerpo
Cuando el Espíritu ha alcanzado todo nuestro cuerpo, sin límite alguno, entonces ha abarcado nuestro contorno, nuestra piel. A veces la vida te pone en contacto con personas así y descubres, asombrada y agradecida, que en ellas el espíritu se hace el “hábitat” cuasi natural de su ser: el Espíritu "a flor de piel".
Sabemos si la piel ha sido alcanzada por el Espíritu del Señor Jesús en algunos signos sencillos pero reales de la vida cotidiana: si nuestra sensibilidad sabe poner límites al despilfarro, al consumismo, a la violencia, a las desigualdades de Norte y Sur, Este y Oeste, blancos, negros o amarillos; al ojo por ojo, al “despelleje” continuo de nuestros semejantes, al deseo incontenido de tener más, subir más, poder más y además a cualquier precio. Lo sabemos también si nuestra piel sabe establecer contactos constructores de identidad y reconocimiento. Si sabe acariciar haciendo de este tacto lugar de la trasparencia del espíritu por su verdad, respeto y amor.
En definitiva, una nueva espiritualidad se estará encarnando en nosotros si nuestro cuerpo no sólo reconoce la verdad de sus fronteras, sino, sobre todo, si ha guardado memoria contemplativa y asombrada de unas Manos amorosas, creadoras de aquel Adán indiferenciado. que le hablan de la unidad profunda e indivisible de la humanidad, del gran sueño de Dios de una humanidad que se vive para siempre vinculada con sus semejantes como “hueso de sus huesos y carne de su carne . (Gn.2, 23) Entonces quizá un día nuestra piel nos devuelva la memoria capaz de hacernos comprender, mejor aún “sentir y gustar”, que, cuando nos cerramos al hermano, nos cerramos a nuestra propia carne. (Is, 58,7). Hasta que esto no suceda, no habremos aprendido las verdaderas dimensiones de nuestra piel, que no se agota en el límite de nuestro pequeño yo sino que se extiende a toda la humanidad y toda la creación como Cuerpo de Dios.
Esto sería hacer verdad una espiritualidad a la que sí queremos volver, donde hombres y mujeres, creyentes o no, saben reconocer y acoger los signos del Espíritu en nuestro mundo y se sitúan ante la realidad con honradez a su verdad , fidelidad a sus desafíos y esperanza que estimule la utopía.
[1] Diccionario de la Lengua Española , Rel Acamemia Española, 21 ª , Madrid 1992, (v. "Espiritualidad" , "Vida", y "Espíritu")
[2] Diccionario de la Lengua Española , 21ª.Madrid, 1992, ( v. "Espiritualidad", "Vida", "Espíritu")
[3] (M: MOLINER, Diccionario de uso del español, I. ,Madrid, 1975,1.209).
[4] CASTILLO, J .Mª "La espiritualidad cuestión decisiva" en La alternativa cristiana. Sígueme,1978,197-198.
[5] CASTILLO, J .Mª "Los <<peligros>> de la espiritualidad." .Proyección 43, (1996) 220-221
[6] En los años 80 Augusto Guerra hablaba de "Teología espiritual una ciencia no identificada" Respir 39 (1980) 335-414. No deja de ser significativo que en el Nuevo diccionario de espiritualidad de 1983 no aparece entre las nociones del diccionario el término Espiritualidad propiamente dicho. Sólo encontramos: "Espiritualidad contemporánea" (S.De Fiores, 474-475) y "Experiencia espiritual en la Biblia " (Maggione.B, 498-542)
[7] Para mayor información y referencias bibliográficas Cf. Entre otros: SOLIGNAC, "Spiritualité. I. Le mot e l' histoire" Dictionnaire de Spiritualité 14. París 1990,1142-1160 DUPUY, "Spiritualité". II." La notion": Ibid 1160-1173. GUERRA. A. Espiritualidad, en Varios. Diccionario Teológico de la vida consagrada, Madrid 1989,573-594.y en Acercamiento al concepto de espiritualidad. Madrid, 1994. MARTÍN VELASCO, J. Espiritualidad y mística. Trota, 1994; SUDBRACK, J. "Espiritualidad" en SM.II. 830-849. ELLACURÍA, I.-LOIS, J "Espiritualidad" en Conceptos fundamentales del Cristianismo. Trotta 1993,413-431.SOBRINO, J."Espiritualidad y seguimiento de Jesús" en Misterium Liberationis. Trotta 1990,449-458.ESTRADA,J.A. La espiritualidad de los laicos. Paulinas, 1992,13-35. BOFF L y BETTO.F. Mística y espiritualidad. Trotta, 1996.
[8] KAMLAH, E. "Espíritu". En DTNT, 13-35. LEON-DUFOUR,X. "Espíritu" Vocabulario de Teología Bíblica, Herder 1980,295-306.
[9] CASALDALIGA, P.-VIGIL J,Mª, Espiritualidad de la liberación UCA, 1993,2ª .,23-25 a quien sigo en su acepción antropológica-cultural del término Espiritualidad.
[10] CASALDALIGA, P.-VIGIL, J. Mª Ibd, 23. En esta misma línea "La espiritualidad es la motivación que impregna los proyectos y compromisos de vida..., la motivación y mística que empapa e inspira el compromiso." .GALILEA, S. El camino de la espiritualidad. Ed. Paulinas. Bogotá, 1985. ,26
[11] En el sentido que P. TILLICH, hablaba de la dimensión antropológica de la "profundidad" y su significado religioso Cf. La dimensión perdida. Descleé de Brouwer, 1970.
[12] Es la espiritualidad "macroecuménica" de la que habla Casaldáliga CASALDALIGA-VIGIL, o:c. 23-25, o "la dimensión teologal fundamental de la espiritualidad" como la llama SOBRINO.J. Cf. "Espiritualidad y seguimiento de Jesús." en Misterium Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación. Trotta ,19990.T.II,449-476.
[13] ELLACURÍA, I. A quien sigo en la relación dialéctica entre lo espiritual y lo material o.c.. 413
[14]I. ELLACURÍA,o.c. ,413-414
[15]J.SOBRINO o.c.,449-476. Los subrayados son nuestros.
[16] NOVAK,M. El espíritu del capitalismo democrático. Tres Tiempos Buenos Aires, 1984.
[17] La "tendencia a la actualización" es la noción clave de la antropología y método terapéutico de Calr Rogers. Para un desarrollo sintético de este concepto, entre otros Cfr. GORERS,C.-KINGET,M. Psicoterapia y relaciones humanas. Teoría y práctica de la terapia no directiva. Alfagüara, 19712ª, 28-52
[18] . SOBRINO, J o.c. 452-458 y,"La honradez con lo real" en Sal terrae, n.946 (1992:5),376-388..Los subrayados son nuestros.
[19] Entiendo esta esperanza como actitud de "sabiduría cristiana" tal como atinada y bellamente propone Javier Victoria Cormenzana "En las obscuras perspectivas de este final de siglo, revestida con la sensibilidad de las mujeres (Cfl Lc24, 23-24) "sin otra luz ni guía que la que en el corazón ardía ha de saber encontrar huellas de la Justicia de Dios hecha carne allí donde otros sólo ven callejones sin salida y tumbas vacías y ser capaz por ello mismo de señalar su presencia en los caminos actuales a la justicia" "Tras las huellas de la justicia de _Dios en la próxima década" en AA.VV. De cara al tercer milenio. Lecciones y desafíos.Sal Terrae, 1994,100-101
[20] La realidad abarca no solo el puro fenómeno sino a algo más allá a la "realidad de suyo" en lenguaje de Zubiri. Lo que se ve y lo que en ella se encierra de sentido y de esperanza. Derivado de su sentido la realidad abarca también un aspecto ético. En este sentido realidad se aproximaría a lo autentico, o congruente. Por último por lo real entendemos también "la respectividad de cada elemento de lo real a "algo" más que él mismo. X.ZUBIRI, "Respectividad de lo real". Trabajos del seminario Xavier Zubiri: realitas III-IV,1976-1979.Labro, 1979,13-43. Los subrayados son nuestros.
[21] Representativo es el libro de FUKUYAMA, F. El final de la historia y el último hombre. Planeta 1992. El fenómeno de la crisis ha sido objeto de múltiples reflexiones en el campo de la teología y la espiritualidad cristiana y han sido varias las semanas teológicas dedicadas a profundizar en el reto que eso supone para los creyentes por ejemplo "Fe en crisis mundo en crisis."V Semana de Estudios de Teología Pastoral organizado por el Instituto Superior de Pastoral. Verbo Divino,,1995.Espiritualidad cristiana en tiempos de crisis. VI Semana de Estudios de Teología Pastoral organizado por el Instituto Superior de Pastoral. Verbo Divino, 1996. RUIZ DE LA PEÑA.J. L.Crisis y apología de la fe. Evangelio y Nuevo milenio. Sal Terrae 1995.MARTÍN VELASCO, J. El malestar religioso de nuestra cultura. Paulinas, 1993. MARDONES, J. M. Por una cultura de la solidaridad. Actitudes ante la crisis. Cuadernos fe y secularidad1994. MARDONES, J.¿ A dónde va la religión? Cristianismo y religiosidad en nuestro tiempo. Sal Terrae, 1996.CAMACHO, I. La crisis actual como reto para los creyentes. PPC 1994.TORNOS, A. Cuando hoy vivimos la fe. Teología para tiempos difíciles. San Pablo, 1995,
[22] INFORME SOBRE EL DESARROLLO HUMANO 1998 (PNUD)E. Mundi-Prensa,1998,51
[23] Ibd, 20
[24] Ibd,30
[25] Ibd,,2
[26] Ibd,37
[27] Ibd,31,54
[28] Ibd,35
[29] Ibd,37
[30] Es significativo que el PNDU, dedica dos (el 2 y el 3) de sus cinco capítulos al consumo y sus debastadores resultados.Ibd,38-65
[31] LIYPOVETSKY.G- La era del vacío. Anagrama 1986; VATTIMO, G. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermeneútica en la cultura postmoderna. Gedisa, 1986.LYOTARD, J.F. La postmodernidad explicada a los niños, Gedisa, 1987. La condición postmoderna. Cátedra, 1984."Resescribir la modernidad". Revista de Occidente (1986)nº66,23-33.El desafío que la post-modernidad supone para el cristianismo ha sido ampliamente estudiado, entre otros MARDONES, J.M. Postmodernidad y cristianismo. El desafío del fragmento. Sal Terrae, 1988, BISER, E. Pronóstico de la fe. Orientación para la época postsecularizada. Herder, 1994. MARTIN VELASCO, J. Ser cristiano en una cultura posmoderna. PPC.,1996
[32] Para una consciencia de cómo influye el nihilismo en nuestra vida cotidiana Cfr. AMENGUAL, G. Presencia elusiva, sobre el nihilisme i la religió. Publicaciones de l´Abadía de Montserrat, 1995.
[33] ROVIRA BELLOSO,.J En Fe y cultura en nuestro tiempo hace un análisis detallado de nuestro tiempo basándose en la obra de M. Kundera. Sal Terrae, 1988,43-48
[34] Remitimos al excelente artículo de GARCÍA, J.A. "De la intimidad y el intimismo. Ambigüedades del yo moderno". Sal Terrae. nº 1.011 (1998:4) con bibliografía seleccionada sobre el tema.
[35] MARTIN VELASCO, J .Ser cristiano en una cultura posmoderna. PPC. 1997,2ª, 57-65. Juan de Dios afirma "esta ruptura afecta a los presupuestos mismos, a los preámbulos tanto teóricos como prácticos o existenciales de la vida cristiana".57
[36] MARTIN VELASCO, J o.c.63,
[37] Citado por MARTÍN VELASCO J. En "Crisis de las religiones y crisis del cristianismo. Ideas para una recomposición de la institución cristiana" en Mundo en crisis, fe en crisis. Verbo Divino 1996
[38] GOMEZ GAFFARENA, J./ MARDONES, J.M.(Eds)"Filosofía y ciencias de la Religión " en Estudiar la religión. Materiales para una filosofía de la religión. III. Anthopos, 1993,41-48
[39] Sobre la Nueva Era hay una bibliografía abundantísima en estos últimos años: remitimos FERGUSON, M. La conspiración de Acuario. Transformaciones personales y sociales en este fin de siglo. Kairós. Barcelona. 1990. SUDBRACK, J. La nueva religiosidad. Paulinas.1990, KEHL, M <<Nueva Era>> frente al cristianismo. Herder 1990. "El desafío de la Nueva Era ". Misión Abierta. (1994:5) MARDONES. Para comprender las nuevas formas de la religión. Verbo Divino 1994. ANGLARÉS. M Nueva Era y fe cristiana. Paulinas, Madrid, 1994. VEGAS, J.Mª El desafío de la Nueva Era. PCL, 1994. AA.VV. Nueva Era una expresión de lo religioso. Cuadernos Verapaz nº14 1995
[40] Este es el título de la introducción del libro de SOBRINO J. "El principio misericordia. Bajar de la cruz a los pueblos crucificados." Sal Terrae 1992, UCA,1993,12-28
[41] TOFFLER, A. El shock del futuro. Barcelona, 1970.
[42] Ibd,37
[43] RUBIO, M. Cristianos hacia el siglo XXI. PS. 1992.95-100.
[44] PNUD,19-28
[45] VITORIA CORMENZANA, J. "Tras las huellas de la justicia de Dios en la próxima década"AA.VV. De cara al tercer milenio. Sal Terrae, 1994, 105-108
[46] BOFF,.L. Ecología. Grito de la Tierra grito de los pobres. Trotta 1996, 37.En esta obra Leonardo hace un desarrollo claro y sistemático del advenimiento de la llamada "Era ecológica" con una abundante y actual bibliografía desgranada a través de las notas. Desde una perspectiva de la teología espiritual feminista y una lectura novedosa ecológica y no jerárquica del Génesis: Cfr.PRIMAVESI, A. Del Apocalipsis al Génesis. Ecología, Feminismo, Cristianismo. Herder 1995.
[47] GARCÍA ROCA, J. Desafíos pendientes para la década de los años noventa. en AA.VV. De cara al tercer milenio. Lecciones y desafíos. Sal Terrae, 1994,47
[48] Solo recordar que, en el 2º Congreso de las Religiones del mundo de 1993 en el que se reunieron más de 9.000 personas rerpresentantes de unas 125 tradiciones religiosas del mundo, los 250 miembros de la Asamblea de Lideres Religiosos y Espirituales debatieron la declaración del congreso "Hacia una ética global" que junto a otras declaraciones de las comunidades religiosas como la "Declaración universal sobre la No-violencia , sobre las responsabilidades Humanas ante la Paz y el Desarrollo sostenible...nos hablan de que está emergiendo una un nuevo modo de afrontar el ecumenismo no solo centrado en cuestiones doctrinales sino en tareas universales y urgentes. Cfr. TEASDALE.W "En el umbral de la era interespiritual". Selecciones de Teología nº 143 (1997) 223-232. Es una síntesis de la conferencia que en 1994, presentó en Barcelona en una asamblea de la UNESCO sobre el papel de las religiones en la promoción de la cultura y de la paz.
[49] Es muy interesante a este respecto el último libro de CASTILLO, J.Mª Los pobres y la teología ¿Qué queda de la Teología de la Liberación ?. Descleé de Brouwer, 1997.
[50] De tal manera algo nuevo está surgiendo que se necesita recrear el vocabulario para expresarlo. una "civilización antropotónica,"; "el hombre telemático"; el hombre neotimético". Cfr. RUBIO, M. Cristianos hacia el siglo XXI. PS, 1992,13-19
[51] GARCÍA, J.A. a. c.285,
[52] RONDEL, M. En su artículo "Espiritualidades fuera de las fronteras". Hace una llamada a las Iglesias a ofrecer caminos para hacer "mistagogías" que conduzcan a experimentar mas que doctrinas para creer. Selecciones de Teología.nº143, (1997)197-202.
[53] En este sentido es interesante el artículo de PAINIDATH, S. "Despertar la mística en la Iglesia ". Selecciones de Teología. Nº 143 (1977) 211-216
[54] RONDET, M, Recoge también en su artículo esta afirmación de la última Congregación General de los jesuitas "La vida espiritual de los seres humanos no ha muerto: simplemente se desarrolla fuera de la Iglesia ", a.c., 200
[55] MOLLÁ, D. "Hacia una mística de ojos abiertos. Propuestas para el fin del milenio. "De cara el tercer milenio. , Sal Terrae, 1994,149-170
[56] Este ha sido el título de la conferencia de GONZALEZ FAUS, J.I.este último foro del Instituto Fe y Secularidad en torno a Repensar la mística. ,25-27 de septiembre de 1998
[57] La experiencia de la comunidad de Taizé, que después de 40 años de vida sigue convocando a miles de jóvenes y no tan jóvenes bajo el ideal expresado por Roger Schutz en su famoso libro "Lucha y contemplación" da razón de ésta búsqueda de síntesis.
[58] Es expresivo el artículo de TORNOS, A "Un mundo apresurado. Correr detrás, correr delante del tiempo" en Cuando hoy vivimos la fe. Teología para tiempos difíciles. San Pablo 1995, 15-23.
[59] Un dato significativo de esta corriente la rapidez con que, en una colección especializada en Psicología como es la Colección Serendípity , se han vendido libros como BORÚS, E. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. Desclée de Brouwer, 1996,3ª.1996. MASIÄ CLAVEL, J. Aprender de oriente: lo cotidiano, lo lento, y lo callado. Desclée de Brouwer, 1998.que entre los considerados 14 aprendizajes vitales. Uno de ellos sea "Aprender a cultivar la interioridad " GARCÍA RUBIO, A. Desclée de Brouwer, 1997 y que en una colección educativa especializada en La Reforma en unos cuantos meses se haya agotado el libro de CASANOVA, O. Ética del silencio. Anaya, 1998
[60] TORNOS, A. "La vida cotidiana, campo de evangelización" o.c.,295-310.
[61] Ser conscientes es la palabra clave en la salud personal y social. El eje de la terapia gestáltica es el "awareness” el darse cuenta en el aquí y en el ahora. PERS, F. El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia. Cuatro vientos, Santiago de Chile.1976. Sueños y existencias. , Cuatro vientos, Santiago de Chile, 1974,61. GARCÍA-MONGE,J.A.”El focusing de Gendlin como estructura técnica del darse cuenta gestáltico". Revista de Psiquiatría y Psicología Humanista, nº5, (Nov. 1986)
[62] HART, T. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. Desclée de Brouwer, 1987. MAY G Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental. Desclée de Brouwer, 1988.
[63] MELLO, A. Autoliberación interior. Ed. Lumen Buenos Aires. ,7
[64] GARCÍA-MONGE, J.A. En Treinta Palabras para la Madurez Desclée de Brouwer 1997,17-25
[65] BRADY, V. "Posmodernidad y vida espiritual" Selecciones de Teología. Nº 143 (1997)218-222,
[66] Cfr. entre otras obras: LAÍN ENTRALGO, P. El cuerpo humano: teoría actual. Espasa Calpe, 1989.LAQUEUR,Th La construcción del sexo. Cuerpo y género desde los griegos hasta Freud.Cátedra 1994.KESELMAN, S Y VOLOSIN, S. Diálogo sobre lo corporal. Paidós, 1993.Desde una perspectiva de género NAVARRO, M. (Dir,) Para comprender el cuerpo de la mujer. Una perspectiva bíblica y ética. EVD, 1996.
[67] Es muy interesante el estudio que sobre este tema hace BROWN, P. El cuerpo y la sociedad. Los cristianos y la renuncia sexual. Muchnik,Barcelona, 1993.
[68] TEASDALE, W. Art. Cit.223.
[69] ARGÜELLO, L. "El renacer de lo religioso. ¿Burbuja o semilla?. Sal Terrae nº1.011 (1998:4)293-305,305
[70] Para el desarrollo de esta tercera parte Cfr MARTINEZ OCAÑA E. "Cuando la Palabra se hace cuerpo" en Religión y Escuela nº 107-109 (1996); nº 110-116 (1997).
[71] Cfr MCFAGUE,S.Modelos de Dios. Teología para una era ecológica y nuclear. Sal Terrae, 1994,126-137
[72] Párrafo inspirado en la canción de Elia Fleta: "Deja andar tu mirada"