El corazón tiene cerebro

                                                                             
    Entrevista realizada por Ima Sanchís a Annie Marquier, 
matemática e investigadora de la conciencia 
en “La Contra” de La Vanguardia, 26 marzo 2012.


Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?

No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.

¿Es inteligente?

Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.

Primera...

La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.

¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?

Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.

Segunda conexión...

La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.

Tercera...

La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.


Cuarta...

La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.


¿Y se ordena con las emociones positivas?

Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.

¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?

El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?

¿...?

Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.

¿Aparece con las emociones negativas?

Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
...

Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.

Parece ciencia ficción.

Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.

Pues parece que nadie lo utilice...

Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.

¿Y cómo puedo activar ese circuito?

Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje...

¿Santos las 24 horas?

Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.

¿Y cómo nos libramos de ellos?

Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.

El amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente que nos permite vivir desde el corazón, en unión con nuestra naturaleza divina en la profunda unidad con todo lo que existe. Observa como la fraternidad, la compasión, la bondad, el respeto, la creatividad y el genio creador, es decir, los pensamientos y sentimientos elevados son manifestaciones de la unidad en la que vivimos, mientras que las emociones negativas son manifestaciones de la separatividad.

Cuando vivimos reconociendo que somos uno con todo lo que existe, que no es otra cosa que ver a Dios en todo, los dos osciladores del cuerpo que son el cerebro y el corazón, vibran en perfecta sincronicidad y como consecuencia envían a todo el cuerpo órdenes coherentes, eficaces, inteligentes y totalmente adecuadas a las necesidades del momento.

¿Qué tenemos que hacer para despertar la inteligencia del corazón de manera que pueda tomar el comando de nuestras vidas?
Nos dicen los científicos que tenemos varios circuitos por medio de los cuales nos llega información que ocasiona respuesta en nosotros.

El primario, que es completamente inconsciente, y nos permite salir huyendo de una situación de peligro sin tener que reflexionar. Luego el inteligente, que nos permite el razonamiento y el tercero, una mezcla de los dos, en donde los recuerdos del inconsciente se activan y producen reacciones que pasan por la corteza, “el inteligente” y ésta de alguna manera los justifica. El Maestro DK lo llamaría, pensamientos emocionales o kama manas.

Ahora la ciencia nos presenta otro circuito que va del corazón a la cabeza y ahí está la clave. El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza los centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas, este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad. Su inteligencia no separa sino que une, reconociendo en todo momento la gran red de vida en la que estamos todos. Es la conexión cósmica que la inteligencia divina nos ha legado para que podamos recuperar nuestro origen divino y nuestra sabiduría esencial. Es la forma de tener una mente iluminada, o como dicen algunos, “resplandor en el cerebro”

¿Y cómo activar éste circuito? Viviendo desde el corazón. Cada pensamiento, cada emoción, presentarla primero al corazón y ver si está en armonía con el Amor que allí se encuentra. Hay que trascender los deseos personales y aprender a vivir según la intención del corazón, que es la intención de tu Ser Interno

El impedimento mayor que tenemos hoy en día son las memorias grabadas en nuestro inconsciente que se activan cada vez que son estimuladas. Busca ser testigo de ti mismo, de tus propias reacciones para que puedas verlas, porque cuando se ven, se van. Para ello tienes que asumir la plena responsabilidad de tus emociones, agradables o desagradables, decidir no culpar a nadie por tus reacciones emocionales y reconocer que el verdadero origen de tus reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior sino en tu interior.

Hay un camino hacia el Corazón que ha sido anunciado por todos los Maestros, haríamos bien en recordarlo: Cultiva el silencio, haz contacto con la Naturaleza , vive periodos de soledad, medita y contempla, busca la verdadera belleza, vive con sosiego y quietud, cuida tu entorno vibratorio, recupera el sentido de lo sagrado, recupera la inocencia al no juzgar, reconoce las sincronicidades en tu vida, trabaja en grupo, coopera, vive con sencillez, escucha.

Ten presente que tu Corazón tiene una inteligencia superior, escúchalo y pregúntale cuando no sepas que hacer Ten presente que tu Corazón tiene una inteligencia superior, escúchalo y pregúntale cuando no sepas que hacer.