Carta abierta al papa Francisco.






Querido Papa Francisco: no creo que te llegue esta carta, yo no tengo acceso a ti; pero sí quiero expresar públicamente mi apoyo, admiración y aliento por tu tolerancia cero ante los abusos a menores y toda la corrupción económica y sexual que se esconde bajo tantas personas “honorables” que han manchado el nombre de la Iglesia de Jesús.

Sé que tu firmeza en este punto y en otros que más calladamente estás realizando te puede llegar a costar la vida. Sé que tu también lo sabes y no por eso te retiras ¡Gracias!

También quiero agradecerte de corazón la denuncia de este sistema económico imperante, este neoliberalismo salvaje y asesino que mata física, moral y psíquicamente a millones de personas. “Los sobrantes”, como tú lúcidamente los llamas, son cada día más mientras desde instancias de nuestro gobierno español y de otros muchos se nos miente diciendo que vamos “a mejor”, mientras cada día hay un abismo creciente entre pobres y ricos y más desesperanza, suicidios, muertes prematuras, pateras llenas de sueños rotos y vidas perdidas por querer buscar comida y un futuro mejor.

Gracias por tu exhortación apostólica animándonos a vivir el evangelio, a hacerlo vida desde la alegría porque a pesar de todo es posible la esperanza y porque es verdad también que hay muchas personas comprometidas en la lucha por un mundo más justo, más igualitario y menos corrupto. Aquí tenemos creyentes de todas las religiones del mundo para los que el ser humano merece la pena y para los que cuidar la vida es la tarea más importante que hacer juntos.

Gracias porque nos has traído el “aire de Jesús”, lo muestras en tu vida, en tu rostro, en tus palabras, en tus hechos. Un “aire” que no deberíamos haber perdido nunca sus seguidores, pero muchas veces nos despistamos y nos dejamos llevar por otros que no conducen a buen puerto.

Aunque nunca recibas esta carta no me importa, lo que quería era expresar públicamente mi apoyo a tu manera de ser papa, a tus acciones valientes … este es el apoyo de una creyente en camino a quien has traído esperanza.

Un abrazo fuerte.

Emma Martínez Ocaña.