Deseo que no nos hagamos indiferentes al dolor de quienes sufren, que dejemos que nuestras entrañas se estremezcan.
Deseo que este año sea un año de “concentración” de todos los grupos, colectivos, movimientos, ONGs, Iglesias, partidos… en la búsqueda de soluciones a la inhumanidad de nuestro mundo, de nuestro sistema económico.
Deseo que sepamos unir todas nuestras fuerzas para trabajar juntos en la defensa de los derechos humanos, pisoteados, arrinconados, olvidados… por gran parte de los sistemas de poder imperante, sobre todo el económico.
Deseo que protejamos toda vida por insignificante que parezca.
Deseo que no nos dejemos engañar por quienes nos dicen que esto necesariamente tiene que ser así... no es verdad, podemos hacer las cosas de otra manera; de una manera más justa y solidaria.
Deseo que tengamos el coraje de hacer objeción de conciencia y desobedecer a leyes injustas y decretos arbitrarios que perjudican a los que más lo necesitan, y en peores situaciones están.
Deseo que no perdamos la esperanza y la utopía: son los motores del cambio, del coraje para seguir luchando, de la fuerza para seguir caminando, sin tirar la toalla.
Deseo que quienes decimos creer en Jesús lo mostremos con nuestras conductas poniendo, como lo hizo él, en el centro de nuestras vidas, de nuestras energías, de nuestros proyectos a los “predilectos de Dios”, a los que más nos necesitan. Sólo así haremos creíble que Dios es Madre-Padre de tod@s sus hij@s y por tanto estamos irrenunciablemente hermanad@s con toda la humanidad, con toda la creación.
Deseo que nos ayudemos para hacer verdad unos deseos que muchos compartimos... pero nos cuesta trabajo tener el coraje de vivirlos en el hoy de cada día.
