Después de las elecciones: carta abierta.



Lo primero que quiero expresar es  alegría por el clima de normalidad democrática con la que la ciudadanía española ha salido a votar. 
Me hubiera gustado una participación mayor: siento que aún no nos hemos dado cuenta de lo importante que es decir con el voto nuestra palabra, aunque es cierto que a un número muy grande de españoles que está fuera de nuestro país se les ha negado ese derecho fundamental, y sólo espero que  eso se subsane en las elecciones generales.

Me estoy quedando perpleja y escandalizada con las afirmaciones de algunas personas como Esperanza Aguirre, Barcina, Hernando, Rita Barberá, nuestro ministro del interior… personas a las que en  principio no tendría por qué negarles su condición de demócratas pero, visto lo visto, ya lo estoy dudando seriamente. Entiendo que les cueste asumir su fracaso rotundo y el descalabro en estas elecciones, que sólo el PP negaba y parecía ignorar, porque en la calle el tema estaba muy claro. Entiendo su desconcierto porque no estaban en la realidad sino en sus fantasías.

El miedo es libre, no seré yo quien lo demonice,  pero sí protesto y denuncio que se provoque con acusaciones falsas, con claras calumnias y mentiras, con verdades a medias… para intentar torcer la voluntad de una ciudadanía que ha votado libremente.

Puedo entender el miedo de quienes han utilizado el poder para enriquecerse, para privatizar y ayudar a sus familiares y amigos (todos ellos muy patriotas) a llevarse sus millones fuera del país y no pagar aquí los impuestos; el miedo a que se vayan acabando las amnistías y los paraísos fiscales, “los sobres de sobresueldo”, tarjetas de libre disposición, comisiones múltiples, comilones a cuenta del erario público… ¡claro que entiendo ese miedo! pero me alegro que todo acabe porque es un escándalo y un robo que ha arruinado al país.

¿Miedo a quienes llaman “antisistema”?. No entiendo muy bien qué quieren decir con eso. Si quieren decir que los que han ganado están contra este sistema neoliberal,  de capitalismo de casino donde predomina el terrorismo financiero... un sistema que el Papa Francisco ha nombrado como  “criminal”, “que provoca miles de muertos”, “millones de sobrantes”…yo también soy anti-este-sistema. Y me cuesta creer que haya cristianos que apoyen un sistema así. 

Si algo ha sido esencial en el proyecto de Jesús fue la defensa de los excluidos, marginados y explotados, y su denuncia de las causas de estas situaciones. Por eso lo mataron, por luchar por la justicia, por lo mismo que mataron a Monseñor Romero y a tantas personas que han dado su vida por defenderla.

¿Dónde está lo peligroso de querer parar los desahucios mientras no haya una alternativa habitacional; que se quiera proponer una renta mínima para poder vivir con una mínima dignidad; que se quiera subir el salario mínimo porque es uno de los más bajos de Europa; que se prohíba cortar la luz y el gas cuando la situación económica no permite pagarlo; que se suban los impuestos a las rentas más ricas al nivel europeo? ¿A qué peligro de desestabilización pueden llevar esas medidas cuando se ha malgastado nuestro dinero, se ha robado a espuertas, se han hecho obras faraónicas que no han servido para nada más que para traer ruina, paro, pobreza, injusticia?

¿Dónde está lo peligroso de que los cargos de Podemos y la misma Ada Colao quieran bajarse su sueldo, renunciar a las dietas, a los coches oficiales, a todos los privilegios?.

Claro, lo peligroso es que la ciudadanía pueda comparar estas conductas con las de quienes, no sólo no hacen esto, sino que utilizan el cargo público para enriquecerse mientras están en él y después a través de las puertas giratorias se pasan a empresas privadas, que deberían estar al servicio de la gente y no sólo no lo está sino que da unos sueldazos a quienes el poder  ha favorecido.

Desde mi Facebook hago una llamada a quienes quieran escucharme: BASTA YA. 

Basta ya de asustar, de mentir, de calumniar, de actitudes antidemocráticas que sólo conducen a la violencia, al odio, al rencor, a alimentar viejas heridas y fantasmas. ¿Es eso lo que se busca en el fondo?. Quiero creer que no.

“Algo nuevo está naciendo, no lo veis?” decía el profeta Isaías, dejémoslo crecer y “·por sus frutos los conoceréis” como decía el profeta de Nazaret. Lo que es intolerable es querer abortar la vida que en estos tiempos está brotando. Hay muchas maneras de abortar… no lo olvidemos.

Yo al cambio que vislumbro no le tengo miedo, sí me daría mucho miedo que todo siguiera igual, que la impunidad, el pillaje, el sálvese el que pueda, la corrupción, los desahucios, el hambre, la desnutrición de nuestros niños, la privatización de los servicios públicos, la desigualdad creciente (tal como acaba de confirmar el INE) continuase para beneficio de unos pocos.

Felicito a todos los partidos ganadores, a cada una de las personas que limpiamente han conseguido ganar, felicito sobre todo a aquellos partidos, colectivos, mareas que con muy poco dinero han mostrado que se puede hacer campaña de otra manera: con ilusión, creatividad, trabajo en común, colaboración. Si han sabido hacer campaña de una manera distinta, también espero que puedan gobernar de otra manera. Yo les doy mi voto de confianza, el tiempo dirá si estaba o no equivocada, pero me doy derecho a equivocarme a favor de la vida, de quienes defienden una mayor justicia social, denuncian la corrupción, se bajan el sueldo para crear una asociación para impulsar proyectos de emprendedores con incidencia social…

¡Suerte amigas y amigos!. Yo estoy contenta con el resultado de estas elecciones y os felicito.

Emma Martínez Ocaña